Viernes 23
Septiembre 2011
El relato poco creíble de una mamá de 20 años para explicar qué causó un gravísimo traumatismo de cráneo a su hijita de 14 meses no convenció a la Justicia, que ayer —12 días después de que la beba fuera internada en el Hospital Vilela— ordenó detenerla. La joven, madre de otra nena de poco más de 2 años, sostuvo desde el principio que la chiquita se le cayó de la cama, pero las severas lesiones que constataron los médicos no parecen congruentes con esa altura de caída ni tipo de golpe, por lo que el Juzgado de Instrucción Nº 10, al frente de la causa, solicitó nuevas medidas a la policía. La nena evoluciona favorablemente, atendida desde ayer por su abuela.
En apenas diez días, a los hospitales de niños Vilela y Zona Norte llegaron tres casos de presunto maltrato infantil, recordó la titular de la Comisaría de la Mujer, Mariel Arévalo.
El que se conoció anteayer, de un nene de 8 años con lesiones de larga data que investiga también Instrucción 10ª; el de una beba de 10 meses con un "síndrome de sacudimiento", que tramita Instrucción 8ª, y el de la nenita internada ahora en el Vilela. Y eso que lo que reciben los efectores representa apenas la punta del iceberg (ver aparte).
"Se me cayó". El caso que tomó estado público ayer se produjo el 29 de abril pasado. Ese día, una chica de 20 años —vecina del barrio Emaús— llegó con su beba de 14 meses al Hospital Zona Norte diciendo que se había caído de la cama, contó Arévalo.
Pero los médicos advirtieron que la lesión —traumatismo de cráneo— era "gravísima" y, al tiempo que decidieron trasladar a la paciente al Vilela para que fuera operada, notificaron a la Dirección Provincial de la Niñez. La Justicia y la policía formaron parte de las instituciones que confluyeron en el caso.
Tras ser operada (porque presentaba coágulos en el cerebro), la nena quedó internada en el Vilela. "Evoluciona favorablemente, está consciente y come bien", contó ayer la jefa de Clínica, Sala I, Liliana Grau.
Aun así, para ser dada de alta la beba deberá esperar a que "las cosas estén más claras", explicó la médica. A esa claridad coadyuvarán los aportes interdisciplinarios del Grupo de Atención al Maltrato Infantil (Gami), que desde el principio actúa en el caso, así como las resoluciones que tomen la Justicia y Niñez.
Por de pronto, la jueza Irma Bilotta, a cargo de Instrucción 10ª, resolvió que las inconsistencias en el relato de la mamá —que sólo sostiene la versión de la caída de la cama— ameritaban su detención. Por eso, la beba quedó en el hospital acompañada por su abuela.
Ayer, además, le tomó declaración y ordenó medidas de peritaje a cargo de la policía en el entorno y la casa de la chiquita, donde también viven sus abuelos y tíos.
Por ejemplo, graficó Arévalo, se tomarán alturas para analizar de qué otra altura podría haberse caído. Porque entre las múltiples hipótesis no puede descartarse que, en vez de maltrato, pueda haber existido negligencia.
Se duplicaron los casos en cinco años
Los casos de maltrato infantil que recibe el Hospital Vilela, “sólo una muestra del total que se produce”, se han duplicado en los últimos años, afirma la subdirectora del centro de salud, Alicia Giménez. Si hasta 2005/2006 al mes llegaban al hospital entre 8 y 10 nenes víctimas de violencia, hoy se reciben “al menos de 15 a 20”. Y las muertes por esa causa también muestran un incremento: en lo que va de este año, dijo Giménez, ya hubo dos chicos fallecidos. También notan que hay muchos más niños heridos por balas o que quedaron en medio de peleas entre bandas. “Estamos condenando a la infancia”, advierte la funcionaria.
No lo dice cualquiera, sino una abogada que ahora forma parte de la conducción del hospital y que durante 20 años integró el Grupo de Atención al Maltrato Infantil (Gami), un dispositivo interdisciplinario creado en el nosocomio muy precozmente, en 1982, y sostenido a lo largo de décadas.
Giménez cuenta que las intervenciones del Gami implicaron un cambio de paradigma que permitió pensar en que “detrás de una fractura podía haber un terrible sufrimiento de un niño”.
Y de hecho, ese tipo de sufrimiento cada vez llega más al hospital como producto de la escalada de violencia que registra la sociedad en su conjunto y que suele encontrar en los chicos un eslabón especialmente vulnerable.
“Aparte del aumento de casos, vemos que las situaciones son cada vez más complejas y con perfiles distintos a los de hace 10 años”, afirma la funcionaria. Producto de una mayor vulnerabilidad y pobreza en amplios sectores, de una enorme cantidad de armas de fuego en circulación, de enfrentamientos entre grupos, de la droga que hace estragos. “Es alarmante la cantidad de chicos heridos por armas de fuego”, cuenta: al menos 5 o 6. Y las víctimas fatales por maltrato en estos cuatro meses ya llegan a dos. Si bien los hospitales denuncian todos los casos en que se presume violencia o maltrato infantil, Giménez presume que la problemática aparece también en muchos centros privados, aunque silenciada
http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2011/05/11/noticia_0002.html
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