«La violencia de género se convierte en nuestro principal caso de tratamiento»
La violencia de género sigue siendo uno de los grandes
problemas de nuestra sociedad. El Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde,
ha registrado de enero a mayo un total de 2.051 casos de violencia
doméstica en la Comunidad Autónoma Vasca, 53 casos más que en 2012. La
psicóloga Mela Villar explica la dura problemática que atraviesan muchas
mujeres, aunque quiere recalcar que el número 016 para la atención de
estos casos, es de carácter totalmente confidencial y las llamadas no
quedan registradas.
-¿Cómo llegan las denuncias hasta ustedes?
- Las Diputaciones tienen un convenio con el
correspondiente Colegio de Psicólogos de cada territorio. Cada colegio
tiene una bolsa de psicólogos colaboradores. En este momento en Gipuzkoa
somos unos 86 para atender a todas estas mujeres, haya una denuncia o
no.
-¿Y si no hay denuncia como saben que existe un caso?
-La asistenta social puede saberlo a través de la escuela, a
través de un vecino que oye gritos.En Donostia, por poner un ejemplo es
más complicado porque es una ciudad más grande, pero en los pueblos
pequeños la gente se conoce. Otras veces las propias mujeres se acercan
al Ayuntamiento por cualquier otra cuestión o para obtener algún tipo de
ayuda, o están en paro y son atendidas por los servicios sociales del
Ayuntamiento, y son estos, quienes detectan este tipo de casos. En
muchos casos puede ocurrir que la mujer no quiera denunciarlo por miedo a
las represalias, por vergüenza o cualquier otro motivo. Otras son
conscientes del maltrato, ponen una denuncia, pero la mayoría sigue con
sus parejas.
-Una vez que se ha denunciado, ¿por qué no siguen con ello?
-Porque a lo mejor cuando le ven a él jugando con los niños
de pronto les entra una culpa tremenda. La mujer maltratada es una
mujer que tiene un 'yo' muy frágil, de hecho diría que ni tiene
autoestima. Vive como supeditada a lo que diga el marido.
-¿Cómo está afectando la crisis a todos estos casos?
-La crisis económica y el paro también afectan en gran
medida porque en cierta manera lo justifican. Pero esto es algo que ya
había, es decir, el que es un maltratador no se hace maltratador porque
haya crisis.
-¿Es el alcohol la mayor causa de los maltratos?
-Ayer precisamente leía una estadística que decía que
solamente el 4% de los asesinos de mujeres en un caso de violencia de
género, habían consumido alcohol. Es un porcentaje muy bajo. Nos movemos
por clichés, pero la realidad es otra. Es muy triste escucharlas. Son
mujeres muy dañadas emocionalmente que no son fáciles de tratar.
-¿Son ellas conscientes de que están dañadas de esta manera?
-No tanto. Ellas piensan que están muy mal, que están
sufriendo, que él necesita ayuda. Piensan que si él cambiara les iría
estupendo. En el maltrato hay varias fases, en un primer momento, el
maltratador se muestra como un hombre encantador, y eso es lo que ellas
encuentran más atractivo. Evidentemente, si el maltrato comienza desde
el primer día, las cosas serían diferentes. Él enseguida empieza a
volverse celoso, acaparador, porque el agresor es un hombre inseguro.
Necesita tener a la mujer controlada para sentirse bien, y tiene un gran
miedo al abandono.
-¿Cuáles son los tipos de violencia que se pueden llegar a ejercer?
-Hay muchos tipos de violencia, está la violencia física,
la psicológica, la sexual y la económica. Hay gente que no pone una mano
encima de la mujer, pero no le deja salir de casa, o no le deja ir
vestida de una determinada manera, o no la deja ir con alguien, o no
puede tener vida propia o tomar sus propias decisiones. Eso es lo más
habitual. Le controla el dinero. Él es el que lleva un sueldo a casa, le
da la cantidad de dinero que estime oportuna y si no le llega que se
arregle.
-¿Hay un mayor porcentaje de violencia de genero causado por la inmigración?
-La mayor parte de las pacientes, o al menos las que
atiendo yo, son autóctonas. Es cierto que con el aumento de la población
inmigrante han aumentado los casos de violencia, pero no tenemos que
engañarnos, porque los casos de personas de aquí no han disminuido.
-¿Es algo que ocurre sólo en familias de bajos ingresos?
-Esto es una creencia muy común. Lo que llega aquí es así,
pero yo creo que esto ocurre porque las familias de bajos ingresos no se
pueden permitir una terapia. A la mujer de nivel medio y alto le cuesta
mucho más pedir ayuda porque está mucho peor visto, y en todo caso si
la busca, actúa de manera privada y nadie se entera.
