También consiguieron ver a través de foto al pequeño, a pesar de la férrea oposición de su madre
Lugo/La Voz. 10/8/2010
Los abuelos que reclamaban judicialmente las calificaciones escolares de su nieto para conocer su evolución en los estudios, toda vez que la madre les priva del derecho a poder ver al adolescente, consiguieron su objetivo. El Juzgado de Chantada, al que la fiscalía se dirigió para plantear la entrega de las notas, accedió a la petición y los solicitantes, que residen habitualmente en Madrid, recibieron la documentación reclamada.
Los abuelos no tuvieron más remedio que recurrir al ministerio público y a la justicia, toda vez que la madre del muchacho se opone drásticamente a que éste tenga contacto alguno con los padres de su progenitor. Incluso llegó a ser condenada con una multa, por el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital lucense por no permitir las visitas, a pesar de que éstas se encontraban autorizadas por decisión judicial.
Los abuelos ganaron una mínima batalla dentro de la gran lucha que en su momento sostuvieron para que les reconocieran el derecho que tenían a ver y relacionarse con su nieto. Las relaciones normales con la madre del pequeño no solo no fueron posibles sino que ésta, supuestamente, las complicó y hasta cierto punto las impidió.
El chiquillo se quedó huérfano de padre porque éste falleció en un accidente. Pasado el tiempo, su madre rehízo su vida y se casó con otra persona. Los padres del fallecido, hijo único, siempre desearon poder mantener los vínculos con el muchacho. Por las buenas no fue posible, motivo por el cual recurrieron a la vía judicial. Un juez les dio la razón, pero no así la madre que consistió algunas visitas en las condiciones marcadas, sin embargo algunas de ellas se desarrollaron en un marco muy hostil, según algunas fuentes.
Encizañar al menor
Las informaciones recabadas sobre este caso, que ocupa un capítulo destacado en la memoria que la fiscalía lucense presentó recientemente, apuntan a que la madre supuestamente encizañaba al menor y le hablaba mal de sus abuelos. Incluso algunas visitas parece que estuvieron marcadas por una actitud poco o nada amistosa de la mujer.
Con esta situación, los abuelos desistieron de sus intenciones de seguir viendo al nieto. Por cierto que, para hacerlo unos minutos, tenían que desplazarse desde Madrid. Esperan ahora ansiosamente que el menor, que tiene actualmente entre 16 y 17 años, según algunas fuentes, pueda alcanzar la mayoría de edad y decida él al respecto.
La situación les llevó a tener que pedir amparo a la fiscalía para, incluso, poder conocer la evolución del adolescente en los estudios. El fiscal de menores se involucró en el asunto y acordó plantear la petición de los abuelos al Juzgado de Chantada que acordó acceder a lo que reclamaban. Finalmente las notas, pedidas al centro educativo donde estudia el joven, llegaron a los solicitantes.
Las reclamaciones de abuelos que desean ver a sus nietos, sin ser muy numerosas, se producen con cierta asiduidad en la provincia lucense, según expusieron fuentes judiciales.
http://www.lavozdegalicia.es/lemos/2010/08/10/0003_8659661.htm
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