Abuelos y nietos

Lunes, 5 de Diciembre, 2011

Por Paula Ballesteros

El abuelo consciente de la última etapa de su vida contempla a sus nietos y sonríe satisfecho, es la generación que da sentido a su vida, la felicidad de ellos justifica la carrera de obstáculos que han superado en la suya propia.
Han llegado a la etapa del autorreconocimiento, respeto y éxito. En el vértice de la pirámide se recogen algunos principios presentes en su maratón: moralidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos. La espontaneidad y la resolución de problemas se los han robado.
Como la llamada generación del 98 comparten su carta credencial: duele España como a nadie ha podido dolerle patria alguna, pero los españoles habíamos soñado con exceso, vivido demasiado de nuestros antepasados, demasiado como milagro.
 Nuestro sueño cayó con la bancarrota de las empresas ultramarinas, como venía a decir Miguel de Unamuno. Los pensionistas abuelos, contemplan cómo se anula el crédito por lo que ha sido la suya. La sociedad manipulada, dividida en guetos les niega el acceso al vértice de la pirámide, ni el respeto, confianza, mucho menos el éxito y reconocimiento de los principios en los que se han basado, se les reconoce.
Los abuelos, los grandes ignorados junto a los nietos, ven reducida su capacidad económica y sin embargo ayudan como pueden a la familia en paro. A los abuelos se les tilda de padres de maltratadores por defender el derecho legal para continuar viendo a sus nietos a pesar de un proceso de divorcio.

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 Se les ha robado el cauce de su vida, sus hijos varones pueden ser víctimas de la gran estafa de una ley anticonstitucional, la ley de violencia de género, se preguntan en qué momento se equivocaron, como se ha llegado a la desigualdad por género.

Reclamaron leyes, celebraron la Constitución como garante, confiaron en la justicia que lo refrendaba. Sócrates se manifestó contra los predicados de los falsos dioses populistas, denunciando las doctrinas que convertían al ser individual y sus principios éticos en populacho degradado y manipulado.
Sostuvo hasta su muerte la dignidad de la conducta moral frente a falsos profetas vendedores de feria enriquecidos con la degradación de sus seguidores. Rechazó cualquier acuerdo que le librase de su sentencia a muerte por cicuta, retractándose de lo denunciado. La dignidad por encima de la propia vida.
La ideología de género disfrazada de justicia para la mujer, esconde una estafa inmoral de la que se benefician sus defensores, estómagos agradecidos, de un entramado de corte fascista y totalitario, que han tomado las riendas del Ministerio de Justicia convirtiéndose en el órgano político-judicial que maltrata a cualquier colectivo inocente: menores, hombres, abuelos utilizando sin recato las cifras de mujeres asesinadas como justificación de la necesidad de su existencia.

No hay que estar de acuerdo en todo con Benigno Blanco y su discurso a menudo ultracatólico para valorar esta conferencia sobre las diferencias entre la defensa de la igualdad y la ideología de género

Hemos sufrido una década de medidas impuestas por personas cuya preparación para el cargo, dista mucho de lo que la sociedad tiene derecho a exigir. Hemos financiado con nuestro dinero a corruptos sin límite y el Ministerio de Justicia, órgano dependiente del gobierno, lo ha permitido. Nadie estamos a salvo en la sociedad pazguata en la que nos han convertido.
 Enseñanza, Justicia, Sanidad, pilares de cualquier sociedad, víctimas de la ingeniería social tramada con la misma crueldad talibán que recordamos como hechos pasados de la historia. Las Juventudes Hitlerianas carecían de sentido de la familia, adocenadas por las teorías del régimen de un loco visionario.
 Hitler se mostraba como el salvador de Alemania, cercenando cualquier principio moral y ético que impidiese la práctica de los peores crímenes contra los derechos humanos que se cometieron. La ley de violencia de género acumula víctimas inocentes erradicando la familia, dividiendo en guetos a la misma sociedad que financia su existencia.
La generación de abuelos, la misma que con su trabajo a conseguido mejoras sociales para sus hijos, tiene que sufrir la aniquilación de todos los valores por los que han luchado. El feminismo por la igualdad de las mujeres que lucharon decentemente, se ha convertido en profesión de maltratada.
Las víctimas de asesinato sirven de plataforma para seguir cometiendo desmanes y sus parientes engrosan las filas de familias cuya voz solo tiene sonido en las lápidas de los cementerios.



El convencimiento de que cualquier acto tiene consecuencias, el libre albedrío y la trascendencia de elegirlo con la moral como disciplina, ya no es válido. La experiencia es una pesada e inútil carga que ya no se puede transmitir con el afecto de un abuelo a sus nietos.
El estado del Bienestar ha tomado las riendas, la ha convertido en ley de violencia de género excluyendo a los varones. Sus impuestos financian la desigualdad contra la que lucharon. Los padres que trabajaron por sus hijos y las madres coraje que fueron sin ponerse un titulo, ahora se lo apropian mujeres que llaman maltrato a su ilimitado egoísmo e incapacidad para ser madres.
Las madres coraje que utilizan a los hijos como moneda de cambio para chantajear a los padres denunciados por maltrato y sus denuncias les procuran discriminación positiva. Madres que dañan la imagen de la mujer como persona y dejan indefensa a la verdadera víctima.

