Reunión de los lunes

Nos reunimos todos los lunes a las 20,30 horas en la C/Vinaroz nº31, entrada por C/Pradillo, MADRID ¡TE ESPERAMOS!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Revolución sexual y feminismo

29 octubre 2011
Feminismo, cuando tratamos de definir el término feminismo rápidamente comprobamos que no se trata de un término opuesto al machismo, pues esto sería el llamado feminismo radical, que defiende la superioridad de la mujer sobre el hombre. Pero el feminismo no es esto, el feminismo defiende la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, por lo que un hombre puede (y debería) ser feminista.
El feminismo, tal y como lo conocemos hoy en día, nace a finales del siglo XIX. Aunque se conocen casos de reivindicaciones anteriores, como puede ser la de Christine de Pizan y su Epístola al dios del amor (S.XV), estos no dejan de ser casos aislados que no componen en si un auténtico movimiento, aunque indudablemente contribuyeron e influenciaron a las generaciones posteriores. El feminismo está íntimamente ligado con la ilustración francesa y el posterior socialismo, de hecho el primer gran logro del feminismo, la llamada primera ola del feminismo, es el sufragio femenino. Fue con la aparición de las ideas socialistas cuando la emancipación de la mujer fue colocada como objetivo y su lucha emancipadora considerada parte integrante de la lucha por la liberación de la clase trabajadora.
Es evidente que uno de los elementos perpetuadores del patriarcado y del estado discriminatorio de la mujer, es el ansiado control por parte del sistema del cuerpo femenino. Durante siglos las mujeres han sido víctimas de la doble moral religiosa que afirma que para ser respetables, deben de ser dóciles y sumisas. Lo permitido y bien visto cambia entre los hombres y las mujeres, lo que nos lleva a la incoherencia de criminalizar ciertas aptitudes en las mujeres pero no hacerlo con esas mismas aptitudes producidas en hombres, lo que crea una serie de contradicciones que deberían derivar en un cambio en la moralidad imperante. Está claro pues que desde hace siglos (incluso milenios) la mujer ha sido tratada como una simple mercancía en manos del hombre, se realizan transacciones comerciales con una mujer como si de cabeza de ganado se tratase, es este ansia de control del cuerpo femenino por parte del hombre lo que la ha visto relevada al segundo plano social y a la eterna servidumbre. Pero con la llegada del feminismo y la liberación de la mujer se produce también la liberación sexual, ahora la mujer es dueña de su propio cuerpo y puede hacer con él lo que le place. Aparece la “mujer nueva” en la década de los años 20, cuya independencia y libertad fue elogiada por los sectores menos conservadores de la sociedad. Esta mujer es quien de dejar a su marido, tener amantes, comenzar una relación con otra mujer o tener hijos fuera del matrimonio. Es el momento en el que Alexandra Kollontai afirma que la mujer nueva “no oculta sus instintos físicos naturales, sino que se autoafirma como persona y mujer”. Es en este momento cuando el colectivo lésbico saca a la luz el erotismo de sus deseos y explora los límites emocionales en las relaciones entre mujeres; aceptando a los transexuales entre sus círculos, pero descartando a las mujeres bisexuales.
A partir de este momento comienzan a surgir y expandirse debates como el de los anticonceptivos y el aborto. En este contexto hace su aparición el socialista Wilhelm Reich que animaba a los chicos a tener relaciones prematrimoniales y a las chicas a liberarse de las inhibiciones, y facilita métodos para el control de la natalidad. Alva Myrdal que comprende la sexualidad como algo racional siempre partiendo de la base de que la finalidad última de las mujeres para con el país y la raza humana es la de tener hijos. Progresivamente, y a pesar de los intentos de contracultura de iglesia y estado, la relajación en la moralidad sexual y la idea de una sexualidad sana y libre se fue extendiendo e imponiendo entre la sociedad del momento hasta la llegada a este momento de la historia. En este momento de la historia las mujeres deben asumir el derecho sobre sus cuerpos, consagrado al hombre. Debe abandonar el lenguaje, siempre patriarcal, que pretende preservar una moralidad podrida y desfasada que hace de la palabra“puta” un insulto. Disfrutad de vuestros cuerpos, por que tenéis el derecho a decidir sobre vosotras mismas. Los cambios en las relaciones sociales vendrán propiciados por los cambios en la vida cotidiana, por los pequeños cambios en la infraestructura del sistema, que poco a poco irán mudando la ideología hegemónica. Es necesaria una revolución en la vida privada, porque lo personal es social.
P.D.: Este artículo va dedicado a todas las mujeres que se hayan animado a leerlo, porque a pesar de ser hombre soy feminista, a pesar de haberme encontrado a lo largo de mi vida con mujeres que me despreciaron por el mero hecho de ser hombre, nunca he perdido la fe y el respeto por sexo opuesto y siempre lucharé por la total igualdad de derechos entre ambos sexos. Saludos y un cálido abrazo a todas.
P.D2.: Algunos de los datos de este artículo han sido sacados de un artículo del “Comité das mulleres de ADIANTE”, colectivo feminista perteneciente al colectivo de la juventud comunista e independentista de Galicia ADIANTE, al que me siento orgulloso de pertenecer, un cálido abrazo también para ellos.

Lobo Estepario

No hay comentarios: