Efectivamente no confiere ningún derecho especial sobre los menores el hecho de parir a los niños. El menor necesita la figura de su padre y su madre, tanto o más que fue necesario para su concepción. La mujer en la mayoría de los casos se atribuye un papel prioritario en la crianza de los menores, y tras la separación aún más, pero encima los jueces por la sistemática machista colocan a los hijos bajo su poder, pues no atienden siquiera como debieran los impedimentos de contacto que además incumplen sus propias sentencias. Al final tras éstos, muchas veces se generan ya situaciones drásticas en donde el objeto de impedir la comunicación y contacto de los menores con el padre genera unas situaciones extremas de casos de manipulación parental (el SAP). Entonces ya las soluciones son más drásticas, pues o se aleja a los menores de la esa manipuladora, o la recuperación del menor hacía la figura paterna (lo más habitual es que el padre sea a quien los menores desprecien) en inviable.
Resalta también algunas de las consecuencias que se generan en los menores fruto de esta manipulación, pues aunque los menores actúen bajo la directriz de la madre, en su interior no deja de permanecer una lucha constante contra algo que realmente no es cierto y sobre todo si estos menores han mantenido anteriormente una relación con ese padre. Pero aún en los casos en donde el menor no ha mantenido dicha relación con el padre porque consiguieron apartar al padre antes de sus vidas, y el recuerdo queda en el olvido por la edad, los menores no pueden evitar un sufrimiento, pues les están hablando mal de una figura que para cualquier niño representa una parte de su vida esencial, Ver como otros compañeros se enorgullecen y hablan constantemente de sus padres, y ellos en su interior tener que callar, les amarga la existencia.
Fuente:
Síndrome de alienación parental
http://www.diariodeavisos.com/2015/10/sindrome-alienacion-parental/
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