Jueves, 15 Octubre, 2015
El autor del texto fuente, Risto Mejide, nos presenta un artículo en donde nos muestra como en nuestras emociones se presentan aquellos recuerdos que dejamos atrás, o aquello que de repente aparece en nuestras vidas con ánimo de sumar.
Hemos colocado como título la parte que habla de custodia compartida, y ésta puede ser entendida de muchas formas, pero una de ellas es la de aquellos menores que han crecido en una familia unida, en donde tanto su padre como su madre se ocupaba de ellos, en mayor o menor medida cada cual, dependiendo de las necesidades de un momento, pero en donde los menores sentían que en su casa eran todo un equipo. De repente un día estos menores se encuentran que la figura paterna desaparece de sus vidas, de la noche a la mañana se les presenta una situación en donde el padre ya no puede levantarles, darles un besito de buenas noches antes de irse a dormir, o ayudarles a alcanzar un objeto colocado en un lugar a donde ellos todavía no alcanzan. Han apartado a su papá de sus vidas, y ahora tienen que comenzar de nuevo una etapa en donde desaparece una figura insustituible en sus vidas, que a lo mejor va a ser reemplazada por un nuevo amigo de su madre, pero que jamás será su papá de siempre. Su vida se sostiene por dos pilares, y uno de ellos desaparece. Sumar, suma, pero suma un visitante más, un familiar a quien verá en horas determinadas y pasará con él 4 días al mes.
La custodia compartida evita que la vida de los menores se divida en dos, que su parte emocional se resienta de por vida.
Fuente:
Aritmética emocional básica
http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/aritmetica-emocional-basica-4578742
No hay comentarios:
Publicar un comentario