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miércoles, 13 de febrero de 2013

La Infanta, Mato y Zaldívar: club de las esposas tontas

Miércoles, 13 de Febrero, 2013
La primera que dio el cambiazo fue Mayte Zaldívar. Dejó de ser una mujer más o menos apañada y que sacaba su restaurante adelante cuando su marido no era nadie en el mundo de la política, para convertirse posteriormente en una zombi total cuando a su casa llegaban bolsas repletas de euros. Pensaba que era como el Maná de la Biblia y por lo tanto si era un don divino para qué iba a preguntar y cuestionar su procedencia. Eso sí, para gastar a manos llenas no había problemas de tipo doméstico y mucho menos ético. Cuando la ley pilló a toda la banda, Zaldívar fue rotunda en sus declaraciones. Más o menos vino a decir: “A mí que me registren”, aduciendo que eran cosas de su marido Julián Muñoz. A los jueces, que Mayte dijera que no se enterara nos les ha influido demasiado.
La infanta Cristina es otra esposa a la que se le suponía inteligencia o al menos un nivel académico alto y por lo tanto con capacidad para estar al tanto del funcionamiento de varias empresas en las que figuraba con responsabilidades. Pero ella tampoco se enteraba de nada. Autista total. No preguntaba a su marido cómo pagaban el casoplón de Pedralbes, la hipoteca de La Caixa, los sueldos del servicio que no estaba dado de alta en la Seguridad Social, las cuentas esparcidas por paraísos fiscales… La duquesa de Palma, la primera infanta licenciada de la rama Borbón, no se enteraba. De lista pasó a tonta.
Y la tercera dama boba, que podría ilustrar la obra de Lope de Vega, es la ministra de Sanidad Ana Mato. Este caso es quizá el más llamativo, porque siempre ha sido titular de cargos de responsabilidad. Tanto en el Partido Popular como ahora como garante de un ministerio donde tiene que manejar, organizar y coordinar. Resulta muy extraño que no se hubiera enterado de que en el garaje de su casa estaba aparcado un Jaguar. En ese vehiculo se montaban sus niños para ir al colegio. Y ella pensando que iban en transporte público. Y seguramente tampoco era consciente de que su casa se inundó de confeti como si fuera el Kilimanjaro.
Si ellas son tontas, ¿quiénes son las listas?
http://www.vanitatis.com/blogs/en-vena/2013/02/12/la-infanta-mato-y-zaldivar-club-de-las-esposas-tontas-1694/

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