La reina Sofía sufre la misma discriminación que otros abuelos paternos cuyos hijos se encuentran separados. El hecho de que no exista separación por medio no es obstáculo para que las dos infantas no puedan disfrutar de su abuela paterna del mismo modo que la materna.
Puede ser un caso atípico, pero no tanto, ya que son muchos los hombres casados o no, que aguantan conviviendo junto a sus parejas y madres de sus hijos sabiendo que más les vale no separarse si lo que desean es poder participar en la crianza y educación de sus hijos. En este caso hay por medio impuestas capitulaciones matrimoniales, y sin duda cuenta que era condición previa al enlace.
- A pesar de ser vecinas y de que doña Sofía vive en Zarzuela a medio kilómetro del Pabellón del Príncipe, residencia de los Reyes, cuando Felipe VI y su mujer viajan fuera de Madrid, llaman a la madre de Letizia, Paloma Rocasolano, para que se quede con la Princesa de Asturias y la infanta Sofía. Aunque puede sonar raro, ya que los Reyes tienen servicio para cuidar perfectamente de las niñas, que además ya tienen 11 y 10 años respectivamente, Letizia prefiere que sea madre la que se quede al cargo.
- ha supuesto siempre un problema para la madre del Rey, que en marzo del año pasado en una reunión familiar en Grecia, se quejaba de que casi no veía a sus nietas. “Casi no me dejan verlas. Sin embargo, la madre de Letizia se pasa allí el día,” contaba la esposa de don Juan Carlos bastante afectada. Y es que doña Sofía es, como casi todas las abuelas, una mujer a la que le gustaría pasar más tiempo con sus nietos, lo que a veces irrita a la actual Reina.
- Un ejemplo claro de esto ocurrió en Zarzuela hace dos años. Doña Sofía le pidió a uno de los mozos de las cuadras del palacio que cuando Leonor y Sofía fueran a montar a caballo le avisaran para ir a verlas. Al enterarse Letizia, amenazó al mozo con prescindir de sus servicios si alguien llegaba a hacerlo. Resolvió la situación de esta manera concluyente. Aducía que quería que las niñas disfrutaran de la hípica tranquilas.
Se vislumbra una alienación parental de lejos, pues es difícil creer que cualquier nieto a espaldas de sus progenitores, no acepten unos caramelos o chucherías de sus abuelos. Son Infantas, pero no dejan de ser unas niñas:
- La madre de Felipe VI siempre lleva unos caramelos de anís en el bolso -las típicas bolitas blancas de toda la vida- y en cuanto la Reina se daba la vuelta, las repartía entre sus dos nietas.
- Ahora que Leonor y Sofía son más mayores, simplemente no las aceptan, pero de pequeñas les encantaban.
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Fuente:
Por qué la reina Letizia y la reina Sofía no se aguantan: las 5 razones íntimas
http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20170721/232977206_0.html
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