Hasta cuándo deben esperar los padres para divorciarse, solo por los hijos

Lunes, 27 de Febrero, 2012

Por: Karen Johana Sánchez

Las peleas pueden afectarlos más que una separación
Viviana lleva 22 años viviendo con su esposo. Tienen dos hijas, de 9 y 18 años. Nunca se casaron, pero siempre han vivido juntos. Ambos responden por las obligaciones económicas, tienen dos carros, comparten todo en su vida, pero ya no se aman. Bueno, aparentemente, pues duermen en camas separadas y es escaso que se acerquen para darse un beso o cogerse de la mano.
¿Por qué siguen juntos? Ambos responden de la misma manera: “No queremos separarnos por nuestras hijas. Ellas merecen crecer en una familia funcional, con una madre y un padre en el hogar”.
Pero sus hijas viven con diversos problemas. La pequeña tiene dificultades de socialización, mientras que la mayor mantiene una relación conflictiva con su padre; incluso, a veces no se hablan.
Entonces, ¿hasta dónde es normal que una pareja conviva, justificando que los padres quieren seguir juntos solo por sus hijos?
La psicóloga de familia y autora del libro Algo pasa en casa: el divorcio de mis papás, María Elena López, dice que es muy frecuente que los adultos, aunque estén inmersos en una relación disfuncional, no se separen por sus hijos, ya que ellos representan un proyecto importante para los padres y no quieren frustrar estas expectativas; hacerlo “genera culpa, sensación de fracaso y de incompetencia en su labor”.
También es importante el deseo de no causar daños en los pequeños y las consecuencias que la separación conlleva: la custodia, la manutención, los traslados, etc. Hay otros que, por condiciones económicas, evitan separarse.
“Estas decisiones muestran que esos papás aprendieron a que ser buenos padres es estar sin separarse, pero dan una imagen de pareja que no ayuda a la salud mental de la familia”, añade la terapeuta de familia y de pareja Olga Susana Otero.
Los especialistas coinciden en que esta situación la vive un alto porcentaje de parejas, especialmente en las primeras etapas de los conflictos o cuando los niños están muy pequeños. Este último es un motivo que justifica la unión de la pareja y, por eso, los adultos anteponen el bienestar de los pequeños a sus propios intereses, explicó en una entrevista por correo electrónico José Manuel Aguilar Cuenca, Licenciado en Psicología de la Universidad de Granada, España, y autor del Síndrome de alienación parental y dos guías para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Si los padres conviven solo por sus hijos, los síntomas de desacuerdo, confrontación y distancia entre la pareja se agudizan. Con frecuencia, se llega a la agresión, apatía, desvalorización o abandono entre los miembros de la familia, puntualiza María Elena López.
Es el caso de Lucía, quien fue espectadora de agresiones, peleas y hasta golpes, hecho que marcó su vida. Recuerda cómo sus padres discutían en cualquier rincón de la casa.
Aunque su madre conocía los casos de infidelidad de su padre, cuenta que ella se oponía a separarse por el cuidado de los niños y la dependencia económica. Pero llegó el día en que la situación se tornó más caótica y su papá tuvo que marcharse de la casa.
Desde entonces, Lucía vive con su hermano y su madre. Está segura de que su vida cambió desde la separación de sus padres, quienes ahora tienen una relación más amistosa.
En este sentido, aunque la separación es una decisión adulta y los hijos deben ser el interés supremo, ellos también pueden ser los más afectados con cualquier opción que tomen los padres. Por eso, se debe evaluar si la

http://www.abcdelbebe.com/nino/preescolar/desarrollo/divorcio-hasta-cuando-deben-esperar-los-padres-por-los-hijos