14 Oct 2010
- Sigue guardandose en el ambito de lo privado
Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Los hombres en Tamaulipas se han quedado a la zaga en la defensa de sus derechos, cuando estos llegan a ser violentados por sus propias mujeres, lo que es una realidad que sigue guadrandose en lo privado, como no sucede con las mujeres, que en los últimos años han logrado grandes avances en lo que a la cultura dela denuncia se refiere.
De lo anterior da cuenta la Directora Juridica del Instituto de la Mujer Tamaulipeca, Licenciada Angelica Rezendez quien detalla que ante este panorama y siendo los hombres cooparticipes de la epidemia en que esta convertida la violencia familiar, se dieron a la tarde a capacitar a los hombres en el tema:
"Por lo general los hombres son los victimarios, pero detras de cada uno hay una historia de vida con la que trabajar, en el Instituto se dieron talleres de masculinidad empezando por los funcionarios públicos, para que se identificaran con el grado de violencia y los resultados fueron buenos, pero hay que reconocer que el maltrato hacia los hombres existe y estos por "machos" se lo guardan, no denuncian, porque cargan con una cultura machista que se los impide."
Las agencias especializadas en violencia familiar dan cuenta de los testimonios de estos casos...
Arrastrando su vergüenza y escondiendo bajo la camisa cuadrada los moretones de su espalda y los arañazos en los brazos; lo recuerdan presentándose ante la Fiscal Investigadora:
“Fue mi mujer...” Dicen que dijo con voz apenas audible. “Quiero que se le castigue porque ya no aguanto más, ha estado a punto de matarme, me ha quemado con cigarrillos, con aceite hirviendo y hasta con la plancha...” Aseguraba mientras mostraba una marca añeja en su brazo derecho.
“También me a picado con el cuchillo de la cocina, golpeado la cabeza con un palo y me ha cerrado la puerta de mi casa. Me insulta hasta que se cansa; lo que más me duele que lo hace delante de los niños y cada que le da la gana...”
Quien tiene la palabra es Fidel Zapata Torres, de 35 años de edad, ingeniero de profesión, padre de dos niños pequeños y casado desde hace cinco años con Mariana Tovar; ambos con domicilio en la Colonia Guadalupe Mainero de esta capital.
El, es uno de los hombres que han dejado el silencio; para denunciar los malos tratos que sufre por parte de su esposa.
No es el único; Lorenzo Núñez Ordóñez, a sus 50 años siente que la vida se le acabo; con dos años de litigios y el monte del “vendado” que lo persigue hasta en sus pensadillas en donde llorando despierta tratando de explicarse el porque?; su mujer –Enedina Torres, DE 40 años de edad- lo dejo por otro, y por si fuera poco; lo tiene demandado reclamando del 40 % de sus ingresos, porque de los cuatro hijos que tenía, ella se llevó al más grande:.
“Pero me dejó a tres niños chiquitos, - 6, 4 y 2 años de edad-; soy electricista y con lo que gano apenas completo para pagar a una señora que me ayude con los niños mientras trabajo, Enedina se olvido de ellos, si bien nos va manda por ellos cada 15 días, ella ha hecho otra vida, y muy apenas se hace cargo del mayor y eso porque ya tiene 10 años y mi suegra se lo cuida, porque el hombre con el que esta le ha conseguido trabajo de celadora.
Asegura no saber en que momento 12 años de matrimonio se acabaron:
“Toda mi vida he sido un hombre tranquilo y de eso han dado testimonio las personas que me conocen y quienes lo han firmado ante la ley en la denuncia que yo también le puse por abandono de personas –Expediente 234/009- pero eso solo fue el fin. Ya que desde hace tres años mi vida se convirtió se convirtió en un infierno, de gritos, exigencias y hasta cachetadas, amenazas con meterme a la cárcel si me atrevía a tocarla, solo Dios sabe como me aguante que hubiera noches que no llegara a dormir, los vecinos y la misma familia no me bajaban del “venado” por lo cornudo, la última vez que me llego con chupetones en el cuello, fue la única vez que la jalonee, y como es güera, las marcas le sirvieron para denunciarme por violencia familiar.
Lamenta que hasta las autoridades pongan en tela de duda, cuando un hombre se atreve testificar que la violencia en contra nuestra es una realidad, tal vez los casos son los menos, pero son igual de crueles que los que enfrentan muchas mujeres.
