Miércoles, 16 de junio del 2010 F. X. S. Esplugues de Llobregat
Siempre pasé la vista un poco superficialmente por el asunto de la guardia y custodia de los hijos, tan de actualidad últimamente, creyendo que esto no iba conmigo. Pero las cosas han cambiado. Tras 19 años de matrimonio, pensando que, recién jubilado, iba a tener una situación más sosegada y feliz, que nos permitiera a mi mujer y a mí disfrutar de la vida y de dos hijas maravillosas, de 11 y 15 años, sin cargas de ningún tipo, ella ha pedido la separación y la guardia y custodia de las niñas, en solitario, además de la vivienda y la pertinente compensación económica. Sin embargo, soy yo quien, cada día, despierta a las niñas, quien sale a comprar el pan para los bocadillos del colegio y se encarga de que desayunen. Soy yo quien se preocupa de la casa, de la ropa, de la limpieza, de comprar y cocinar, de comer con ellas, de lavar y planchar, de ayudar a hacer los deberes por la tarde y de acompañarlas al médico
.Esto ha sido siempre así. Mis horarios laborales me permitían atender la casa y a las niñas casi igual que ahora, que ya no trabajo. Ella continúa con su actividad laboral, afortunadamente, para su propia realización. Continúa con su activa vida social, que le permite pasar horas y horas del día y de la noche fuera del hogar. Y ella, ahora, quiere que yo deje de ver a mis hijas, que son todo lo que me queda; quiere que las tenga cada 15 días un fin de semana; quiere que yo me vaya de casa, sin posibilidades económicas ni físicas de trasladarme a un nuevo piso que me permita estar más cerca de mis hijas; quiere permanecer en la vivienda familiar cuando tiene la ventaja de poder disponer de otra. ¿Por qué se me niega el derecho de la custodia compartida? ¿Por un capricho materno?
http://www.elperiodico.es/es/noticias/lectores/20100616/carta-destacada-del-dia-padre-cuida-las-hijas-pero-custodia-madre/326498.shtml
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