Sábado, 3 de Octubre, 2015
Cristian Quintanilla llevó un día a su bebé al hospital, y tras es examen de los médicos fue acusado como causante de la hemorragia de su bebé bajo el síndrome del zarandeo. Después el juez además le impuso una orden de alejamiento de su propio hijo, pero el informe de un forense determinó que la causa del mal de bebé era que su cerebro era demasiando pequeño, y no fruto del maltrato infantil por lo se acusó al padre.
Por fortuna no esta separado de la madre de su hijo, la cual en todo momento le mostró su apoyo y creyó en su inocencia. Cuando es el padre el acusado de la agresión al bebé o al hijo rápidamente los jueces disponen el alejamiento del padre respecto del menor, pero cuando es la madre la acusada la forma de actuar por la justicia es muy distinta. La denuncia más común para impedir el contacto entre la figura paterna y los hijos es la del abuso sexual, a través de ella se consigue de inmediato que los jueces dicten una orden de impedimento de contacto del papá con los hijos hasta que se resuelva el caso. Los padres separados la conocen como "la bala de plata", y a través de ella hay padres que incluso han pasado 7 años sin mantener contacto alguno con sus hijos, y cuando les han vuelto a ver los menores padecían una fuerte manipulación parental. Fue el caso de Miguel Ángel Torres, este hombre fue acusado de abusos sexuales a su hija cuando ésta contaba con 2 años, al final concluyeron que la pequeña tenía lombrices y que era la causa de sus molestias, y no los abusos achacados al padre. El juez permitió que el padre viese a su hija cuando la niña ya tenía 9 años, y la propia niña le decía que ella recordaba como cuando tenía 2 años su padre la violaba.
Fuente:
Alejandro Villar Martín
http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/Familia_unida-maltrato-orden_de_alejamiento-enfermedad_congenita_2_2061180162.html
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