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sábado, 26 de mayo de 2012

Los hijos y el divorcio.


Sábado, 26 de Mayo, 2012
“Justo ahora que me siento tan débil, necesito ser inteligente” pensó en voz alta. El marido ya no estaba, después de algunos meses de ver convertido lo que alguna vez fue hogar, en un cuadrilátero, él finalmente había empacado. Ella regresó de trabajar, la casa se veía semi vacía, la tele, el DVD y varios muebles así como utensilios de cocina habían salido junto con él. Se llevó lo que proclamaba como suyo. Ella sabía que ahora estaba sola, completamente. Sus hijas detrás de ella, observaban atentamente. Ella no podía sacar todo lo que sentía delante de ellas, la mirada tierna e intranquila de sus hijas, le recordaba que ellas la necesitaban, y la necesitaba bien. ¿Y cómo lograría ella no derrumbarse y mantener la objetividad? ¿Cómo explicaría cuando él se acercaba y le preguntaba “Mami, por qué lloras?”. Sintió un enorme peso en su espalda, un peso distinto, uno que sólo ella podría vencer.
¿Al divorciarte a qué te enfrentas?
Se enfrenta uno a muchas cosas, la crítica, la lástima, el abandono, la pérdida de amistades, etc. Sin embargo a pesar de todo ello lo más importante es recuperarte, y por ello me refiero a recuperar el control de tu vida. Se puede comenzar por asumir las propias emociones. Cosa nada sencilla, no por negar las emociones éstas dejarán de existir, así lo más importante es reconocer lo que estás sintiendo, y permitirte sentirlo, sin que esto domine tu actitud.
Otro punto esencial es apoyar a los hijos. A pesar del torbellino de emociones que pueda haber en tu interior, es necesario prepararlos para enfrentar la crisis.
También tendrás que enfrentarte a una nueva manera de relacionarte con el ex. La relación permanecerá, tal vez toda la vida, y tendrá diversos sentimientos, en este caso el tiempo ayuda en muchos casos a que la relación de ser agresiva se torne cordial o al menos respetuosa.
Hay que ser conscientes que al divorciarse se vive en un caos mental que de no tomar control irá en aumento.
¿Cómo decirles a los hijos que sus papás se divorcian?
Para los hijos no será un momento nada sencillo, y probablemente no lo digieran en el instante, sus reacciones pueden ser diversas. No obstante influirá mucho la forma en que aborden el tema. Es muy importante que tomes en cuenta los siguientes consejos:
o Mantener un ambiente tranquilo, ambos padres presentes, evitar mostrar dureza, es válido expresar sentimientos. Ir más allá del frio “El vivirá allá y yo acá”.
o Mencionar que los padres se amaron, que se casaron enamorados y pensaban vivir así mucho tiempo. Sin embargo las cosas cambiaron y ambos están siendo infelices. Se vale mencionar las diferencias “papá es muy apegado a tus abuelos y mamá quiere una familia más independiente”. Hablar con la verdad no significa culpar.
o Mencionar lo que se hizo por tratar de salvar el matrimonio por ejemplo: “Fuimos a terapia, sacerdote, consejero etc.” para no dar la idea a los hijos que la decisión es impulsiva. Lo intentaron pero no se pudo.
o Si los padres muestran sus sentimientos, los hijos tendrán la libertad de expresarlos, lo cual es sano. De no ser así, un hijo puede ocultar lo que siente “para proteger a sus padres” en un futuro saldrá todo el sentimiento reprimido de forma negativa.
o Recalcar que ellos no tienen nada de qué ver con el divorcio. Son producto del amor.
o Les debemos a los hijos una explicación genuina de nuestros sentimientos, así mismo darles la libertad de elegir el no “alistarse” como soldados para la batalla y recordar que uno sigue siendo una familia, pero una diferente.
o No son dos bandos enemigos, son padres antes que nada.

¿Cómo les afecta a los hijos?
La manera en cómo los hijos enfrenten la separación, se verá totalmente determinada por los conflictos que existan entre el padre y la madre. Cuando ellos logran mantener un ambiente estable y de buena comunicación dentro de la nueva estructura familiar, los niños pueden adaptarse con mayor facilidad a los cambios.
