Odile piensa que Jacques echaba de
menos jugar con sus amigos en la plaza del pueblo y también ir a comprar a la
esquina, dulces de chocolate de Madame Couqué o simplemente oler el aroma de los
buñuelos cuando pasaba cada mañana por la tienda, cuando iba a colegio con su
papá.
Hace unos años, Odile llegó a casa del colegio y mamá le dijo que
se montara en el coche que se iban a ver a los abuelos a España, y que se iban
de vacaciones. Ella no entendía nada. Porque ella era una niña mayor y sabía que
iban a ver a los abuelos Paco y Ana, pero que para eso quedaban dos meses en
aquel entonces.
Llegaron a la ciudad española donde viven sus abuelos, y
ahora ella tenía que dormir en una litera en un cuarto junto con Jacques, y
además tuvo que empezar a ir a un colegio en donde no conocía a nadie. Se sentía
extraña, sobre todo cuando las compañeras de clase le preguntan que porqué había
venido a España a vivir, y a qué se dedicaba su padre, y en dónde trabajaba y
todas esas cosas, que la hacían sentirse incómoda, porque ella no sabía qué
había pasado, y ella no sabe mentir.
A veces por las noches pensaba:
¿por qué su papá les ha abandonado?, y ¿porqué ni siquiera la llama a ella y a
su mamá y a Jacques por teléfono?. A veces se sentía enfadada con mamá, pero
también con papá, que había desaparecido. De vez en cuando, oía desde su cuarto
a su madre y a la abuela Ana hablar de papá, de dinero y de la su casa en
Francia.
Hablaban de una tal Maribel que le decía a su madre que no se
preocupara, y un día se enteró que Maribel era la abogada de mamá que, aunque
Odile no sabía muy bien qué era, pero recuerda haber visto en la tele a un
abogado vestido de negro, en una de sus series preferidas.
Odile no
entendía nada, ya que cada vez que preguntaba a su madre cuando van a volver a
casa, no le respondía nada, sino que la dejara en paz, y con un “ya veremos,
cuando” o algo que ya no acababa de entender: “es que tu padre es malo”.
Su madre ni tan siquiera hablaba en francés con ella, y Odile no
entendía qué pasaba. Jacques mientras tanto seguía portándose cada día peor. No
soportaba estar metido en un piso todo el día, y además se empeñaba en ir a
comprar dulces de chocolate con papá, y mamá lo castigaba en el cuarto cada vez.
Quedaban diez días para Nochebuena, y Odile echaba de menos a su padre,
ya que este año no fueron a comprar el árbol de navidad, o que como cada año se
disfrazaba de papá Noël, y aparecía en casa con regalos para todos los que
venían a cenar a casa. Ella ya se sentía mayor y sabía que ese Papá Noël era su
padre disfrazado, pero Jacques no lo sabía aún. Aquel año, se iba a la cama
pensando que ojalá este año, papá aparezca la Nochebuena disfrazado, como
siempre, con regalos para todos. Y luego reírse, cantar villancicos y salir a la
Iglesia del Pueblo, para ir a la misa del Gallo, que aunque ellos no van a misa
normalmente, pero la Nochebuena es especial en el pueblo y además Odile cantaba
con el coro del colegio cada año.
Capitulo segundo
Odile estaba
triste aquellas navidades, y Jacques seguía dando la paliza. Ya estaban de
vacaciones de navidad y ha pasado la Nochebuena. Mamá y los abuelos prepararon
una cena especial, y estuvieron viendo la tele un rato, hasta que fueron a la
cama. Jacques dio la nota, ya que no paró de preguntar por los buñuelos de
Madame Couqué.
Mamá incluso ha aprovechado las vacaciones de aquel año
en que todo cambió, para decirles a Jacques y a Odile, que no van a volver a
casa y que se quedan a vivir en España. Le dice a Odile que ya tendrá nuevas
amigas, y todo eso. Y que papá vendrá cualquier día a verlos, aunque como era
malo, no creía mamá que viniera a verlos.
Pero unos días después de
aquella nochebuena tan triste, llegaron a casa de los abuelos unos policías
vestidos de verde con papá. Odile no entendía nada. Mamá y los abuelos gritaban
a los policías, pero estos los agarraban y papá estaba en la calle al lado de un
coche de policía, donde metió a Odile y a Jacques.
En el coche, papá los
apretaba y los abrazaba tan fuerte que les hacía daño. Jacques lloraba y gritaba
mamá, y Odile no entendía qué pasaba. Desde el coche, fueron a la estación de
trenes y se quedaron dormidos mucho tiempo.
Capítulo Tercero
Odile ahora tiene quince años y Jacques es ya un todo
“cochon pre-adolescent”, y sigue siendo muy pesado. Odile y Jacques van a ver su
mamá y a los abuelos varias veces al año a España, y es papá quién los lleva en
coche.
Odile nunca entendió por qué mamá los llevo lejos de casa, sólo
porque ella decía que papá era malo, si ella nunca vio nada malo en casa. Alguna
vez, si alguien gritaba, ésa siempre era mamá. Ella nunca entendió nada de lo
ocurrido: papá nunca les ha dicho nada, sólo que les echó mucho de menos, en
aquella ocasión.
Pero Odile, está ahora en casa, con el pesado de
Jacques, y con su padre, y se sienten bien. Ya no hay gritos, y su mama está
mejor, sobre todo la última que la vieron en España y les presentó a su novio
Juan, un tío muy divertido y calvo.
Odile, se siente bien, y todo es
seguro. Sólo le preocupa una cosa estas navidades: que su amiga Francisca le ha
comentado que sus padres se van a divorciar, y Odile tiene miedo que la madre de
Francisca se la lleve lejos.
Y esta Navidad, irán a España a estar con
mamá, con Juan y con los abuelos, pero antes comerán buñuelos de la tienda de
Madame Couqué y, aunque Jacques ya es mayor, el papá de Odiel se volverá a
disfrazar de Papá Noël, y traerá regalos a los primos, y demás que vienen a
cenar a casa. Y como siempre, se reirán mucho con él. Y luego, se irán a cantar
a la Iglesia, aquello de: “noche de paz, noche de amor”.
Navidad 2011
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