En el segundo tomo de la colección ¿Cómo te explico?, los padres comprenderán cuál es la verdadera fuente de la alegría y la vida plena
Jueves 08 de septiembre de 2011Redacción | El Universal
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Cuando se ve a algunas personas pasear en lujosos automóviles, vivir en casas impresionantes, viajando en aviones privados por el mundo, entre otras cosas, se puede llegar a pensar que son felices plenamente y no les hacer falta nada.
Pero ésta puede ser una concepción bastante equivocada, porque el gozar del bienestar económico no asegura la felicidad, ni siquiera la alegría, ya que esa clase de gente puede sentirse muy sola o utilizada.
Por eso es importante enseñarle a los pequeños que un estado como la felicidad no puede conseguirse por el éxito económico, sino a través de otras cosas como los logros personales conseguidos con esfuerzo.
El deseo de ser felices
Hay un factor muy importante para lograr la felicidad, el estar dispuestos a ser felices, porque de nada sirven los logros personales si no somos capaces de reconocer ese estado de vida.
Es muy importante ayudar a los pequeños a reconocer sus metas alcanzadas, que son capaces de hacer cualquier cosa y que merecen esa felicidad.
El autor de ¿Cómo te explico la felicidad?, Gustavo Schujman, ofrece una sencilla guía para ayudar a los papás, docentes o cualquier adulto que tenga a su cargo a algún niño, para que los ayuden a plantarse un plan de vida que los lleve a ella.
Algo importante, y que es una tarea fácil y muy común, es dejar que los niños inventen su propia diversión, sin que los padres intervengan, para que no decidan qué puede y no hacer, de esta forma comenzarán a cimentar un independencia.
También es importante que aprendan a darle a cada cosa su tiempo, tanto para hacer y fortalecer una amistad, como para realizar una actividad de esparcimiento, de esta forma aprenderá de cada proceso y construirá sus propios criterios. Por eso es trascendental que no saturen sus días con actividades absorbentes que no los dejen no pensar en lo que quieren.
Pero hay algo que los padres deben comprender, los hijos no son el medio para que los sueños y deseos propios se hagan realidad, deben dejar que ellos decidan la forma como quieren lograr esa felicidad.
Por lo cual los niños deberán enfrentar el desafío de ser lo que ellos sueñan y no lo que se espera de ellos, algo por lo que pueden ser tachados de rebeldes en algún momento.
Deben ayudarlos a comprender que una cosa es la felicidad posible y otra la ideal, pero que no necesariamente deben ir separadas. Esto y mucho más, podrán encontrar en el segundo tomo de esta colección.
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