Jueves, 13 de Enero, 2011
Hoy quiero escribirles sobre la violencia femenina
Sabemos que muchas veces ese estrés vivido, el circulo tan cerrado en que nos desenvolvemos algunas mujeres, nos hace tener arranques de violencia ante tal o cual situación en el hogar, algún juguete tirado en medio de la sala, la ropa sucia sobre la cama, el armario desarreglado, en fin, hasta la música que escuchan nuestros hijos con volumen alto nos basta para empezar a gritar en medio de regaños y demás.
Esa violencia que desahogamos con gritos, en lugar de ayudarnos nos perjudica a tal grado que nuestros nervios estallan ante la menor provocación y ni que decir de nuestra pareja que le vemos infinidad de defectos por el simple hecho de sentirnos mal con una misma.
Los hijos son quienes más resienten esta actitud, los que sufren estos gritos, la incomprensión, quienes no saben a ciencia cierta qui sucede, que hacen mal.
Cuando llega la noche, ya calmada, acostada en tu cama, piensas una y otra vez el porque de esta actitud tuya tan negativa, de donde proviene ese coraje contra la vida que llevas en ti, lloras de arrepentimiento, por esos castigos o gritos empleados a tus hijos, vas a su recamara y los contemplas dormidos, los remordimientos llegan a ti y sólo quieres abrazarlos y pedirles perdón por tu proceder, pero se te hace tan difícil que solamente cierras la puerta y regresas a tu cama a seguir lamentándote por lo sucedido.
Cuantas mujeres habremos en el mundo que recurrimos a la violencia ante cualquier situación en lugar de arreglar las cosas con paciencia y cariño, en lugar de hablar nos limitamos a gritar a regañar, en lugar de enseñarles con amor a ser ordenados les criticamos su proceder.
Y ni que decir de las mujeres que aún acostumbran los golpes en lugar de reprender, los insultos en lugar de orientar. Piensen cuanto daña una palabra mas que un golpe, piensen como lastiman cuando deberían amar.
Imaginen que la manera en que sus hijos van creciendo dentro de este tipo de violencia, generaran esa misma conducta cuando sean mayores, cuando tengan su propio hogar, claro no en todos, pero si en algunos casos, porque los hijos van tomando ejemplo de los padres en determinadas actitudes.
Cuando la mujer es violenta, de carácter demasiado fuerte, se va creando un abismo entre la pareja, llegando muchas veces a la destrucción del hogar, porque el hombre opta por buscar un lugar donde se sienta tranquilo, en lugar de buscar ayuda para ella, en simplemente busca esa paz que en su hogar no tiene ni se hace participe de ella aun por los hijos.
Yo les invito a dialogar al respecto, a intercambias opiniones para quienes, en su caso viven una situación similar ya sea el hombre violento o la mujer misma.
http://www.todamujeresbella.com/1979/mujeres-violentas/
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