Los abuelos olvidados, entre otros colectivos, víctimas de la inexperiencia o mala baba de iluminados sin la santa humanidad de la madre Teresa de Calcuta, que pergeñaron, pudo ser durante una partida de cartas, leyes destructoras de cualquier principio de respeto con miles de franquicias que reportasen grandes ganancias financiadas con sus impuestos que, como los de todo contribuyente se reparten a donde quienes lo hacen, forman un colchón con vista a un futuro en el que puedan seguir ejerciendo la mala praxis social sin el trabajo y esfuerzo con el que ellos consiguieron mejorar el mundo del que ahora, sin ningún merito, los charlatanes sin escrúpulos disfrutan.
Año 2009: Se le recorta el presupuesto a la Guardia Civil y paralelamente se dona nuestro dinero a organizaciones ajenas a nuestro país del mismo corte de las feministas autóctonas. San Zapatero ataca de nuevo. 700.000 euros al fortalecimiento de los policías de Nicaragua; 800.000 euros a la mejora de los derechos sexuales reproductivos de Jinoteca (Nicaragua); 2.426.100 euros para el cine Iberoamericano;
56.200 euros para la red de mujeres chocoanas (Colombia); 113.225 euros para la Fundación Hijos del Maís (Perú); 28.810 euros para gays de Zimbabwe; 260.000 para los diputados dominicanos; 117.000 para los policías bosnios; 59.000 para 'tecnologías' de la mujer paraguaya; 40.000 para inmigrantes marroquíes en España.
En maldita sea la hora, el Instituto de la Mujer crea puestos, cargos, inventa necesidades, convence a mujeres necesitadas, como sus maridos, de sentir que la vida tiene algo más allá de su insulsa rutina, para que se declaren mujeres maltratadas.
Como las fuerzas de choque del III Reich, la escala de mandos se multiplica abarcando desde las asociaciones juristas que ostentan el poder sobre la misma Constitución, saltándose el principio de inocencia del Código Penal, mandando las consignas que las mantienen en el poder extendidas a juzgados de familia, centros psicosociales, puntos de encuentro, custodia compartida, régimen de visitas, derechos de la familia paterna hasta llegar al ejército de voluntarias, simples soldados enrolados a su causa con el señuelo de una vida mejor y como único trámite presentar una denuncia falsa.
Las cifras donadas a cualquier organismo dependiente del Instituto de la mujer solucionarían los problemas económicos de muchas familias en crisis, que posiblemente no estarían sin trabajo, si este país del bienestar protegiese a la pequeña y mediana empresa, dejase de financiar sindicatos, organizaciones y cursos feminoides -que no femeninos-, artistas suscritos al partido, privilegios discriminatorios por sexo, etc.
Dar a cualquier ciudadano confianza en el Banco Central en su exhaustiva vigilancia de las partidas de dinero, las pagas de los gestores de la banca, las operaciones fraudulentas de los pepiños o urdangarines sean del partido que sean.

Estos abuelos no se callan ni se achantan con las Falcones de la vida

Confiar ante las demandas de padres y abuelos aplastados por una justicia partidista en la rapidez, vigilancia claridad de su aplicación. Los defensores del Pueblo y del Menor, demostrar que su cargo es tan necesario que merece la pena asumir el gasto de su mantenimiento.
 La ministra Pajín sigue repartiendo nuestro dinero potenciando la idea de que todas somos madres coraje merecedoras de la más alta consideración, ignorando que entre esas madres abundan las carroñeras a las que solo mueve el dinero, quedarse con la casa que ha pagado otro hombre distinto al que ahora habita con ella y disfruta de la presencia de unos hijos condenados a no tener a su verdadero padre, al que quieren y añoran.
Claro que la calaña del tío que disfruta de algo no conseguido con su esfuerzo es muy probable que se convierta en el merecido castigo para ese ser. El tiempo termina por poner a cada uno en su sitio, los menores crecen y hacen preguntas.
El colectivo de abuelos sigue peleando por unos derechos adquiridos a lo largo de su vida. Se enfrentan a pérdida de poder adquisitivo, ignorancia y respeto por lo que ha sido su vida, vacío emocional con el rapto de sus nietos, negación de sus derechos, temor por la situación de indefensión de sus hijos varones ante la ley.

Regresan a la primera escala de la pirámide de Maslow, primeras necesidades, sin la fuerza de su juventud ya. El BOE ignora la ley de la vida y publica las cifras de las subvenciones a organizaciones feminoides que demuestran la estulticia de un gobierno cuyo único mérito ha sido dejar a mujeres sin méritos, erigirse en defensoras de la mujer apoyadas por la dependiente justicia para con el dinero público comprar el voto de su gran ejército de victimistas.
A los abuelos les queda la cicuta de Aristóteles o la lucha por los derechos de sus hijos y la compañía de sus nietos, de cualquier forma la opción que elijan estará llena de la dignidad que ni el Instituto de la Mujer y todos sus aledaños (demasiados) incluidos muchos medios de comunicación políticamente correctos, o cualquier político con vocación de rey Midas ha tenido, tiene o tendrá.
España necesita una limpieza total, más pan y menos chorizo.

http://www.eldigitaldemadrid.es/articulo_c/general/2594/abuelos-y-nietos