Lo que los menores pueden hacer legalmente a partir de los 14 años

Jueves, 1 de Octubre, 2015

Al margen del texto del artículo vamos a ir a lo práctico en un sentido que el artículo no recoge ni la más mínima mención. Hay hijos de padres separados que solicitan a los 14 años querer marcharse a vivir con el padre, pero en muchos casos ni siquiera el juzgado entonces permite que al menor acceder a su petición. Hasta incluso cuando se solicita la emancipación con 16 años los juzgados disponen de medios para no cambiar la custodia materna, pues si nos les queda más remedio que tramitar su solicitud, pues es legal, si pueden retrasar el procedimiento de forma que cuando se resuelva ya casi cuenten con los 18 años.

Uno de los mayores agravios que se producen contra los menores es que los hijos de padres separados crecen la inmensa mayoría bajo la única responsabilidad del cuidado de su madre. El padre solo mantiene la obligación de pagar la pensión de alimentos, y claro, se responsabilizarse en caso de que algún suceso tenga que ver con su hijo. Es frecuente en colegios e institutos el padre acuda a pedir información sobre sus hijos, y por mucho que pueda sorprender, en muchas ocasiones se le deniega, es hacer trabajo doble, y como ya se entrega a la madre, que se las apañen. Tiene que acudir entonces a inspección, e incluso a la Consejería, y después al menos con las notas si se ven obligados a duplicar la información. Pero sin embargo, cuando en el centro educativo el menor realiza alguna acción negativa, entonces el centro si informa al padre, solo para lo malo. Así después tienen la fama los hijos de padres separados de encabezar la lista de fracaso escolar, de ocupar gran parte de las plazas de centros de internamiento de menores, o de protagonizar sucesos "malos", su mala fama es una realidad.

Estos niños desamparados de su padre por la propia justicia, crecen viendo a su padre 4 días al mes en fines de semana, y aprenden por la vía de los hechos desde muy pequeños que no todo tiene perjuicios, si al principio cuando son pequeños sufren porque se tienen que separar de su padre cada domingo por la tarde, después muchos van refugiándose como pueden y protegiéndose contra ese dolor contra el cual no existe remedio, y al final descubren, según crecen, que también tiene sus ventajas el que su padre no esté con ellos, pues su capacidad de limitar ciertos comportamiento se encuentra anulada. Ellos no pueden inculcarles ciertos hábitos, como los de comer de todo, lavarse los dientes, o acostarse a una hora prudente. Con la llegada de la adolescencia se producen las peores consecuencias, llegando incluso a extremo de denunciar a su propio padre porque le quita el móvil, y lo más triste es como en el caso del enlace anterior la administración y la justicia colabora en ello.

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Fuente:
Javier Abril
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150930/abci-capacidad-obrar-201509291938.html