Sábado, 29 de Agosto, 2015
La autora del texto responde por Cristina A..
Encontramos casi toda la parte del texto llena de razón, excepto sobre todo en una, en la cual creemos que la ignorancia del no padecer ha podido confundir a Cristina. Y es que precisamente con la custodia compartida es donde desaparecen las maletas, pues la maleta o mochila se entrega el viernes y se devuelve el domingo, cuando se ejerce una custodia compartida tanto el padre como la madre disponen de su ropa propia hacía sus hijos en sus domicilios, y los más común es que los cambios se produzcan en los centros escolares, y ni siquiera el padre y la madre necesiten de un contacto físico, algo que desde luego en los menores redunda en su propio beneficio, pues ni habrá malas caras, y en el caso de ser buenas no llevará al menor a pensar que una posible unión de sus padres, algo muy deseable. Más la custodia compartida alternando los adultos en vez de los menores es la forma de que el menor mantenga la máxima estabilidad y lugar de referencia, e incluso ahí de esa forma su propia ropa, pero claro, entramos en un punto en el cual quien se ve en la obligación de hacer el esfuerzo es la madre, no el padre que está acostumbrado a que el machismo transforme su vida siendo expulsado de la vivienda familiar. Es evidente que el feminismo no aprueba eso de compartir la vivienda, pues de esa forma entre otras cosas resulta un poco más complicado meter en ella a los nuevos novios o parejas (ya sabemos a través de un gracioso y corto vídeo lo que necesita un hombre y una mujer para ser feliz, y de esta forma la madre no dispondría de un lugar fijo que ofrezca una estabilidad a su nueva pareja, y claro resulta más fácil que la mayor carga se asuma por los menores.
Por otro lado pasar horas y horas con los hijos en la casa no es símbolo de ejercer correctamente el cuidado de los menores. pues no solo es deseable una apariencia física de normalidad ante la sociedad. Que un niño con 9 años aún no sepa atarse los cordones de los zapatos es señal de que no hay una persona que esta procurando enseñar al menor sus cuidados básicos. Este puede ser un ejemplo tonto, sí, pero ver el caso en la vida real, y que el menor corra con los cordones desatados a riesgo de caerse es más visible. Quizás el ejemplo más visible se encuentre en el fracaso escolar, al cual numerosas noticias hacen referencia como características de los hijos de padres separados, pero éstos son hijos de padre separados huérfanos de padre vivo, pues aquello que se encuentran bajo la custodia de su padre su rendimiento escolar es bien distinto. Pasar horas y horas con los hijos no es sinónimo de un buen cuidado, muchas mamas primerizas prefieren que sus hijos no aprendan tan rápido a andar, pues ello supondría una mayor atención por su parte, y ello dificulta por ejemplo chatear o hablar por teléfono con las amigas. Los efectos de la custodia materna, y la muerte en vida del padre están más que vistos, pues padre de visitas no se puede ser, imposible. El que se atribuya a las nuevas generaciones una falta de valores y principios morales, así como de disciplina, y falta de respeto a los adultos empezando por la propia cuidadora, la madre, no es sino el resultado de la ausencia de la figura paterna.
Fuente:
Engendrar y parir no te hace padre o madre, la implicación sí
http://www.gonzoo.com/starz/story/engendrar-y-parir-no-te-hace-padre-o-madre-la-implicacion-si-3289/
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