31.05.10 - 02:24 - CARLOS MIER EL ENTREGO
Ninguno corrobora la existencia de malos tratos a la mujer e incluso hay quien asegura que era el hombre el que los sufría
Los vecinos del apuñalado en El Entrego coinciden en señalar la mala relación del matrimonio
María del Rosario M. L., la única detenida. :: JUAN CARLOS ROMÁN
Los vecinos del barrio de El Coto, en El Entrego, y los conocidos de José Antonio Pérez Fernández, el hombre que apareció apuñalado en su domicilio el pasado viernes, no salen de su asombro ante las circunstancias que rodean la muerte del entreguín, sobre todo, en lo que respecta a las informaciones oficiales de la Policía relacionadas con una supuesta situación de maltrato. En la nota oficial se asegura que la única implicada en el caso, María del Rosario M. L., que permanece detenida, podría haber sufrido el acoso «físico y psíquico» de su marido durante años, una circunstancia que podría haber sido el desencadenante de la presunta agresión. Sin embargo, ningún vecino, y han sido muchos los consultados, da crédito ante la idea de que José Antonio fuera un maltratador, e incluso más de uno esgrime la teoría de que los malos tratos los sufría la propia víctima.
Además, no existe denuncia alguna y fuentes de la Policía Local de San Martín afirman que no consta ningún tipo de situación de riesgo más allá de que se trataba de «una familia un poco desestructurada y con una vida un tanto desordenada». Eso sí, en lo que coinciden todos los vecinos entrevistados es en la «muy mala relación del matrimonio; había continuos follones en el domicilio».
El fallecido, José Antonio Pérez Fernández, de 58 años, era carpintero de profesión y trabajó durante 35 años en una empresa de carpintería de la localidad de Barros. Allí le recuerdan como un «hombre muy bueno y nada problemático, trabajador y un poco introvertido». Además, sus antiguos compañeros descartan la posibilidad de que José Antonio acosara física o psicológicamente a su mujer: «Era un cacho de pan; conociéndole, resulta imposible imaginarlo haciéndole daño a nadie».
Además, varios vecinos señalaron el pasado viernes en el lugar de los hechos que «José Antonio siempre se quejaba de las malas relaciones con su mujer e, incluso, llegó a afirmar en alguna ocasión que ella le había puesto la mano encima». María del Rosario, aquejada de constantes depresiones y con problemas nerviosos, según sus conocidos, estaba «muy mejorada últimamente, con buen aspecto y ganas de vivir». Al igual que pasa con José Antonio, no hay malas palabras para la mujer, al menos por separado, ya que todos señalan que se trata de «una persona muy agradable», si bien eran reconocibles sus problemas médicos, puesto que hace unos años tuvo una depresión que la dejó postrada en la cama sin poder moverse, según las versiones de los conocidos.
Otro punto muy comentado en el barrio es el que se refiere a los supuestos problemas que tenía José Antonio con el alcohol. Las versiones de los vecinos coinciden en que el fallecido «era bebedor», pero también aseguran que «nunca se metía con nadie». Después de abandonar la citada carpintería langreana, hace ya ocho años, el fallecido estuvo trabajando en distintas etapas para el Ayuntamiento de San Martín. Hacía poco que había estado en paro, pero, justo antes del suceso, había encontrado trabajo en una empresa del sector. El último sitio en el que se pudo ver a José Antonio fue en una sidrería de la zona, donde estuvo hablando de ciclismo con un conocido.
http://www.elcomerciodigital.com/v/20100531/cuencas/casa-habia-follones-constantes-20100531.html
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