CUSTODIA PATERNA: Feministas, batalla contra el hombre

lunes, 21 de octubre de 2013

Feministas, batalla contra el hombre

Lunes, 21 de Octubre, 2013

J.M. Solanes Miguel
La lucha por la igualdad para las feministas radicales es una batalla contra el hombre, llegando al deseo de algunas mujeres de concebir hijos sin la intervención de él. De este modo, la ingeniería genética amenaza con su total destitución al resultar, los hombres, prescindibles para la reproducción de la especie.
Este deseo ha tenido un reconocimiento legal con la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción asistida, que favorece la maternidad en solitario de mujeres mayores de edad, sea cual sea su estado civil u orientación sexual.
El gobierno del señor Zapatero, en vez de preparar una ley que proteja a la familia, se saca de sus intenciones de igualdad, la expresada Ley de reproducción asistida. Y para completar el desaguisado, en lugar de crear un Ministerio de la Familia, crea el Ministerio de Igualdad, poniendo a su frente a la Ministra “miembra” de un gobierno que dedica todo su esfuerzo a con leyes como la citada anteriormente, la que está preparando para legalizar el aborto libre, la eutanasia suicida, y otras que tendrá en su mente diabólica y atea.
El origen de la devaluación de la figura paterna (el hombre) tiene sus orígenes en la revolución del 68 que en realidad fue una revuelta contra el padre y contra todo lo que representaba. La función del padre ha sido desprovista de valor. La sociedad no tiene en cuenta al padre, y habiendo sido suprimido, física o psíquicamente, no juega ya su papel de separador que permite al niño diferenciarse de la madre.
La Ley de reproducción asistida, al despreciar y minusvalorar la función del padre, ignora verdades universales, como que la procreación debe partir de la alteridad sexual y que la filiación se deriva y se funda en el amor entre el padre y la madre.
Si se desprecia al varón, hombre, padre, se desprecia toda la condición humana. Es urgente recuperar la función paterna, que permite al niño resolver el complejo de Edipo, diferenciarse de la madre, recibir la masculinidad, aceptar la realidad y crecer como un hombre libre.