Reunión de los lunes

Nos reunimos todos los lunes a las 20,30 horas en la C/Vinaroz nº31, entrada por C/Pradillo, MADRID ¡TE ESPERAMOS!

martes, 1 de abril de 2014

¿Sientes remordimientos porque quieres más a un hijo que a otro?

Martes, 1 de Abril, 2014
Una psicóloga te aconseja cómo actuar para sentirte mejor contigo mismo/a
13/03/2014
El amor hacia un hijo es incondicional en cualquier situación, tiempo y edad. Ante cualquier circunstancia, entorno, adversidad o alegría. Es un amor para toda la vida. Cuando solo hay uno, toda la atención y afecto de los progenitores se centran en ese pequeño. Pero cuando la prole es mayor, puede ocurrir que el padre o la madre tengan más simpatía por alguno de ellos. No hay que sentirse culpable, ni tener remordimientos. «Eso no quiere decir que se quiera más a uno que a otro», como asegura Laura Aut, psicóloga infantojuvenil de ISEP Clínic Barcelona. «Simplemente significa que hay hijos que, en un momento dado y por circunstancias, nos hacen sentir mejor, pero no debemos de confundir cariño con predilección y recordad que esa predilección puede ir cambiando». A lo largo de la vida, los padres pueden tener más afinidades con uno que con otro hijo, incluso relacionarse mejor o de forma distinta con cada uno de ellos. Son etapas que se viven.
Sentir mayor empatía por uno de los hijos es quizá inevitable, pero no hay por qué preocuparse siempre que «los padres intenten mostrar un comportamiento equitativo a las necesidades de cada hijo según su forma de ser». Es lo más importante.
No es cuestión de números, advierte la psicóloga. «Cuando se tiene un hijo se centra toda la atención y el amor en él. Cuando se tiene el segundo ese amor no se divide, el amor hacia el segundo hijo cuando nace es equiparable al del primero».
A la hora de querer a los hijos también pueden existir una serie de condicionantes sociales. Es un tópico pensar que las madres quieren más a los hijos y los padres a las hijas. Pero eso está cambiando. «Los roles parentales son los que cada familia quiera y pueda adoptar, pero el amor hacía los hijos puede ser igual por ambos padres», afirma la psicóloga. Indudablemente, reconoce que el hecho de que tradicionalmente la madre haya sido la figura protectora y que daba afecto y el padre haya ocupado el papel del sostenedor económico de la familiar y era más severo, puede haber condicionado las relaciones de los hijos con el padre y la madre.
Estas son las seis pautas que recomienda Laura Aut para aceptar esta situación en la familia y consigo mismo/a:
—Valorar lo positivo de cada hijo y no fijarse solo en los errores y dificultades.
—Dar a cada hijo lo que necesita.
—No sentirse culpable. Los hijos tienen que aprender que existen diferencias y que eso no implica un valor negativo.
—No dañar la autoestima de los hijos. No se tienen que hacer comparaciones entre los hermanos, ya que cada uno de ellos posee sus puntos fuertes y débiles.
—Aceptar las distintas relaciones. Cada hijo es único y hay que entender que las relaciones con unos serán mejores que con otros y esto puede variar.
—Cada hijo debe tener su espacio y ocupar un lugar especial en el corazón de sus padres, siendo queridos de forma especial.
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20140313/abci-querer-hijos-201403121120.html

No hay comentarios: