16/9/2011
Una niña de 10 años contó ayer en la Audiencia Provincial que su padre abusó de ella durante dos años sin ser consciente de que lo que le hacía era malo. La tenía totalmente engañada. La convenció de que los familiares deben acostarse entre ellos, «como en las películas, pues los actores que se besan son padre e hija o hermanos».
El hombre dice que lo que cuenta la cría es mentira, pero el fiscal cree que el mentiroso es él, de ahí que pida que sea condenado a 16 años de prisión.La acusación está convencida de que este individuo comenzó a abusar de la niña cuando se separó y él asumió la custodia. Y lo siguió haciendo incluso después de que la Xunta lo apartara de sus hijos al descubrir que no los escolarizaba, no los medicaba y era habitual verlo ebrio a altas horas de la madrugada en mitad de la vía pública junto a los pequeños.
Juicio
El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial a puerta cerrada. El hombre negó todos los hechos que le imputan. No la niña, que relató cómo fue su vida al lado su padre hasta el día que le contó a la directora del centro de menores donde estaba internada todo lo que le estaba haciendo y le hizo.
La barbarie comenzó tras la separación de los padres de la menor en septiembre del 2007. La esposa se fue de casa con los niños, pero el hombre pronto recuperó la custodia. A partir de ahí, los pequeños no hicieron más que cambiar de domicilio, siguiendo a un padre al que echaban de todas las casas de familiares por las que pasaba.Cuando a finales del 2009 la Consellería de Familia descubrió que tenía a sus hijos sin escolarizar, y que al niño, diabético, no le daba la medicación.
Si ya abusaba de la pequeña cuando vivía con él, de poco sirvió apartarla de su lado, pues iba a recogerla los fines de semana al centro para abusar de ella, según destaca el fiscal, que añade que «trataba a la niña como si fuera su pareja, exponiéndole de forma explícita sus deseos».
Centro de menores
Cuando la niña cumplió los 10 años y empezó a desconfiar de su padre, «al que siempre quería agradar porque tenía miedo», según el fiscal, el procesado la amenazó de muerte. Hasta que el 18 de junio del 2009, después de que su padre la dejase en el centro de acogida, la niña no pudo más y lo contó.
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