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sábado, 17 de diciembre de 2011

Juzgarán a los padres de un niño maltratado

Sábado, 17 de Diciembre, 2011
Se designó al Tribunal en lo Criminal Nº 1 para entender en los hechos que tomaron estado público en el mes de marzo pasado y de los que resultó víctima un chico de 11 años.
En el Tribunal en lo Criminal Nº 1 quedó radicada una causa iniciada a principios de año, a partir de un terrible caso de violencia familiar en perjuicio de un niño de 11 años, informaron ayer fuentes judiciales.
Por los hechos se encuentran imputados el padre del chico y su madrastra, ambos de 32 años, cuyos datos filiatorios no son dados a conocer para resguardar la identidad de la víctima, atendiendo a cuestiones legales.
Los procesados, quienes habían sido detenidos al comienzo de la investigación, en marzo de este año, y posteriormente fueron excarcelados, están imputados de abandono de persona en concurso real con lesiones leves reiteradas (calificadas por el vínculo respecto del hombre).
Como se informara oportunamente en estas columnas, el hecho salió a la luz cuando la víctima, con huellas de múltiples golpes y quemaduras, escapó de su casa con la excusa de comprar alimento para sus mascotas y pidió auxilio en el domicilio de su maestra del año anterior.
Una vez que se alertó al teléfono de emergencias 911 y al servicio local de Minoridad, el chico fue trasladado al Hospital Interzonal General de Agudos Doctor José Penna, donde lo asistieron en Pediatría, tanto en la parte física como psicológica.
Simultáneamente se iniciaron actuaciones sumariales con intervención del fiscal Oscar Bautista Duizeide, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 3.
Precisamente, fuentes de esa fiscalía dijeron que ayer se les dio traslado para el ofrecimiento de pruebas, paso previo a la realización del juicio oral.
Brutal castigo.
Mediante los testimonios del niño, de los docentes que se enteraron del caso y de los psicólogos que examinaron tanto al chico como a los sospechosos, el fiscal Duizeide dispuso solicitar la elevación de la causa a juicio, pedido que fue convalidado por la justicia de Garantías.
Según datos de la causa, los castigos al menor comenzaron unos dos años antes de conocerse públicamente, luego de que se mudara a nuestra ciudad y comenzara a residir con su padre y la nueva pareja de éste, en un inmueble de la calle Manuela Pedraza, en Loma Paraguaya.
Hasta entonces la víctima había estado viviendo con su madre biológica, desconociéndose por qué motivo se dispuso que se radicara con su progenitor.
En su declaración, el chico, quien actualmente estaría residiendo en un hogar ajeno a Bahía Blanca, describió sus padecimientos.
Aseguró que en un principio su padre y su madrastra lo golpeaban con la mano abierta, aunque luego comenzaron a hacerlo con un cinturón y con un palo.
Dijo que la pareja lo hacía trabajar porque era "un desagradecido de lo que le daban y lo hacían sufrir para que entendiera el esfuerzo del trabajo".
Y pasó a contar en qué consistían las agresiones:
* Lo quemaron con agua caliente o con monedas que previamente calentaban con una vela.
* Le apretaban los dedos de los pies con pinzas o tenazas.
* Mientras su padre trabajaba, su madrastra lo encerraba en el patio del inmueble, llegando a permanecer allí hasta cinco días y sin comer.
* Lo amenazaban con que le pegarían aún más si llegaba a contar algo.
Informe médico.
También trascendieron algunas consideraciones realizadas por el médico que asistió a la víctima en el hospital.
Dijo, por ejemplo, que el chico estaba ubicado en tiempo y espacio, aunque "angustiado y con mucho miedo" al hablar.
Agregó que estaba algo delgado y con politraumatismos en distintas etapas de evolución, exhibiendo zonas de hinchazón en prácticamente todo su cuerpo, inclusive superpuestas, es decir, golpes sobre golpes.
El facultativo encontró además señales de heridas antiguas y nuevas en tórax y dorso, zona lumbosacra, ambos brazos, abdomen, piernas, genitales y los muslos, así como quemaduras en distintos períodos de cicatrización en un brazo, en dorso y glúteo y en dedos de los pies.
Por último, dejó constancia de un edema que presentaba en el hombro izquierdo, producto de haber sido golpeado con un palo, según le relató el menor.

"Tendencias destructivas del otro"

     Los peritos psicólogos que entrevistaron a los imputados aseguraron que ambos presentaban serias fallas para ejercer los roles parentales con adecuación.
Evidenciaron ausencia de sentimientos de culpa o fallas propias y minimización de la gravedad de las afectaciones físicas y psicológicas del menor víctima.
También describieron que algunos de los indicadores evaluados son compatibles con la posibilidad de ejercicios de conductas violentas o agresivas hacia terceros, negligencia, descuido hacia el chico.
De todas maneras, aclararon que esas características no necesariamente indican que tengan conductas delictivas.
Respecto del padre, el informe evidenció la presencia de indicadores de fallas en la capacidad empática (el registro de los estados afectivos y demandas del otro) y mecanismos de defensa rígidos e inadecuados.
"Tendencias destructivas del otro, carencia de ternura, frialdad y descalificación extrema en su valoración del hijo", fueron las palabras que utilizaron para definirlo.
En cuanto a la mujer, los psicólogos aseguraron que evidenciaba indicadores de frialdad afectiva y desconfianza en el trato con el otro, fallas en la capacidad empática y en el control de sus aspectos impulsivos y agresivos.
Por último, dijeron haber observado en ella una visión polarizada del bien y el mal, posicionándose en el sitio del bien.
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/17/12/2011/bch055.html

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