Cita al psiquiatra John Bowlby y la psicóloga Vivian Janov, como referencia de profesionales que avalan que el contacto del menor con sus figuras parentales es esencial para la relación de los hijos y sus padres.
Los juzgados no facilitan que los menores puedan disponer de una figura paterna, el retraso que se produce en los casos donde la madre, aún a sabiendas, niega la identidad de la figura paterna a los menores, conlleva un retraso de incluso años, el sistema judicial colabora con la intención de la madre a propiciar el impedimento de contacto de los menores con el padre el mayor tiempo posible.
Pero además, dependiendo del momento en el cual se produzca la separación o divorcio, nos encontramos muchas veces que esta relación no es encuentra siquiera ni formada, y las medidas que adopta el juzgado no son precisamente las de favorecer que este apego del menor con su padre se fortalezca, ya que además limitan dicha relación a incluso a espacios de 1 hora por semana. Son muy dados a la regla de que hasta que el menor no cuente con la edad de 3 años, el padre no pueda pernoctar con el menor. Esta regla ha variado con el tiempo, y cada vez son más los jueces que permiten que el menor pernocte a edades más tempranas con sus hijos, pero siguen con limitando a través de la edad el contacto natural del menor con su padre.
Consideran al padre hábil para los cuidados de sus hijos cuando convive con la madre, pero tras la separación o ruptura de la pareja todo son problemas y pegas, con el fin de imponer la custodia a la madre.
Fuente:
Miguel A. Requejo
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