-¿Son conscientes los niños del maltrato hacia sus madres?
-El 90% de los niños se dan cuenta de la violencia dirigida
a su madre. Los niños que son testigos de violencia están tan
traumatizados como si el maltrato se dirigiera directamente hacia ellos.
Y el niño es consciente desde siempre, distingue perfectamente lo que
está bien de lo que está mal aunque tú no se lo enseñes. Aparte que le
ven sufrir a la madre, aunque no entiendan qué pasa.
-¿Cómo consiguen ellos aislarlas de tal manera?
-Los hombres maltratadores pueden llegar a ser muy
encantadores. Muchas mujeres golpeadas han descrito a su agresor como un
'príncipe encantador'. Las aíslan, el mundo que podía tener ella
desaparece. Las amigas. ese es el primer escalón que queda roto. Es como
si él dijera, «tu eres mía, todo lo que te rodea a ti puede ser
potencialmente peligroso para mi interés, y ese interés es que tú estés
conmigo». Por ello cabe preguntarse: ¿Qué ocurre cuando ella intenta
hacer su vida?
Ocurre que el agresor empieza a no dormir por la noche.
Ellos se muestran inquietos, y claro la persona que se empieza poner
nerviosa, empieza a acumular agresividad, y en algún momento salta la
chispa. Durante un tiempo, eso está controlado más o menos, y esto
sucede en la etapa de la seducción; pero cuando ya tienen uno o dos
hijos, y cuanto más seguro se siente el hombre de que ella está allí y
le ha anulado completamente entonces ya se encuentra propietario de la
mujer.
-¿Y si ella reacciona?
-Cuando la mujer no consigue reunir el valor suficiente, se
queda en shock, bloqueada completamente y no puede actuar, pero cuando
empieza a recibir un poco de ayuda se empieza a crecer y a sentirse más
segura. Normalmente, cuando ella pone los puntos sobre las íes, él se
asusta, y entonces de pronto. «¿Qué ha pasado aquí? Esto se rompe, me
echa». Aquí viene lo que se llama la fase de 'luna de miel'. Volvemos a
las flores, a los «te quiero mucho, a los no puedo vivir sin tí y al no
se qué me ha pasado y no va a volver a ocurrir». Aunque realmente luego
no tienen ninguna intención de trabajar sus dificultades. Al final hay
una falta de control de los impulsos, hay una pobreza tremenda de su
'yo' interno. Hay unos miedos terribles, también una autoestima muy
baja, y una necesidad de controlarle a ella increíble. Y ella vuelve a
ser seducida. Y así, las denuncias a los juzgados se retiraban, aunque
ahora los jueces ya no permiten esta situación.
-¿En cuántos casos la que mujer consigue salir de esta situación?
-Llevando el tratamiento adecuado durante un periodo de
tiempo suficiente para que se puedan realizar los cambios oportunos cabe
esperar que los resultados sean positivos, si bien es cierto que no en
todos los casos se puede tener éxito. Cuando empiezas a trabajar en
estos casos, hay una especie de necesidad de tratar de que se den cuenta
enseguida y de que lo vean, pero luego compruebas que no. Ellas están
totalmente atrapadas y su identidad está destruida. Así, el trabajo
tiene que ser muy exhaustivo y durante mucho tiempo porque internamente
están rotas. Su único vínculo con la realidad es el que perciben a
través de ellos. Son los padres de sus hijos, les sostienen
económicamente, pero el agresor, en realidad, es un lobo con piel de
cordero.
-Entonces, ¿cuál es la solución?
-Ambos tendrían que hacer terapia, él también, no sólo
ellas. De hecho, hay terapia para agresores, algunas veces decide
hacerlo de forma voluntaria o porque se le impone una medida judicial.
Pero la terapia funciona cuando se acude a ella de manera voluntaria. El
maltratador tiene vías, y puede solucionar sus dificultades y problemas
mediante la ayuda propicia.
-¿Y en el caso de los hombres agredidos?
-El hombre agredido no llega. Creo que el hombre agredido
tiene el hándicap de ser hombre, es decir, «¿como voy a reconocer yo
ante nadie, ante mi cuadrilla, ante quien sea, que mi mujer me pega?» De
todas maneras, el maltrato de la mujer hacia el hombre suele ser más
psicológico, de humillación y muy machacante. Y creo que el hombre se
refugia bien fuera de casa, en el trabajo o bien en el alcohol.
Personalmente no he tenido ningún caso, aun así existen muchos menos
casos.
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