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domingo, 4 de mayo de 2014

´Los niños deben ser ajenos a los problemas de los padres separados´

Domingo, 4 de Mayo, 2014
Psicóloga, pedagoga y logopeda
La psicóloga Amalia Ortega asegura que los primeros modelos que imitan los niños son los de sus progenitores
Más de 20 años avalan a Ortega al frente de su gabinete.
Reconocer, comprender, expresar y gestionar las emociones son valores, para la psicóloga, que sustentan la inteligencia emocional y la manera de afrontar la vida pues, asegura: aplicarla desde niños, en la dificultad de la adolescencia, los problemas de pareja o los conflictos de trabajo ayuda a tener una mejor autoestima y, sobre todo, a construir relaciones sólidas y satisfactorias.

El viernes el centro Óptima acogió un taller para enseñar a los padres cómo educar a sus hijos con inteligencia emocional: para ellos cumplir bien con su papel de padres y para que los niños aprendan a gestionar sus emociones y no tengan dificultades cuando sean adultos. La psicóloga reconoce que hasta hace unos años se había relacionado la inteligencia cognitiva o racional con el éxito, pero cuando se descubrió la emocional se supo que lo estaba aún más. Por eso, cree que es clave aprender a manejar las emociones.
La inteligencia emocional se entiende como una manera de adaptarse a la vida. ¿Cuánto ayuda tener frente a no tener?
Marca la diferencia. Si estamos hablando de cómo manejar o regular emociones como la ira, uno de los grandes problemas que he visto en consulta ha sido que se enfadan, estallan y, en ocasiones presentan un comportamiento verbal y a veces agresiones. Le enseñamos a que aprendan a encontrar otro tipo de expresiones y mecanismos para regular el comportamiento en él y en sus amigos. Y no digamos cuando se añade a los adultos. En dificultades propias como la adolescencia que son una fuente de estrés, no tienen habilidades para establecer contacto emocional y así comprenderlo. Hay que empatizar, si no es muy fácil que se produzcan agresiones y se deterioren relaciones con los iguales.
En sus talleres ayuda a los padres a favorecer las habilidades emocionales de sus hijos. ¿Cómo se potencia la inteligencia emocional?
Se potencia primero aprendiendo a reconocer, comprender y expresar adecuadamente las emociones, aprendiendo a regular la alegría, el miedo, la ira... Resolviendo conflictos y aprendiendo a afrontar presiones. Recuerdo que un grupo de primera infancia, de cuatro a cinco años de edad, teníamos que reconocer cómo nos sentíamos. En una de estas sesiones un niño me dijo que estaba muy enfadado porque habían invitado a todos los compañeros a un cumpleaños menos a él. Decía que estaba furioso, y que cuando fuera su cumpleaños él no lo invitaría. El trabajo que hice consistía en que reconociera sus emociones: enfado, rabia, dolor emocional y cómo las iba a regular con ese compañero de clase al que se iba a encontrar.
¿Cómo se hace en niños tan pequeños?
Tenía que buscar de tres a cinco soluciones y elegir una de manera que expresara su enfado sin herir los sentimientos del otro niño. En este caso eligió aplazar decírselo. Lo aplazó dos días y le dijo que estaba molesto y que igual que él podía elegir si invitarlo o no, el también. Se lo expresó de forma asertiva.
¿Es más feliz alguien con una inteligencia emocional bien gestionada?
Sin duda. Una persona que sabe expresar su enfado o reconocer los primeros indicios de nuestro cuerpo al miedo, que es una emoción importantísima que parece que culturalmente tendemos a inhibir y a no mostrar. Una persona que sabe reconocerlo puede gestionarlo. Hay que regular los pensamientos y el comportamiento y adaptarlo a lo que pide el entorno.
¿En qué medida es más feliz quien tiene autoestima?
La autoestima es una de las cualidades, como el optimismo, que trabajamos con inteligencia emocional. El niño o el adulto ha de ser consciente de sus cualidades porque se sentirá inseguro o valioso. Si la tiene no se va a sentir tan evaluado por los demás.
Supongo que tan malo es no tener autoestima como tener de más...
Yo al exceso de autoestima lo llamo ego. A veces no sé ni cómo entramos por la puerta. Eso genera también rechazo y desaprobación y no tenemos un concepto cercano a la realidad. Tenemos muchas cualidades y limitaciones y es importante reconocerlas.
¿Es difícil lograr el equilibrio?
