CUSTODIA PATERNA: Un hombre lleva 31 días en huelga de hambre a las puertas del Juzgado

domingo, 20 de abril de 2014

Un hombre lleva 31 días en huelga de hambre a las puertas del Juzgado

hoy cumple 33 días a base de agua

Domingo, 20 de Abril, 2014
Enlace de hoy (desde el minuto 35:15 hasta el 44:30):
- Entrevista en la Cope a Manuel Ruiz, 33 días en huelga de hambre por no poder ejercer sus obligaciones como padre

perfil de FACEBOOK de Manuel Ruiz Garrido en donde se agradece que se muestren los mensajes de apoyo

SOMONTANO - PROTESTA EN BARBASTRO

Manuel Ruiz, que sólo ingiere agua, realiza esta acción para pedir amparo judicial por la custodia de su hijo
ÁNGEL HUGUET 18/04/2014

Manuel Ruiz, el pasado martes, necesita ayuda para caminar. | A.H.

BARBASTRO.- Manuel Ruiz lleva su "cruz particular" y en plena Semana Santa vive la propia pasión en las puertas del Juzgado de Barbastro, donde cumple el primer mes en huelga de hambre (lleva 31 días), casualmente hoy, Viernes Santo.
Natural de Sabadell, tiene 54 años, fue vecino de La Puebla de Castro durante cuatro años, tuvo negocio en Graus y está afectado por una historia familiar larga y complicada en la que lucha -cada día con menos fuerzas físicas- para pedir el amparo judicial por la custodia de su hijo, con minusvalía del 68%, según explica.
Seis años de denuncias interminables contra su expareja por la custodia del hijo, que reside en Málaga. Cuatro años entre denuncias archivadas, sentencias absolutorias y condenas, "idas y venidas a Málaga", donde ha pasado por catorce juzgados de Instrucción.
Ahora, con el problema sin resolver, el expediente se ha enviado desde el Juzgado de Barbastro al de Málaga y, mientras tanto, Ruiz lleva su particular "semana de pasión" con el agravante del riesgo para su salud personal.
"La verdad es que mi pasión es diaria durante seis años, como si fuera Semana Santa", explica sentado -ya no se tiene de pie- cerca de la tienda de campaña "plantada" en la zona de césped ante las puertas del edificio de Juzgados.
En una farola próxima, el calendario manual señala que lleva 31 días desde que comenzó la huelga de hambre. "Hace seis días que no puedo andar y necesito ayuda para ir al servicio, hasta ahora me he duchado cada cuatro días en el gimnasio de Juan -próximo- pero vivo cada vez peor", afirma.
Explica como es una jornada cotidiana: "Mientras he tenido fuerzas, montaba la tienda a las diez de la noche y la desmontaba a las siete de la mañana. Cada día hasta que ya no he podido más. En el coche pasaba la mayor parte del tiempo, he aguantado lluvia y frío que no son males mayores, al lado de la injusticia que sufro".
Al mismo tiempo, Manuel Ruiz señala que "el personal del Juzgado se porta muy bien conmigo, en general dan muestras de cariño, se han preocupado por mi salud". La visita del forense es habitual, "para certificar la huelga real de nutrición", explica.

"AGUANTO POR AMOR A MI HIJO"
La situación de su salud se agrava cada día. "Aguanto por amor a mi hijo, sólo bebo agua y lo certifica el forense, ni siquiera bebidas isotónicas, ese fue mi compromiso desde el principio de la huelga y lo cumplo", dice.
Además, llama la atención la coincidencia del inicio, el 19 de marzo, Día del Padre. La historia es complicada y Manuel Ruiz implica a los jueces "por las numerosas injusticias que he sufrido y sufro durante cuatro años y siete meses".
Desde que el año pasado viajó a Málaga en 47 ocasiones "gracias a las ayudas familiares y de amistades", ya no ha regresado y, al paso que va, será difícil. "No sé si esta huelga servirá de algo, solo quiero ser padre de mi hijo por el que he trabajado muchísimo".
Añade: "Si no puedo atenderle, aquí me moriré porque he venido dispuesto a llegar hasta el final. Llevo 28 días - pasado martes- y me sostiene la fuerza que me da mi hijo. Es increíble".
Además apunta: "He firmado mi declaración de voluntad anticipada. No quiero recibir atención médica ni alimentación. El forense hace un informe diario sobre mi estado de salud".
Mientras tanto, escribe "cada día lo que pasa y considero que se han equivocado conmigo. Llevo varios días arrastrándome por esta acera y no he visto reacciones", explica.
Respecto a los vecinos del sector, afirma que "se portan muy bien, incluso el personal del Juzgado. Mi estancia es lo más cívica posible, incluso las colillas las he depositado en una papelera próxima. Ahora las guardo en una botella. Nadie se ha quejado por mi comportamiento y me ofrecen ayuda".
Se refiere al acompañante habitual, que "me da aliento, apoyo y cariño, tiene pocos recursos y le gusta pasar desapercibido". Al paso que va, Ruiz se puede morir "a las puertas del Juzgado", mientras reclama justicia y pide protección para su hijo.
Reitera su decisión: "Llegaré hasta las últimas consecuencias. El forense insiste para que me visite un médico y por amistad con él, me sometí a análisis de orina y sangre en el hospital pero me negué a los demás. Cuando pierda el conocimiento, que será pronto, no quiero asistencia médica y en mis voluntades anticipadas ya constan mis deseos".
Respecto a si podrían "obligarle" a ingerir alimentos, indica que "la Constitución protege mis derechos en uno de los artículos". Al final, se lamenta: "Me han destrozado la vida porque solo reclamo el derecho a defender a mi hijo", mientras subraya "el mal comportamiento de la madre".
El caso denunciado por el semanario local El Cruzado Aragonés, en primera instancia, tuvo mucho echo social y podría derivar en "tragedia" tal como van las cosas.