Publicado en FACEBOOK por CUSTODIA COMPARTIDA LEÓN
LA TERRIBLE HISTORIA DE DAVID
La imagen procede del FACEBOOK de Manuel ruiz, y corresponde al año 2.011 en las manifestaciones del movimiento 15M en Málaga. Manuel Ruiz se encuentra situado a la izquierda de la pancarte que el mismo y otro compañero sujetan.
Durante el último mes y medio he seguido a través de las redes sociales una historia cargada de dramatismo y de coraje.
Todo comienza un fatal día en que un progenitor, separado, acude al domicilio familiar a buscar a su hijo David,de cuyo cuidado y conforme Sentencia se ocupaba de lunes a viernes desde la hora de la comida –David presenta una minusvalía del 68%- y hasta las siete de la tarde. Los miércoles el menor pernoctaba con su padre y, al margen de lo anterior, el progenitor no custodio ejercitaba su derecho de visitas los fines de semana alternos y, presumo, mitad de los periodos vacacionales.
Un mal día Manuel, que así se llama el padre, acudió puntualmente a buscar a su hijo, pero David ya no se encontraba allí. A partir de ahí, la historia repetida, un Burofax en la que el progenitor custodio le anunciaba que había trasladado el domicilio familiar desde un pueblecito de Huesca hasta la ciudad de Málaga. Entre medias, una denuncia por abusos sexuales que enfrentó a Manuel a una orden de alejamiento que le mantuvo durante dos meses sin poder ver a su hijo, posteriormente, solo de forma tutelada, para culminar en su absolución, y posteriormente hasta 27 denuncias criminales que le supusieron un peregrinaje por los juzgados de instrucción de Málaga, incluyendo los Juzgados de Violencia contra la mujer, que siempre acabaron de una forma invariable, mediante sentencia absolutoria o el archivo de la causa.
De las siete denuncias que presentó Manuel, cuatro culminaron con una Sentencia condenatoria-presumiblemente por faltas- contra la progenitora custodia por impedir el régimen de visitas.
Durante 2013, 42 viajes Málaga-Barcelona para ver a su hijo, sin que se le permitiese hacerlo ni una sola vez.
Manuel solicitó del Juzgado de Familia de Barbastro una modificación de medidas de divorcio, y durante la tramitación del proceso se trasladó durante un tiempo –imaginamos que no sin un gran quebranto económico- a la ciudad de Málaga para seguir cumpliendo con el régimen de visitas vigente hasta ese momento. Las vicisitudes procesales por la pérdida de competencia del Juzgado de Barbastro por la interposición de una denuncia por maltrato, competencia que posteriormente recuperó –quiero entender- cuando se archivó el proceso penal o culminó con sentencia absolutoria, concluyó después de cuatro años, en los que el Juzgado de Barbastro mantuvo la custodia para la madre, concediendo a Manuel un régimen de visitas de un fin de semana al mes.
Me importan poco las voces que quieran relativizar el hecho de que no se haya conseguido acreditar la veracidad de ni una sola de las denuncias interpuestas contra Manuel, bajo el pretexto de que dicho hecho en sí no acredita per se su falsedad, lo cual es rigurosamente cierto. Una persona que ha soportado las vicisitudes de un proceso penal –Manuel a soportado decenas- sin que se haya desvirtuado su presunción de inocencia, debe ser considerado, sin mayor discusión, inocente a todos los efectos.
Quienes pretenden arrojar sombras sobre una cuestión tan elemental, sólo ponen de manifiesto una actitud igual de canallesca como la que en apariencia pretenden criticar.
Además, la historia de Manuel es perfectamente verosímil, y aunque su caso en cuestión resulta especialmente dramático, no es tristemente tan excepcional como cabría esperar.
Para empezar, porque quienes tanto ponen la tilde en las formas, quienes pretenden silenciar la crítica razonable situándose a sí mismos en una especie de elitismo intelectual que siempre llega un poco más allá, no reparan en el anacronismo que supone un Código Civil que, en su propia literalidad, convierte al progenitor no custodio en mero visitador. Para seguir, porque si atendemos a regímenes de visitas como aquel que disfrutaba Manuel antes de la modificación de las medidas, los tiempos y la dedicación a los hijos comunes –en este caso a David- estaban, cuando menos, repartidos por mitad entre los progenitores. Es usual que los juzgados de familia concedan, cada vez más, uno o dos días inter semanales a los progenitores no custodios más la mitad de las vacaciones escolares y fines de semana alternos. El antenimiento de la figura del progenitor custodio sólo se justifica, así las cosas, por cuanto la Ley dispone que el progenitor custodio es aquel en cuya compañía permanecen los hijos frente al progenitor no custodio o visitador, al margen de otras circunstancias de contenido eminentemente económico que en unas ocasiones –y en atención a los hijos- está justificado, y en otras no. Una legislación razonable aboliría esta dialéctica anacrónica y penalizaría –con todo el peso de la Ley- a aquel progenitor custodio que haciendo de su capa un sayo determinase unilateralmente y por sus propios fueros alejar a un hijo de su otro progenitor, en el caso de Manuel, a más de mil kilómetros de distancia.
Quienes no entienden esto, y además lo combaten enarbolando banderas de causas justas, lejos de hacer honor a las mismas se convierten en unas malas bestias.
Manuel, desesperado, mantuvo hasta ayer una huelga de hambre que ha durado 47 días, y que tuvo que abandonar para ser hospitalizado por el quebranto que ello ha supuesto para su salud.
Manuel es un padre coraje. No comparto, aunque respeto y comprendo, su decisión. Su historia no ha trascendido a ningún medio nacional porque este país está cargado de hipocresía. Simplemente no encontró una salida mejor.
Pero ésta no es solo la terrible historia de Manuel. Esta es, sobre todo, la terrible historia de David, y en ella –con la diferente casuística de cada historia- pueden verse reflejados multitud de niños apartados inmisericordemente de sus progenitores no custodios, de los llamados visitadores, porque son los menores los verdaderos damnificados a quienes la ley desampara, negándoles el derecho natural que les asiste a tener no uno, sino dos progenitores, hasta el extremo, en ocasiones, de terminar hablando mal de alguno de ellos.
No hay nadie en este santo mundo al que no le alcance la capacidad de entender algo tan elemental. A partir de aquí, cada cual que cargue con su conciencia.
Víctor Gil Moraleda
perfil de FACEBOOK de Manuel Ruiz Garrido en donde se agradece que se muestren los mensajes de apoyo
Enlaces:
- "Progresiva pérdida de conciencia"
- Hospitalizado Manuel Ruiz, en huelga de hambre ante los juzgados de Barbastro
- Manuel Ruiz cumple 47 días en huelga de hambre ante los juzgados de Barbastro
- En el interior de este mismo enlace se encuentran todos los demás enlaces referentes a su huelga de hambre
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=637946409626370&id=154696957951320
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