La regañiña se la ha llevado la Asociación de Prensa en Sevilla, pues se achaca que solo las televisiones públicas andaluzas, osea las que se gestionan y dirigen bajo las reglas también del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), que más bien es de violencia de género, que en la difusión de la noticia, ni le han destinado el suficiente espacio de tiempo, ni han contado en la difusión del suceso con colaboradores expertos en la materia, expertos en género, de esos tantos estómagos agradecidos que hay en España gracias a los miles de millones de euros destinados a la industria de género.
No todas las empresas privadas reciben u obtienen beneficios de una u otra manera de la industria de género (como la Mutua Madrileña), pero desde ese Código se impone a los medios como han de tratar estas noticias. Así se adoctrina a los ciudadanos, así se consigue que en boca de todos y en mente se encuentre presente aquello que pretenden. Es por ello que lo mismo que disponen cantidades ingentes a este fin, también se disponen dichas cantidades a controlar todas aquellas manifestaciones que puede derivar en una cierta repercusión pública sobre por ejemplo el empleo de las denuncias falsas de violencia de género para obtener ventajas por la mujer en los procesos de divorcio, o simplemente como herramienta para destrozar y amargar la vida a un hombre.
Esta es la democracia y libertad de expresión, la que de la imposición, por narices, porque yo lo mando y decido.
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Fuente:
http://www.eldiario.es/andalucia/CAA-codigos-deontologicos-abordar-violencia_0_485051836.html
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