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jueves, 29 de septiembre de 2011

«Los niños que son adoptados necesitan padres, no abuelos»

25.09.11 - JAVIER PEÑALBA | SAN SEBASTIÁN
Xabier Calvillo, (Donostia 1968) es presidente de Ume Alaia, la asociación de familias adoptivas de Gipuzkoa, que este año cumple diez años. La asociación celebra este fin de semana en Donostia unas jornadas formativas en torno a sus necesidades. Calvillo cree que sería conveniente establecer un límite de edad para poder adoptar, «porque lo que los niños necesitan son unos padres, no unos abuelos».
- ¿Qué balance hace de estos diez años?
- Ha sido una década muy positiva. La trayectoria que llevamos y la ilusión que mantenemos son alucinantes. En la actualidad hay 182 familias asociadas y sigue en aumento. Según se va difundiendo la existencia de Ume Alaia y la labor que se realiza, más gente se acerca.
- ¿Qué ofrece Ume Alaia?
- Asesoramiento psicológico, talleres para niños, preadolescentes y adolescentes y también para padres. Asimismo, organizamos charlas informativas y jornadas con la presencia de especialistas. Y contamos con una iniciativa dirigida a las personas que tienen ya el certificado de idoneidad, ya que desde que obtienen este documento hasta que se produce la asignación del hijo se abre una etapa que suele ser desesperante, un periodo de incertidumbre. La espera suele ser muy larga. Por tanto, durante ese tiempo este taller sirve para preparar a los padres. Se han dado casos en los que incluso algunos adoptantes se lo han pensado y han terminado por desistir. Al final, de lo que se trata es de que la gente vaya preparada, concienciada y segura de sí misma.
- Las solicitudes de adopciones han caído en los últimos años. ¿Cuál cree que es el motivo?
- Se ha apreciado un descenso en la entrada de expedientes en los servicios sociales. Los motivos pueden ser varios. Las mejoras que adoptan los países de donde proceden los niños en sus sistemas de protección es una de ellas. Desde un punto de vista egoísta, para nosotros son dificultades, pero lo que ellos persiguen es mejorar sus servicios. Gracias a ello, los niños de estos países pueden encontrar familias en un entorno más cercano. La adopción es una medida reparadora, pero en primer lugar hay que buscarla en el entorno familiar del niño; si no puede ser, en el social más cercano, y si tampoco es posible, en la adopción internacional. Y es ahí donde entramos nosotros. No tenemos ningún derecho a inmiscuirnos en las normativas de los países. Lo más que podemos hacer es intentar que se modifiquen las leyes de nuestro país para mejorarlas.
- ¿La crisis en qué medida afecta?
- Se habla mucho de ello, pero no creo que la economía sea un hecho significativo a la hora de decidir si se tiene un hijo. Tal vez lo sea para algunos que se estén muy apurados y se hallen en el proceso adoptivo. De todas formas, yo no vincularía el dinero con la paternidad.
- ¿Conoce cuántos padres están en la actualidad a la espera de adoptar niños?
- Lo ignoro. Sabemos que en los primeros seis meses de 2010 se habían formalizado 23 adopciones y que a 30 de junio de este año la cifra era de 12. En Gipuzkoa hay unas 1.400 familias adoptivas desde que empezó el 'boom', allá por el 2000.
- ¿De dónde procede en la actualidad la mayor parte de los niños adoptados?
- Hay un abanico muy amplio de países. Los que más han aportado a la adopción en Gipuzkoa son Rusia, China y algunos estados del Este de Europa.
- ¿Hay niños nacidos en Gipuzkoa para adoptar?
- La adopción nacional sigue existiendo. Hace unos años estuvo paralizada, no había solicitudes ni niños para adoptar, aunque posteriormente, hace dos años, creció. Ahora, está de nuevo bajando. Pero los perfiles varían y este es uno de los motivos también por los que la adopción internacional desciende. Los niños extranjeros son en su mayoría de edades de entre 5 y 7 años o mayores, o hermanos que van en grupos o algunos que presentan una patología. Todo esto hace que se reduzca el número de adopciones.
- ¿Cuánto tiempo dura aproximadamente un proceso de adopción?
- Dependen del país. El trámite administrativo suele ser bastante rápido. Se tarda aproximadamente un año. Sin embargo, cuando el expediente se remite al país, los trámites varían. Hay algunos que se demoran cinco o seis años y otros, solo uno. Depende también del perfil del niño o la niña. Si el que se va a adoptar es mayor o son varios hermanos se agilizan los trámites por las propias necesidades de los menores.
- ¿Cuál la mejor edad para acoger a un niño?
- En esto no hay edades. Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que el niño va a tener una carencia por la ruptura del vínculo materno desde el primer día. Y la va arrastrar toda su vida. En unos se manifestará antes o más tarde, o de una manera más brusca o más llevadera. Nuestra labor es la de ayudarle, acompañarle y hacerle entender que sabemos que está sufriendo y que estamos a su lado para siempre, que le cuidaremos y acompañaremos de manera incondicional, que estaremos a las duras y las peores y que vamos a seguir siendo sus padres.
- ¿Cuál es momento crítico en una adopción?
- Para los padres, puede que sea cuando ven que sus hijos tienen unos problemas que no son capaces de solucionar. Y si encima no tienes herramientas para empatizar, peor aún. Para los hijos, es frustrante que no se entienda lo que está sufriendo, que se sienta apartado, señalado ante la sociedad. Ser adoptado es algo que no lo han elegido ellos.
-¿Se quiere igual a un niño adoptado que a otro biológico?
- Yo no tengo biológicos, pero no creo que existan diferencias. Al fin y al cabo es roce el que hace el cariño.
- Recientemente, la Justicia italiana retiró la custodia a unos padres porque eran mayores.
- No tengo suficientes elementos para pronunciarme al respecto. De cualquier manera, lo que es evidente es que lo que un niño necesita son unos padres, no unos abuelos. Hay que establecer un límite de edad. Hay personas muy mayores que están queriendo adoptar a las que hay que hacerles ver que tienen la edad de ser abuelos. Cuando el menor entra en una edad más conflictiva como la adolescencia, si el padre tiene sesentaitantos años o setenta, no va a poder manejar la situación. Y va a ser peor para el hijo.

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