CUSTODIA PATERNA: Abogado denunciada junto a su cliente por presunta ocupación ilegal en la casa que ocupaba el ex-marido

viernes, 30 de mayo de 2014

Abogado denunciada junto a su cliente por presunta ocupación ilegal en la casa que ocupaba el ex-marido

Viernes, 30 de Mayo, 2014

Hermana del juez de Familia querellado por prevaricación por un cirujano, víctima del robo

Hay trabajos que exigen un alto grado de objetividad sobre los temas que se manejan para que puedan ser ejercidos con profesionalidad. Eso exige tomar cierta distancia emocional sobre lo que se lleva entre manos, para no cometer errores actuando de una forma impulsiva, en lugar de hacerlo con la razón. Por eso los abogados que “no tienen corazón” son los más valorados. Sin embargo otros profesionales deben enfocar su atractivo profesional en otros méritos, pues no dudan en implicarse personal y emocionalmente sin recato en los litigios en los que intervienen.
Según Juan M. Pérez Abad, “así parece suceder con Sara”, abogado especializada en derecho de familia y hermana del juez Marcos de Alba Vega, titular del juzgado de Familia Instrucción 9 de la ciudad de Murcia. Representaba en el divorcio a M. José Llamas de Haro, segunda esposa del cirujano Juan M. Pérez Abad, ante el juzgado anexo al que ocupa su hermano juez. Como actuación complementaria, también la representó en la división de la vivienda que había sido el domicilio familiar y que "ahora estaba ocupada legítimamente por él, después de que ella se trasladase a Cartagena", afirma.
Tras unos 5 años de espera, la vivienda salió a subasta. Tan sólo los dos miembros de la pareja disuelta se presentaron a la puja y la ganó ella. Pero antes de que se produjera la adjudicación, "forzaron la cerradura de la casa y la cambiaron", sostiene el cirujano. Para volver a entrar con la ayuda de un cerrajero, Pérez Abad tuvo que presentar una denuncia en comisaría, en la que ya señalaba como principal sospechosa a su ex-pareja. Como aún le habían dejado algunas pertenencias, activó una alarma para evitar más sustos, recuerda.
A pesar de que la señora Llamas tan solo entregó una pequeña parte del precio pactado, la secretaría del juzgado encargado del asunto le otorgó una adjudicación que fue inmediatamente recurrida y actualmente está anulada. Pero a continuación de que le fuera otorgada, sonó la alarma de la casa un día en que el Pérez se encontraba fuera de la ciudad. "Cuando acudió la Policía encontró la cerradura taladrada y a ella dentro de la casa, acompañada por su letrada Sara de Alba. Convencidos por las alegaciones de la hermana del juez, la Policía Nacional se abstuvo de actuar a pesar de las protestas de la víctima, que había sido avisado por la empresa de la alarma, y de la aparición en la escena del delito de un hermano de la víctima que también es abogado" dice Pérez Abad.
Tampoco actuó contra él la Municipal cuando le sorprendió forzando de nuevo la cerradura para volver a entrar en la vivienda, lo que le permitió sacar de allí algunas pertenencias que aún pudo recuperar. "Este allanamiento se repitió varias veces y actualmente la llave está en poder de la ex-esposa".
El cirujano ha presentado denuncia por el delito cometido y se encuentra a la espera de una intervención por parte de las autoridades, pero la cosa se le complicó cuando fue denunciado por esos mismos hechos en la Comisaría de Género, pesar de que no había mantenido ningún tipo de contacto con su ex-pareja en todo ese tiempo, dando lugar a un juicio rápido en el que le sobreseyó la causa.
La enemistad entre la abogado Alba y el Sr. Pérez procedía de mucho tiempo atrás. El largo proceso de divorcio entre el Sr. Pérez y su representada la Sra. Llamas, recayó en el juzgado de Fernando Ferrín Calamita, juez que fue inhabilitado por prevaricación en un caso con unas madres lesbianas. En esa primera fase, Juan M. se sintió perjudicado injustamente y presentó numerosas reclamaciones, una de ellas poniendo en duda la salud mental de aquel juez. En otra reclamaba por la relación de consanguineidad entre la abogado contraria y el juez de la sala contigua, que le pudo causar repulsa por parte del clan de Alba.
Pero interpuso varias más y Sara aportó todas, junto con las respuestas de los organismos a los que iban dirigidas, como prueba en una denuncia que presentó contra el cirujano, meses antes de que se produjera esta que describíamos. En ella la abogado le atribuye la autoría de unas octavillas propagandísticas promocionando su despacho, en las que se sugiere como atractivo el hecho de ser la hermana del juez, y que ella interpreta como una acusación velada de prevaricación. Al tratarse de documentos privados a los que ella no pudo tener acceso directo, pero sí a través de los recursos a los que puede acceder un juez. Este detalle sirve ahora de base para que Juan M. sume la acusación de “revelación de secretos a la de “prevaricación" en la querella que presenta ahora contra el juez de Alba, en esta abigarrada historia de enemistades personales que "enturbia la imparcialidad que debe lucir la justicia", explica el afectado.