Uno de los ejercicios que hacemos con los padres es que se concentren en los puntos fuertes y les hagan un elogio descriptivo. Los papás tienen un gran amor por sus hijos y tienden a decir frases como «eres la niña más buena del mundo». Pero ese elogio no alimenta la autoestima, se percibe desde el reconocimiento más emocional por el vínculo madre e hijo. Cuando jóvenes que han sido muy elogiados por sus padres se relacionan con grupos reciben un feedback y se llevan una decepción tremenda. Cuando hay que trabajar el elogio hay que hacerlo sobre una descripción o comportamiento, siempre sobre una cualidad concreta. Si ha ordenado su habitación, decirle «qué ordenada la tienes», si le sienta bien una camiseta o tiene los ojos bonitos, decírselo. Pero es importante que no sea una exageración, hay que ser realista y sincero.
La inteligencia emocional ayuda a resolver conflictos. ¿De qué forma se afrontan las presiones bajo esta actitud?
Es muy interesante, porque tiene aplicación en la vida adulta y en el ámbito profesional. Cuando estamos en un medio laboral profesional hay un nivel de exigencias elevado y hay que regular las emociones porque ¿cómo le expreso a mi compañero un enfado de manera que no se lesione nuestra relación? Por eso es importantísimo tenerlo en cuenta.
A menudo se habla de que los niños son el reflejo de la actitud de sus padres, de lo que han visto. ¿Cómo de negativa puede ser una educación basada en la negatividad?
El ámbito familiar es el ámbito en el que aprendemos actitudes y valores, a sentir. Es muy importante que los papás sean conscientes de eso. Todos hemos recibido una educación que nos condiciona según haya sido. Los padres deben aceptar que son modelos de actuación, que sus hijos aprenden de sus modelos: mamá y papá. Luego incorporan otros que perciben en el colegio, el barrio, los centros educativos, pero el modelo de los padres se interioriza y cuesta. Es más fácil intervenir en las habilidades emocionales de un niño en su primera infancia que en los adultos o adolescentes. Hay una frase famosa por ahí que me gusta repetir: «Las palabras mueven y los ejemplos arrastran».
Muchos docentes hablan de lo negativo para la educación y las relaciones sociales de los niños con las familias desestructuradas. ¿Qué pueden hacer los padres separados para evitarlo?
Los separados deben tomar conciencia de que se ha roto la relación de pareja pero no la que tienen como padre y madre del niño. Es importante mantener esta relación de comunicación como padres y que el niño esté ajeno a los problemas. Es importante que le den una explicación y le garanticen esa estabilidad emocional que necesita el niño.
¿Y si hay tensiones en esa pareja?
Si los padres se separan y se generan tensiones y conflictos o peor, si se instrumentaliza al niño en esa separación o divorcio el niño, que no se ha desarrollado por completo se ve manejado y muchas veces sufre muchas tensiones como ansiedad o depresión. Es importante garantizarle su estabilidad emocional y su seguridad. Los afectos no se condicionan.
La inteligencia emocional también puede aplicarse a nivel empresarial. ¿Cómo beneficia a la producción?
Beneficia mucho a las empresas porque las actuaciones de liderazgo mejoran la motivación de cada trabajador, como las relaciones de los compañeros y la productividad. De momento no se está potenciando suficientemente, aunque en el País Vasco se está empezando a hacer.
¿Tienen las mujeres más inteligencia emocional o la gestionan mejor? ¿O es esto un mito?
Con la inteligencia emocional no hay estudios concluyentes sobre diferencia de sexos, pero es cierto que se ha demostrado que sí, que tenemos una mejor y una mayor necesidad de comunicación, que las mujeres tenemos una mayor conciencia emocional. A los hombres les cuesta más reconocer cómo se sienten.
¿Puede ayudar aplicar la inteligencia emocional en el ámbito de la pareja?
Es importantísimo porque, por un lado está cómo utilizamos los lenguajes del amor y, por otro, cómo manejamos los conflictos. Discusiones hay en todas las parejas, que esta se mantenga o se rompa por los conflictos se debe precisamente a cómo manejamos las discusiones y la ira. Empatizar con la pareja, reconocer cómo se siente y saber qué necesidades tenía son claves para entender porqué estaba enfadado conmigo.
¿Ayudar a gestionar emociones puede desterrar problemas como fobias o depresiones?
Si. Hace varias décadas las emociones las reprimíamos o las inhibíamos para evitar que otros se enfaden y al final lo que se genera es una herida que se encona. Al cabo del tiempo se puede provocar un estallido de esa ira, una explosión que va a hacer daño, por lo que uno acaba sintiéndose indefenso, de hecho es una de los componentes de la depresión y en muchos casos da lugar a una de estas enfermedades.
http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2014/05/04/ninos-deben-problemas-padres-separados/674008.html

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