A partir del año 2005 se modificó la ley de divorcio aprobada en 1981, con dicha modificación se ha ha dado vía libre al divorcio. España es un país que no solo no protege a la familia, sino que actúa de forma que colabora de forma activa con sus políticas en la destrucción de ellas. El dinero que mueven las separaciones y divorcios es brutal, hay todo un conjunto de profesionales viviendo a costa del dolor de muchas personas, y por supuesto la institución judicial, también.
Las separaciones han descendido a ritmo vertiginoso desde la aparición de la ley del divorcio, pero entre otras causas porque las uniones no son fruto de una relación en donde un hombre y una mujer mantengan un compromiso de fidelidad entre ambos como los que existían antes, en ello la industria de género ha tenido mucho que ver. El sentido de una unión era muy distinto antes que ahora, puede ser que se piense en la Iglesia cuando se hablan de valores, le compromiso, de fidelidad, pero no son valores exclusivos de la Iglesia Los españoles mantienen una disputa en ideologías similar a la de los equipos de fútbol, pero en el fondo la educación dentro de las casas era más o menos similar De izquierdas o de derechas, se inculcaba a los hijos que la familia era el bien más preciado, y aquello por lo que se entregaba la vida. Pero la ideología de género ha traído sin darnos cuenta todo lo contrario, ha roto ese sistema valores y principios que regían y controlaban la vida de una persona En su estrategia era indispensable colocar el divorcio al alcance de la mano de cualquiera, y además para ello se han dispuesto unas leyes que tras su uso (la ley de violencia de género) la relación prácticamente cuenta con opciones de recuperación. Es muy distinto salir y dar un portazo que tire un cuadro al suelo, a que tras ese portazo la puerta de derrumbe, pues ésta ya nunca puede abrirse. Las consecuencias que conlleva el tratamiento de esta ley llevan a las personas a desconfiar una de lo otra, con lo que la reconciliación es imposible. Por otro lado se permite desde la justicia que se utilicen a los hijos como herramienta para causar daño al otro.
La separación tenía un sentido, podía suponer un espacio en el tiempo en donde tanto el hombre como la mujer considerarán en soledad el prescindir uno del otro. Tenía bastante sentido, pero es España se ha jugado a romper las familias de tal modo que ni siquiera muchas personas separadas han podido reconsiderar el hecho de una separación como una nueva oportunidad para valorar la decisión. Muchas parejas con un adecuando asesoramiento, podrían haber llegado a de nuevo volver rehacer sus vidas en conjunto, pero lo que fomenta en España en el conflicto, desde el primer momento que intervienen abogados, la relación empeora.
Se habla mucho de mediación familiar, pero la mediación familiar en España no puede funcionar, entre otras cosas porque el Estado no quiere que funcione. Si una de las parte dispone de una serie de ventajas con respecto a la otra, y la otra se encuentra en una situación de desigualdad absoluta, o ésta se somete a las imposiciones de la otra, o sino no habrá acuerdo. Es una utopía pensar en la mediación desde el punto de vista que se enfoca en nuestro país.
Fuente:
Javier Abril
http://blog.sepin.es/2016/02/impuestos-divorcio-separacion/
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