Un niño no puede encontrarse de repente desamparado de su padre, o de su madre. Cuando ambos progenitores están unidos, se ejerce una custodia compartida, en la cual el reparte de tiempo va en función de las necesidades de la pareja. Si la pareja decide separarse, al igual que la obligación de la hipoteca no cesa, las obligaciones con los hijos tampoco. La justicia busca resolver los casos, quitárselos cuanto antes, y su forma de proceder es la de desamparar a los menores de su padre dejando a la madre todas las responsabilidades del menor a cambio en muchos casos quedar mantenida por dicha labor. Pero ello no redunda en beneficio de los menores. Para esas madres que se quejan de que les gustaría que el padre de sus hijos se hiciese cargo de ellos, que no se conformen en el juzgado y recurran la decisión de los jueces. Que exijan que la justicia no exima a la figura paterna de sus responsabilidades a cambio de un alquiler de éstas, que recurran sus decisiones en amparo de que ellas también tienen derecho a disponer de más tiempo libre y de realizarse en sus trabajos como mujeres, y no quedar mantenidas por un hombre.
Fuente:
Mcarmen García García
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