Si son pequeños pueden presentar trastornos del sueño, de alimentación, de hábitos, tics nerviosos o enfermarse con frecuencia. Suelen regresar una etapa, como volver a hacer pipí en la cama, por ejemplo.
El rendimiento escolar también se ve afectado, es normal y común que baje, sobretodo porque presentan dificultad para poner atención.
Tienen irritabilidad y susceptibilidad, fácilmente lloran o se molestan. Es importante en esos momentos ser tolerantes y pacientes, muchas veces ellos necesitan “sacar” lo que sienten y no saben cómo, o en muchos casos ni siquiera saben lo que sienten, sólo lo sienten. Paciencia y amor es la clave.
Un sentimiento de rechazo puede surgir, creen que así como se rechazaron los padres, los pueden rechazar a ellos también. La culpa por otro lado suele introducirse. Pueden creer que sus comportamientos negativos o su rendimiento escolar, tuvo que ver con la ruptura de la pareja. Es muy importante manifestarles con regularidad que ellos no tuvieron nada que ver en la separación.
También experimentan soledad, hay un vacío, y es el que deja el padre o madre que se va de casa, aún si está cerca, habrá ese vacío. Es por ello que muchos hijos, sobretodo los pequeños, tienen fantasías de que sus padres regresarán.
Otra forma en que les afecta un divorcio es provocándoles tristeza, pueden incluso aislarse y/o mostrar cierta agresividad. Puede ser que lloren y disfruten menos de las actividades que antes gustaban. Es aquí donde resulta importante que los padres les permitan expresar lo que sienten e incluso compartir sus propios sentimiento. Por ejemplo cuando recién me separé, había una foto de mi boda, la descolgué, la observé, y mi hija alcanzó a ver que en mis ojos habían lágrimas, me preguntó: “¿Mami, estás llorando?” respondí: “Si, siento feo, aunque sé que terminó, me duele.”
Muy común y casi inevitable será la ira, la cual pueden expresar contra ambos padres, contra el “culpable”, contra los adultos o compañeros. Es normal esa emoción, quiere decir que el niño está asumiendo la situación. Lejos de reprimirla, lo ideal es mostrar comprensión y darle al hijo una lección de vida: Encontrar la forma adecuada de sacar el coraje sin lastimar a otras personas. Ser amoroso con el o los hijos. Si se le califica de malo, se reprimirá y puede caer en depresión en un futuro.
También experimentará miedo a la separación, esto quiere decir que muchas veces puede presentar síntomas de pánico al separase de uno de los progenitores, ya sea para ir de visita con uno u otro. Se manifiesta como temblor, sudoración excesiva, vómito o dificultad para respirar. Son incapaces de apartarse de la madre a quien se aferran ante la inminencia de quedarse solos aunque sea por un momento. Muestran rechazo a otros adultos que no sean los papás o personas muy cercanas. Aparecen tics como comerse las uñas, halarse el pelo o morderse los labios. También puede tener dificultad para dormir o pesadillas y preocupaciones por perderse. Se muestra muy preocupado por el bienestar de sus padres y constantemente alude a que algo malo pueda pasarles.
Ok, ya vimos qué sucede, la pregunta esencial sería ¿Cómo ayudarles a enfrentarlo? Aquí unos consejos:
• Ayudarle a reconocer sus fortalezas y aprovechar sus capacidades y cualidades.
• Las necesidades del hijo deben estar antes que las de uno o las de su ex cónyuge.
• Ser sensible a la expresión de sus emociones, especialmente las que consideramos negativas.
• Reforzar sentido de pertenencia. Que sepan que no están solos ni lo estarán.
• No consentir ni sobreproteger. Por querer compensar el dolor, junto con un sentimiento de culpa de los padres es muy común caer en este error, que lejos de ayudar al hijo le afectará.
• Evite hablar mal del ex cónyuge. Sea como sea es el padre/madre de su hijo, lo menos que necesita su hijo es que le
• Mantener en lo posible la misma rutina que cuando casados. Esto es sobretodo en cuanto a horarios y actividades.
• Evitar bandos. No ponerlo en medio de la dificultad. El hijo es espectador, no protagonista del divorcio.
