MÉXICO
http://www.elmundo.es/america/2013/05/10/mexico/1368217848.htmlFrente a las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR), en el Paseo de Reforma, pleno centro de Ciudad de México, hay un puñado de tiendas de campaña, unas cuantas fotos colgadas de jóvenes desaparecidos y una mesa con botellas de agua y miel.
Es el único sustento de las diez personas, la mayoría madres de desaparecidos, que han decidido iniciar una huelga de hambre hasta que sean escuchadas por las más altas instancias del estado.
Su petición es muy concreta: que las reciba el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y los máximos responsables de Gobernación, Seguridad Pública y de la PGR. "Estamos hartas de promesas incumplidas", explica a ELMUNDO.es Margarita López, madre de Yahaira Guadalupe Bahena, una joven de 19 años desaparecida en 2011 en Oaxaca. Quieren que los máximos responsables del actual gobierno, que cuando tomó posesión se comprometió a buscar a todos los desaparecidos, actúen de una vez por todas. "Queremos encontrarlos vivos o muertos", reiteran una y mil veces.
Esta es la segunda huelga de hambre que familiares de víctimas de la violencia inician en México. Margarita López ya estuvo en la primera, frente a Gobernación, en noviembre pasado. En aquella ocasión sólo eran tres madres y estuvieron siete días hasta que aceptaron recibirlas. Tras las promesas, nada.
"Ya nos cansamos de esperar. Yo lo único que tengo es un cuerpo que apareció por arte de magia y que la PGR dice que es de mi hija pero los exámenes de ADN que hice yo con peritos argentinos dicen que no y ahora los restos están tan descompuestos que no se puede establecer nada". Además, agrega, "nunca nos han entregado los resultados de la identificación".
Las nueve mujeres y un hombre llegados de distintos puntos de la república con casos de desapariciones, muertes y violencia sólo tienen en común el hartazgo y el dolor. Junto a esas tiendas de campaña están las historias de Juan Eduardo Olivares, sacado a la fuerza de un autobús, o de Elvis Axell Torres, ambos desaparecidos en Tamaulipas; de Francisco Albavera, Sergio Eduardo Guillén o Carlos Palomares, desaparecidos en el DF; de Alejandro Rodríguez González, desaparecido por policías municipales de San Luis Potosí; de José Luis Arana, al que se le perdió el rastro en Guadalajara; de una joven discapacitada agredida sexualmente en Jalisco; o de una familia de Ciudad Juárez, la Reyes Salazar, que cuenta con seis asesinados de su sangre.
La huelga de hambre se inició el jueves 9, la víspera de la celebración en México del Día de la Madre, una jornada en la que varias organizaciones se unieron a la exigencia de acciones concretas por parte del gobierno para buscar a los desaparecidos. Muchos de estos colectivos, tras manifestarse en el Ángel de la Independencia, se acercaron por el improvisado campamento frente a la PGR para ofrecer su apoyo.
Todas las visitan eran agradecidas, pero sobre todo una: la del obispo de Saltillo, Raúl Vera, que unió su voz a la de las miles de madres mexicanas que exigen que se busque a sus hijos desaparecidos. "Siempre nos ha apoyado y nos vino a dar su bendición", dice consolada Margarita.
"El ejemplo que están dando es admirable, que sepan que cuentan con todos nosotros, que no están sembrando en el desierto", les dijo el obispo. "Quiero decirlas que entendemos su causa, y que son una parte de un todo, que se busque los desaparecidos y paren las desapariciones. El gobierno tiene la obligación de hacerlo".
A los eventos convocados el viernes en distintos puntos del país se unieron distintas ONG, entre ellas, Amnistía Internacional que anunció el lanzamiento del sitio web 'www.nuncaolvidaremos.org' a través del cual busca recolectar más de 20.000 firmas respaldando la exigencia de justicia de las familias de las víctimas de desaparición y desaparición forzada.
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