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lunes, 19 de diciembre de 2011

HOGARES DE PADRES SEPARADOS Y LA NAVIDAD

Lunes, 19 de Diciembre, 2011
Es, sin duda, una época de reuniones familiares por excelencia, de unión y de paz; sin embargo, la Navidad complica un poco las relaciones de las familias de padres separados o divorciados y convierte en una lucha competitiva la compañía de los hijos en estas fechas consideradas las más importantes del año.
En la actualidad esta es una realidad muy común que debe ser manejada de la mejor forma posible para evitar que los hijos se afecten. Si este es uno de los primeros años en que les ha tocado dividirse para la celebración de la Navidad, no hay razón para sentirse desesperados ni culpables. Lo más importante es ponerse de acuerdo con la ex pareja para que las cosas salgan bien y los hijos no se vean afectados por ello.
En realidad, lo más importante será que todos disfruten de la Navidad y que especialmente los niños no se sientan incómodos o tristes. Sin duda, la importancia de esta celebración puede complicar en algo las relaciones de las familia separadas porque en estos días tanto papá como mamá quieren pasar con sus hijos aunque ya no vivan todos en el mismo hogar. Lo más importante será evitar que esta situación se convierta en una lucha competitiva en busca de la compañía de los hijos.
No es raro, por ejemplo, que los niños pregunten a sus amigos con quién pasarán en esta ocasión las fiestas navideñas y que aquellos hijos de hogares separados respondan que lo harán con papá, o con mamá, dependiendo con cuál de los dos pasaron el año anterior.
Si bien para los adultos este tema resulta bastante duro y a veces muy triste, pareciera que para los niños hoy por hoy no es algo del otro mundo y hablan con mucha tranquilidad sobre el tema, pues, aparentemente, están conformes con lo que les toca vivir y lo aceptan sin mayor reparo.
En nuestro país y en el mundo entero las cifras de hogares separados van en aumento constantemente y el hecho de que estas festividades se celebren por separado se ha convertido en algo muy cotidiano, ya nadie se asombra de ello y todos buscan la mejor manera de enfrentar esta situación para evitar malos recuerdos en el futuro y sobrellevar algo que de hecho no se puede cambiar.
Por todo esto, los psicólogos y otros especialistas en temas de esta naturaleza recomiendan a los padres divorciados o separados que se pongan de acuerdo para la celebración navideña de manera tal que no sea un momento triste ni difícil y por eso consideran que lo mejor será que los niños pasen con uno de sus progenitores en el presente año y con el otro en el año siguiente, y no un momento con el uno y más tarde con el otro porque eso sí puede afectar a los hijos.
Quizás la cena el 24 de diciembre, que afortunadamente este año es sábado, pudieran pasar en casa de mamá y el domingo 25 en cambio pudieran pasarlo con papá. Claro que todos estos arreglos son posibles cuando el proceso de separación ha sido respetuoso con los hijos y ambos padres, a pesar de no continuar juntos como pareja, han asumido su papel como tales para mantener una relación cordial de manera tal que los hijos tomarán la situación como algo lógico y no como un hecho traumático.
La Navidad en primer lugar es para los niños
Para que aquellos niños cuyos padres viven separados puedan enfrentar estas situaciones sin dificultad y no se sientan emocionalmente afectados, los padres están en la obligación de ofrecerles un ambiente seguro, agradable y lleno de cariño. Si, por ejemplo, un niño o una niña mira a su madre llorar o a su padre sumamente triste porque no van a poder pasar juntos, seguramente se afectará muchísimo; por ello es imprescindible que los padres, que son los adultos de la ecuación, se pongan de acuerdo para explicarles la situación a sus hijos y hacerles saber que estarán junto a ellos, que un día le tocará a papá y el otro a mamá pero que en ambos casos la idea es que disfruten de estas hermosas fiestas todos, en diferentes momentos. Hay que evitar a todo trance que los hijos desarrollen un conflicto de lealtad hacia el uno o el otro progenitor y dejarles que disfruten en paz la celebración para que de esta manera no se complique la relación cotidiana que mantienen con sus progenitores durante todo el año.Sin lugar a dudas puede ser sumamente doloroso para un papá o una mamá tener que separarse de sus hijos en ese día tan especial; sin embargo, tienen que asumirlo con calma para no intranquilizar a sus niños. Los expertos señalan que esto implica una actitud interna y externa porque, a pesar de que los hijos puedan ser todavía muy pequeños, logran percibir la tristeza o angustia de sus padres aunque ellos aparenten otra cosa. 
Los padres deberán evitar el uso de frases como: "Vayan tranquilos, yo voy a estar solo pero no importa", pues este sería un discurso de doble intención que los niños lo percibirán perfectamente.
Decirles en cambio algo como: "Vas a pasar la Navidad con tu papá (mamá) y estoy seguro(a) de que vas a disfrutar mucho. Yo, en cambio, voy a estar muy contento(a) al saber que tú estás pasando un gran momento y el año entrante lo haremos juntos". Esta posición diferente será percibida por los niños quienes, por lo tanto, no estarán tristes por la separación porque sabrán que les están explicando una realidad que ya la han venido asimilando desde que sus padres se separaron. Sea cual fuere la decisión que acuerde una pareja separada o divorciada sobre cómo manejar este tema, es primordial que cumplan con lo establecido y no solo para este año sino también en el futuro. 
Si respetan las reglas fijadas para la celebración con los niños año tras año, cada vez las cosas serán más fáciles pues los hijos crecerán confiados en la palabra de sus padres y aprenderán también a cumplir con los compromisos que se hagan y la relación será cordial, honesta, directa y sólida. 
Lo fundamental es proporcionar a los hijos ambientes seguros y protegidos, y la mejor manera de logar eso es respetando el orden que se establezca para la celebración de las diversas fiestas que involucran a la familia como tal.
Si los niños comprenden que la separación de sus padres no significa una guerra sin cuartel entre ellos y no se ven inmiscuidos en los problemas de los adultos, sino que papá y mamá tratan por todos los medios de mantener una relación cordial para que sus hijos puedan comprobar que si bien ya no están juntos, se siguen respetando y aceptando y que las cosas marcharán muy bien y todos saldrán ganando.

La Navidad y otras fiestas en el año serán un momento especial para todos siempre y cuando el respeto esté por delante de cualquier orgullo malsano o inseguridad de los adultos. Con este coctel de tranquilidad se asegura un ambiente relajado y agradable para los hijos y los padres. En definitiva, una Navidad feliz que, como me decía una amiga el otro día, es lo que interesa.
Esto es posible, solo requiere de esfuerzo y compromiso.
http://www.revistafamilia.ec/index.php/articulos-padres-e-hijos/2936-hogares-de-padres-separados-y-la-navidad-

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