• Adquirir nuevas expresiones, es decir, cambiar las palabras que tienen un sentido negativo por otras que representen la pertenencia al grupo que se ha transformado. Por ejemplo es mejor decir: Tengo dos casas, Vivo con mi papá los fines de semana, El papá o la mamá de mis hijos, Él no nos abandonó, se movió a otra casa. El matrimonio no fracasó, terminó.
• No usar al hijo, ni como trofeo, ni como intermediario.
• Negociar la custodia más sana: Estadísticas indican que los padres son más propensos a alejarse de la vida de sus hijos que las madres. No obstante, los dos se hacen indispensables para los pequeños, sus roles son complementarios y los niños se benefician al mantener la relación con cada uno.
• Evitar el ensimismamiento de los padres, que al tratar de sobrevivir ante este caos, generan en el hijo una sensación de sentirse rechazado.
¿Y qué sucede cuando el padre se ausenta?
Es muy curioso el efecto de un padre ausente es diferente en hijos que en hijas, pues el rol del padre tiene un significado.
Efecto en hijos – Si es el hombre el que se reubica en otro lugar, los hijos pierden la oportunidad de aprender sobre el comportamiento masculino en diversas áreas. Lo anterior se refiere a aspectos como la responsabilidad, la paternidad, la forma de relacionarse con personas de ambos sexos y como expresar sentimientos de ira, principalmente. Algunos estudios muestran que los hijos varones de hogares donde el papá se aleja, son menos competitivos, más agresivos, menos deportistas y más dependientes de otras personas. En algunos casos, su rendimiento académico es más bajo y pueden ser más indisciplinados que los hijos de padres que mantienen una relación cercana. Así mismo, si son pequeños en edad preescolar, estos crecerán con criterios confusos acerca de su identidad masculina.
Efecto en hijas – En el caso de las niñas, la ausencia del padre también tiene consecuencias. Las pequeñas se desarrollan con cierto conflicto para relacionarse con el sexo opuesto. En muchos casos, ellas crean una figura paterna un tanto fantasiosa y cuando son adultas, no encuentran ningún hombre que pueda llenar esas expectativas, inconscientemente buscan una pareja con los atributos del padre con el cual fantasearon, de niñas e incluso de adolescentes. En ocasiones estas mujercitas basan su bienestar en la habilidad para conquistar al sexo opuesto. Así como resulta común el que ellas establezcan relaciones con hombres mayores, tratando de superar la carencia que no supieron asumir cuando eran pequeñas.
Algo definitivo y que quiero subrayar es que la forma en que enfrenten los padres la separación influirá en los hijos, ¡así de simple! La madre que puede superar el dolor y estar presente de una forma amorosa con sus hijos durante el proceso, les dará estabilidad y trasmitirá seguridad a pesar de las pérdidas que supone la separación. Así mismo, los padres que continúan al lado de sus hijos, les dan la convicción de contar con su apoyo y protección.
¿Tendrá alguna ventaja ser hijo de padres divorciados?
Es algo que no sólo me pregunté como hija de tales, sino cuando desafortunadamente me vi en la misma situación ya como adulta y como madre. Puedo decir por propia experiencia y en base a estudios al respecto. Se puede decir que los hijos de padres divorciados pueden tener cualquiera de las siguientes ventajas:
• Aprenden a desarrollar formas nuevas para manejar las relaciones con otras personas y adquieren nuevos modos para comunicarse con los demás.
• Tienen más empatía, son más sensibles ante el dolor y el sufrimiento de sus compañeros.
• Pueden ser más críticos ante ciertas situaciones, y logran tomar decisiones más pensadas.
• Mayor inteligencia emocional, es decir, distinguen con mayor facilidad sus sentimientos y tiene mayor facilidad para comunicarlos.
• Más independientes.
Libros recomendados:
¿Y los hijos qué?. Sandra Blakeslee Y Judith Wallerstein. Ed. Norma
Cómo crecer por el divorcio. Jim Smoke. Ed. Portavoz
http://lizzysa.com/en-el-oceano-social-y-el-mar-de-la-vida/los-hijos-y-el-divorcio/

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