La niñez, la infancia, es la época donde se forja la autoestima que después va a acompañar a la persona durante su vida adulta. Por un lado nos encontramos nos encontramos en una sociedad donde prima el ser feliz por encima del resto de factores en la vida, y los divorcios hoy representan casi una normalidad en la pareja que un día decida unirse. El problema no es el divorcio en sí. Este separa la familia, pero el mayor problema radica en los divorcios con hijos menores de por medio, pues el divorcio no solo rompe la relación del padre y la madre, sino que divorcio también al padre de los hijos.
Pero el problema es más grave aún, pues son muchos los casos donde los menores no solo crecen apartados de sus figuras paternas, lo cual es grave para los menores. La mayor gravedad se presenta en muchos casos donde encima el día a día del menor se desarrolla en un ambiente donde las críticas contra el padre de los niños son constantes.
El odio y rencor que deriva de muchas rupturas lleva a esa madre que ocupa la mayor parte del tiempo con los menores a no ser consciente que para sus hijos cualquier crítica repercute de manera negativa. Puede que delante de ella los menores asientan, puede incluso que el proceso de manipulación parental rinde sus frutos a la madre y llegué un momento que sean ellos mismo quienes expresen el rechazo a su figura paterna. Pero siempre en sus adentros cualquier crítica sobre su padre hará temblar los cimientos de su estabilidad emocional
Muchas madres no son conscientes del daño que pueden causar frases como "si es que no me extraña que no quiera ver a su padre". Los hijos mantienen un conflicto de lealtad con la madre (o con el padre en los casos que sea el progenitor alienador) pero ello priva del dolor interno de sentir que a su figura paterna maltratada por su madre, incluso aún siendo verdad. Son hijos criados en muchos casos por sus abuelos realmente, hijos que conviven con una madre que va de pareja en pareja, y que asimilan un modelo de relaciones personales en donde la seguridad y confianza con los demás brilla por su ausencia. Y por supuesto que en el caso de las hijas repercute de forma distinta la forma de cómo su madre se relaciona con los hombres, sin ser muchas veces consciente, la madre está marcando el camino a seguir por su hija.
Crecer sintiendo que eres un niño no querido por tu padre es uno de los mayores lastres que puede llevar una persona en su vida. Los vínculos que el padre y los hijos deben intercambiar, el afecto, cariño, respeto, etc, que el padre debe proporcionar a sus hijos no los reciben estos menores.
El artículo habla de la película de Russell Crowe y Amanda Seyfried, "Fathers and Daughters (Padres e Hijas), en donde una niña es abandonada por su madre físicamente, y por otro lado siente el abandono emocional del padre. Las película nunca han dejado en muy buen lugar la figura paterna.
Parte del texto fuente:
- Hablando sobre el abandono, se estructura la falsa personalidad y se determina, entre otras cosas, se desencadenan las conductas compulsivas y destructivas. La falta de comprensión del hecho de haber sido abandonados, aunque haya sido por cualquier razón (como la muestra el padre en la película), crea un vacío existencial que aísla, deprime y propicia, en ocasiones, una pérdida de autoestima y estados de angustia y confusión intensos En casos extremos se puede llegar a algo muy cercano a la fractura de la personalidad, es decir, a severos problemas psicológicos y mentales.
- Si la huella de abandono permanece a lo largo del tiempo, el individuo puede desplazar ese sentimiento a personas con quienes mantiene una estrecha relación afectiva y puede llegar a crear vínculos un tanto enfermizos y co/dependientes atribuidos al temor que experimenta al recordar anteriores abandonos y separaciones.
Fuente:
Fernando Uriel Taborda
La huella del abandono: consecuencias de un padre ausente
http://www.lafamiliaimporta.org/blog/la-huella-del-abandono-consecuencias-de-un-padre-ausente
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