Por lo anterior externa su desesperación, ya que su matrimonio se acabo, aunque todavía no hay divorcio, la que fuera su mujer lo tiene demandado y quiere el 40% de su sueldo, con todo y que ya hace vida de pareja con otro hombre que trabaja en la Secretaría de Seguridad Pública:
“Parece que para los hombres como yo, no hay justicia, pues para demostrar que sufrimos de violencia tenemos que demostrarlo doblemente...en tanto que yo veo, que cuando una mujer se queja de lo mismo; su palabra basta para que el culpable vaya a dar a la prisión”
Concluye.
EL SILENCIO DE LOS HOMBRES GOLPEADOS
Por cada diez denuncias de violencia doméstica que recibe la Agencia de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar de Ciudad Victoria por parte de las mujeres; se recepciona una por parte de los hombres.
En loas últimos 14 meses un promedio de 20 hombres victorenses han pedido castigo penal contra sus mujeres, asimismo se tienen registradas.
De acuerdo a la información proporcionada por la Licenciada Romeli Alvarado titular de la Fiscalía primera; el año pasado se tuvieron 10 demandas de este tipo, fueron los menos los hombres que han acudido a levantar una denuncia formal en contra de sus esposas por sufrir todo tipo de maltrato.
-En los últimos 14 meses recepcionamos 535 demandas en total, de estas solo 20 son de hombres agredidos
Considerando que las denuncias de este tipo son las menos, comparativamente con las recibidas por parte de las mujeres; apuntó que la gran diferencia que caracteriza a los hombres golpeados de las mujeres maltratadas es que éstos, por cuestión cultural, no suelen denunciar la situación que padecen, pues reconocer el hecho ante las autoridades representa un duro golpe a su hombría.
“Por ello suele no haber comparación en cuanto a las denuncias recibidas por parte de las mujeres ni cifras confiables del maltrato en los hombres, pues es un hecho que no hacen la denuncia, y menos si son golpeados por las esposas; por ello es muy pequeño el porcentaje de quienes sufren violencia física y rompen el silencio”
A manera de comentario, la profesionista del Derecho marcó; que en una sociedad como la nuestra, las golpeadas suelen ser las mujeres. A un hombre le cuesta admitirlo, pues para su estima es tan denigrante plantear un caso de este tipo que la mayoría optan por callar este tipo de problemas cuando los sufren”.
Agregó:
-De los hombres que han formulado denuncias penales en contra de sus esposas por maltrato físico hay que destacar que se muestra una enorme diferencia entre el maltrato que sufren las mujeres; pues mientras ellos presentan rasguños o moretones, ellas se presentan con heridas en la cabeza, enormes golpes que incluso ponen en riesgo su vida o brazos fracturados.
GOLPES A LA HOMBRIA
Más allá de las estadísticas y las estimaciones oficiales; es un hecho que el maltrato físico y psicológico, ejercido por mujeres a sus parejas, hombres, es más frecuente de lo que nos imaginamos; esto bien lo sabe el Abogado Luis Carlos Herrera; quien durante diez años ha padecido todo tipo de vejaciones por parte de la que ahora esta apunto de ser su ex esposa, después de un largo divorcio necesario:
Recabado su testimonio tras sellar el compromiso de guardar su identidad; quien cuenta entre su biografía personal haber sido, litigante y funcionario de la Procuraduría de Justicia; narra su experiencia:
“Como sucede con la mayoría de los problemas de violencia familiar, la situación empeora día tras día y los maltratos aumentan puertas adentro; en mi matrimonio con Marta ni siquiera me di cuenta en el momento que el maltrato verbal y psicológico que ejercía sobre mi; llegó a la agresión física; con ella entendí porque, muchas esposas que agreden verbalmente a sus maridos, terminan siendo golpeadas; es un hecho que la intensa agresión que llegamos a padecer los hombres por parte de las mujeres; muchos no podemos solucionarlo sino en con violencia física”.
Aunque no recuerda el inicio del fin de su matrimonio, apunta:
“Por mi trabajo de abogado; se que no soy en único que a pasado por una situación de este tipo; pero la gran mayoría preferimos guardar en silencio el maltrato que sufrimos pues sabemos que de hacerlo público harán escario de nosotros, no faltaran las burlas e incluso se pondrá en duda la hombría. En mi caso era terrible día a día volver del trabajo, las continuas malas caras, las continuas discusiones, por esto, o por lo otro, los reproches de todo tipo, sin venir a cuento y otro tipo de castigos que no siendo físicos, pueden deteriorar y de hecho deterioran notablemente la vida de una pareja, de este tema no se habla en publico, no sale en los periódicos, ni en la televisión, pero están ocurriendo, todos los días; cuando la situación llegó al grado de poner en riesgo la seguridad de mis hijos y la mía propia, decidí recurrir a la ley, en la demanda de divorcio quedó asentado todo lo que viví por años al lado de Marta; cuando leí la informativa, ni yo mismo podía creer el aguante de tantos años de infierno”
Explica:
“Llegó al grado de provocar un incendio cuando yo estaba dormido; también estaban mis dos hijos; aún después de que yo deje la casa, varias veces me hecho el carro encima tratando de atropellarme; en la espalda todavía traigo la marca de unas tijeras que me encajo en un pleito que tuvimos; y que sin hacerme la víctima ella empezó.
Dicen los especialistas que a menudo los hombres que son atacados físicamente por mujeres no son conscientes de tener un problema. Con frecuencia ellos ven a sus esposas (o novias) como las que tienen un problema. Esta es una de las razones por las que los hombres no se quejan públicamente de los abusos; pues además es un hecho que los hombres en general no se ayudan entre ellos y si a esto se le agrega que cuando llegan a reconocer que sufren un problema de maltrato físico, la misma sociedad no cree o no entiende su queja como creíble.
JUSTICIA POR PROPIA MANO...
De no ser porque la puñalada que le dio su esposa estuvo a punto de quitarle la vida y amerito atención médica; Sixto Zurita jamás hubiera presentado denuncia penal contra su mujer por el delito de lesiones.
Incluso en el hospital donde fue atendido aseguró que la herida en el abdomen se la había causado el mismo.
Pero la autora de su dolor se declaro culpable y hasta el penal del estado fue a dar por ser una lesión de las que ponen en riesgo la vida; en su informativa dejó asentados los motivos de la agresión:
_Ya estoy cansada de tanto maltrato; ese día se enojó porque le hice chorizo de cenar y él es alérgico, por eso se enojo, después quiso golpear a mi niño y para defenderlo fue que le di la puñalada.
La Fiscalía especializada dio cuenta de este caso, encuadrado en el expediente 33/2009.
Pero la historia de Sixto es parte de la excepción de la regla; pues hay que ver que de acuerdo a información recopilada se dice que los comportamientos violentos han estado ligados generalmente al género masculino. Sin embargo, en el contexto local de la violencia doméstica; comparativamente al año pasado el número de denuncias por parte de los hombres se duplicó –de cinco a diez-.
Aunque hay quien opina que si salieran a la luz pública todos los caso de hombres maltratados que se dan cotidianamente; quiérase o no, daría una distribución igualitaria de la violencia familiar.
LA CULTURA MACHISTA EVADE LAS DENUNCIAS
Las causas de la violencia doméstica pueden ser por un deterioro en la relación de la pareja, incompatibilidad de caracteres, que empiezan a chocar y llegan a los malos tratos; la línea divisoria entre el maltrato psicológico, el abuso emocional y los golpes, rasguños, aventones, jalones de pelo, puñaladas, balazos es prácticamente invisible y fácil de traspasar.
“Ante este hecho, todavía no nos acostumbramos a que los hombres denuncien los malos tratos; ellos mismos ven la denuncia como un acto que puede afectar su hombría. Este factor cultural tiene mucho peso, es muy difícil, por no decir que imposible, erradicarlo. Como consecuencia tenemos que solo diez hombres que han sido maltratados han puesto la denuncia respectiva; eso si, pidiendo todo el peso de la ley para sus agresoras”
Señala la abogada Romeli Alvarado.
“Pero las pocas denuncias que se tienen registradas ponen en evidencia que el problema existe, dan un pincelazo a la realidad que los hombres pueden estar padeciendo; pero si nos vamos al grado de agresión que sufren estos en manos de sus mujeres; poco tienen que ver con las que cotidianamente padecen las mujeres, en cuanto a la saña con que se presentan las agresiones; pues poco tiene que ver rasguños a heridas en la cabeza o enormes hematomas en la espalda; la fuerza física de una y otro marca la diferencia de las heridas con que suelen presentarse en la fiscalía. Aquí hay que aclarar que la denuncia recibe un trato conforme a derecho sin distinción de sexo” Termina comentando la abogada.
Fidencio, Luis, Sixto; los nombres es lo de menos; sus hechos son lo de más, son hombres que nos les importo ser la excepción de la regla o como dice el dicho: Una de cal por muchísimas de arenas?, ¿O no?
http://www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=137965&titulo=Cultura_machista_calla_el_maltrato_masculino.html
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