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miércoles, 11 de noviembre de 2009

«Lo que más deseo es recuperar a mis hijos»

Verónica E. D., acusada de abandonar a sus dos niños entre basura en su piso en Nuevo Gijón, acordó con el fiscal una pena de 8 meses de cárcel .
Las abuelas de los niños, de seis y dos años, han solicitado su custodia

 Verónica E. D. junto a su abogado, Rodrigo Gómez, a la llegada a los juzgados de Poniente . / J. PAÑEDA
Ocho meses de prisión y otros ocho de retirada de la patria potestad de sus dos hijos. Verónica E. D., la joven de 24 años que dejó solos a los menores en su piso de Nuevo Gijón entre basura y excrementos, llegó ayer a un acuerdo con el Ministerio Fiscal y aceptó los hechos que se le imputaban. El juicio oral estaba previsto que se celebrase en el Penal número 1 de Gijón, si bien la conformidad de las partes intervinientes hizo que la vista se suspendiese.
«Lo que más deseo ahora es recuperar a mis hijos», manifestó la acusada tras abandonar los juzgados. El objetivo inmediato de la joven es conseguir nuevamente la custodia de sus dos niños, que permanecen bajo la tutela del Principado en el centro de menores Madre Larrañaga de Viesques desde que los Servicios Sociales optasen por apartarlos de su progenitora. Fue en la madrugada del 20 de junio de 2008 cuando los vecinos del edificio en el que residía, en la calle de Dolores Ibárruri, alertaron a la Policía Local porque los pequeños estaban llorando desde hacía horas. No era algo puntual, dijeron los denunciantes. Sus llantos eran habituales durante las noches.
Cuando los agentes accedieron a la vivienda con la ayuda de un camión de bomberos, el panorama era desolador. La joven no estaba y la basura se amontonaba por kilos en las habitaciones, junto a excrementos de animales y restos de comida y bebida. El niño pequeño, que en el momento de los hechos tenía 14 meses, estaba vestido únicamente con un pañal sucio. La niña, de cinco años, lloraba llamando a su madre.
Verónica E. D. apareció aquella noche horas después de la intervención policial en su casa. Aseguró que se había ausentado para ir a la farmacia. En el testimonio que prestó ante el juez días después declaró que había salido «a la calle a despedir a unos amigos».
A pesar de su corta edad, la chica cuenta con una complicada trayectoria vital que se agravó con la retirada de la custodia de sus dos hijos. El padre de la niña mayor permanece en la cárcel acusado de apuñalar al progenitor del niño pequeño.
Las dos abuelas paternas han solicitado por vía judicial la custodia de los menores. Este extremo se dilucidará en el transcurso de la instrucción paralela que se inició por la vía civil. El abogado de Verónica E. D., Rodrigo Gómez, explicó ayer que «se intentará que el proceso de la custodia se añada a esta ejecutoria penal». Según el letrado, la joven «está muy mal y muy afectada. Ha llegado a un acuerdo con la fiscalía porque cree que es lo más beneficioso para los niños. Sólo por eso. Lo único que pretende ahora es recuperarlos y tener una vida normalizada».
Serio semblante
La acusada llegó a media mañana a los juzgados de Poniente acompañada de su abogado y con semblante serio. Durante las dos horas de espera en los pasillos coincidió con sus vecinos y con la abuela paterna de su hija. Ambas evitaron el encuentro. «Evidentemente, las relaciones no son buenas», manifestó la mujer, a quien se le escapaban las lágrimas al recordar el episodio.
«No teníamos ni idea de que los niños estaban en esas condiciones tan lamentables. Yo a su casa no iba para nada, me traía ella a la niña a la mía casi todos los días. A veces venía con la ropa manchada, pero Verónica decía que había sido jugando y que cuando llegase a casa la cambiaría», comenta. La abuela asegura que su nieta «está bien pero no habla de nada de lo que pasó. Tiene que acordarse pero no le sacamos el tema porque suponemos que para ella no es agradable».
Además de la visita de sus abuelas, los pequeños reciben quincenalmente a su madre. El régimen impuesto por el Principado les permiten mantener un encuentro cada dos semanas. Según su abogado, «la chica tiene trabajo y todo el interés del mundo de tener consigo a sus dos hijos».
Los vecinos del inmueble de la calle de Dolores Ibárrurri en el que ocurrieron los hechos afirman que la acusada lleva sin aparecer por su piso varios meses. «Creemos que el piso sigue siendo suyo pero no vive en él habitualmente», dicen. Verónica E. D. se había trasladado un mes y medio antes de la intervención policial. Con anterioridad, había residido en un piso de la calle de Extremadura, en el barrio de Pumarín. Tal y como explicó el propietario de aquella vivienda en la que la joven estaba alquilada, «los vecinos siempre se quejaban de que hacía muchos ruidos y molestaba. Entraba y salía constantemente».
Pese a la condena de ocho meses de cárcel, la joven no ingresará en prisión al carecer de antecedentes.
http://www.elcomerciodigital.com/20091111/gijon/deseo-recuperar-hijos-20091111.html

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