Martes, 1 de Mayo, 2012
Al menos ocho de cada 10 niños que tienen problemas en la escuela derivan de estos núcleos.http://www.laprensa.com.bo/diario/actualidad/la-paz/20120428/se-rompio-el-742-de-las-familias-bolivianas_24260_38825.html
El 74,2 por ciento de las familias de Bolivia es disfuncional. Los padres e hijos viven separados o han dejado de relacionarse, aunque vivan juntos, según un estudio. De esta disfuncionalidad surgen niños o niñas que tienen o generan problemas en la escuela, muchas veces reflejados en agresiones hacia otros menores.
Tres separaciones. Según el director general de Escuela de Padres, Gustavo Mejía, esta organización elaboró un estudio sobre aproximadamente 3.000 familias, en todo el país, que permite deducir que este problema se presenta en casi tres cuartas partes de las familias bolivianas.
“Generalmente, el índice que maneja el INE (Instituto Nacional de Estadística) fluctúa entre 48 y 52 por ciento de familias que se separan. Pero más allá de ellos, hemos hecho una investigación que nos permite saber cuántas familias estaban unidas de hecho y se han separado de hecho, entonces eso incrementa el porcentaje”.
Sin embargo, la cifra aumenta por consultas puntuales. “Hay familias que se encuentran dentro de un mismo espacio, pero en ellas ya no existe amor, ya no existen relaciones de ningún tipo, viven por el qué dirán y son totalmente disfuncionales. Hablando de estos tres grupos es que llegamos a un análisis concreto de que el 74,2 por ciento tienen este tipo de relación”, precisa Mejía.
la separación, para los hijos. Según Mejía, se puede observar que cuando un niño proveniente de una de estas familias ingresa al colegio, resulta “bastante crítico para muchos”, pero también están quienes son muy accesibles a quedarse e incluso a separarse de sus padres.
Esta situación, por la que atraviesan casi todos los niños, “se debe a una serie de factores que tienen que ver con el comportamiento de la familia y su relación”.
Cuando hay problemas en la familia, es común que los niños sean afectados, lo cual repercute en sus actividades escolares.
“Cuando hablamos de muestras de violencia en las escuelas, aproximadamente un 82 a un 84 por ciento de los niños que manifiestan violencia declararon que no reciben afecto en sus casas, viven en hogares disfuncionales; eso denota que el porcentaje de disociación influencia notablemente en los hijos, tanto dentro como fuera de la escuela”.
La situación se complica, señala, porque no hay políticas abordadas desde los gobiernos central, municipal o departamental para prevenir y proteger a las familias.
“Al no proteger la familia, muchas personas no van a saber qué hacer como padres y madres, y obviamente tampoco, cómo conducir a sus hijos de manera adecuada dentro de sus propias características y necesidades”.
El Director de Escuela de Padres recuerda que si bien la separación de los padres influye, puede no ser determinante, porque al fallar como pareja, los progenitores deben entender que ello no significa que deben mantener una mala relación, en especial si tienen hijos, puesto que, en muchos casos, la separación es también una especie de divorcio con los niños, quienes, por lo general, se quedan con la madre.
“El tema debe ser tomado en cuenta por las autoridades, porque el núcleo de la sociedad es la familia y sin ella no podemos sostenerla”.
Gustavo Mejía / DIRECTOR DE ESCUELA DE PADRES
LAS CIFRAS DEL ESTUDIO
Escuela de Padres es una organización civil que ha publicado el libro Educar sin violencia es aprender sin miedo con base en el estudio de referencia.
HALLAZGOS
El 23 por ciento de los padres y madres piensa que la escuela se considera
la segunda casa.
El 31 por ciento afirma que se trata de una necesidad básica en el desarrollo de los niños.
El 28 por ciento la asume como parte integral de la familia y coadyuva con ella.
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