Las personas con un alto nivel de sexismo, tanto hostil como benevolente, es decir, que consideran a la mujer como alguien inferior o como alguien débil a quien hay que proteger, poseen también un componente racista, explica Maite Garaigordobil, catedrática de Evaluación Psicológica que, junto a Jone Aliri, han dirigido el estudio.
Los resultados de la investigación indican que ambos procesos son muy cercanos y que se basan en creencias más generales sobre las relaciones entre distintos grupos. “Incluso permiten plantear que la actitud prejuiciosa podría ser un rasgo de la personalidad”, afima Garaigordobil en declaraciones a la Agencia SINC.El sexismo es una de las principales creencias que mantiene la desigualdad entre sexos vinculado con la orientación hacia el dominio social y autoritario. Las personas sexistas aceptan las jerarquías y la desigualdad social, considerando que cada cual se merece el rango social que ocupa y que 'su clase' es la mejor.
Dada las estrechas similitudes que hay entre racismo y sexismo, fomentar la igualdad y disminuir los prejucios tendría un efecto positivo en la prevención de la violencia.
FALTA DE AUTOESTIMA
El estudio señala que apenas existe relación entre la falta de autoestima y el sexismo, al contrario de lo que creían las investigadoras al plantear su hipótesis, que consideraban el papel que desempeña la autoestima en las relaciones interpersonales.
En otras investigaciones se había constatado que una baja autoestima puede potenciar relaciones interpersonales negativas, como la dominación o agresividad, pero estos nuevos datos sólo hacen referencia en varones de baja magnitud. De todas formas, el sexismo influye en cómo se ven a sí mismas las personas.
CUESTIÓN DE SEXO
Los hombres con mayores cotas de sexismo hostil se definieron a sí mismos utilizando adjetivos asociados a la masculinidad, como físicamente fuertes, valientes, seguros de sí mismos, delicados o admirables, mientras que las mujeres sexistas hostiles se atribuían a sí mismas características opuestas a la feminidad: poco cooperativas, poco tolerantes, poco compasivas y poco sensibles o sentimentales.
Hombres, y mujeres, con rasgos sexistas benevolentes se autodefinieron mediante adjetivos asociados con la feminidad: cordiales, amistosos o buenos.
"Mientras que a los hombres les permite seguir en una posición de superioridad, a las mujeres les impide desarrollar todo su potencial", puntualiza Garaigordobil.
Hombres, y mujeres, con rasgos sexistas benevolentes se autodefinieron mediante adjetivos asociados con la feminidad: cordiales, amistosos o buenos.
"Mientras que a los hombres les permite seguir en una posición de superioridad, a las mujeres les impide desarrollar todo su potencial", puntualiza Garaigordobil.
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