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viernes, 14 de mayo de 2010

Confusión feminista e igualdad de oportunidades.

14 de mayo 2010
Publicado por Alicia Malumbres, consultora de dirección.
Al igual que los hombres sabemos y podemos tomar decisiones con información divergente a nuestro criterio, sin sentirnos culpables. Tenemos independencia y autonomía emocional en este dilema y capacidad para resolverlo. A muchas mujeres la lactancia nos ha proporcionado momentos de magia y paz, otros han sido duros, igual que las experiencias profesionales, unas mágicas y otras duras.
Lo que deprime y frustra a la mujer es que "nos protejan" a la hora de formar criterio propio, y esto sigue ocurriendo en el mundo empresarial, va en los genes proteger a la mujer. Machismo y feminismo se tocan. Decía también que los permisos de lactancia son un retraso pues obligan a que la mujer vuelva a casa. ¿Un retraso que "vuelvan" los chicos a casa a dar el biberón? Alimentar a los hijos se puede convertir en un aporte de valor de cualquiera de los dos, o en una acción mecánica más, a eso se le llama compromiso una actitud que no entiende de género, o no debería.
¿Porqué no potenciamos la paternidad en vez de atacar la maternidad?. Tener hijos es una carga para la mujer por no responsabilizar al hombre al mismo nivel. Nada más que por eso. El sistema empresarial español descansa en la creencia de que a los hijos los cuida la madre, pero no es función del padre.
Por eso los altos directivos tienen libertad horaria total y la exigen, transmitiendo ésta disponibilidad como atributo por excelencia de la "marca directiva". Si eres mujer trabaja más. Suena duro pero es así. Es evidente que no es necesario ese foco extremo para ninguno de los dos. A ese modelo le queda muy poco, pero mientras tanto el relevo generacional se complica, y la marca directiva se degrada con rapidez.
Los hombres también se merecen la igualdad de oportunidades en la relación con sus hijos, y algunos ya la quieren. Ser madre o ser padre, no es contrario al desarrollo profesional de ninguna manera. La maternidad y la paternidad son exactamente iguales y exigen el mismo grado de responsabilidad, excepto en el embarazo, el parto y la lactancia materna. Una mujer que falta al trabajo todo el embarazo (que es mucho suponer) y los cuatro meses posteriores, sumaría un total de 13 meses, igual que algunas lesiones deportivas serias o una hepatitis que se complique, con la ventaja de que el embarazo se puede planificar. Hasta aquí pocas diferencias con otras causas de baja laboral, e infinitamente menos nociva que las bajas emocionales, ansiedad, estrés, depresión…
Si las empresas se ocuparan de los niveles de estrés y equilibrio personal la mitad de lo que se ocupan en dejar claro que los embarazos son un estorbo, el compromiso se dispararía, y la productividad detrás. Podemos no verlo, pero ahí está.
La reducción de jornada por cuidado de hijos menores de 8 años, que tanto miedo da a nuestras empresas a la hora de incorporar mujeres ¿por qué la solicita sólo la mujer?
1) porque la desigualdad retributiva hace más prescindible el salario de la mujer, aunque a futuro pueda ser una trampa para la familia.
2) porque seguimos considerando la maternidad más natural que la paternidad, aunque sólo se diferencian en el embarazo y en la lactancia, de incidencia muy pequeña en la contribución laboral de valor. Desdramatizando ser padre y madre, habrá menos estrés en los embarazos, menos bajas, más seguridad, más niños, más alegría, más recursos productivos, más padres "enrollaos", más familias equilibradas, más igualdad… Subamos al carro a los hombres. Nunca es tarde si la dicha es buena! Nuestros hijos también saldrán ganando.
http://www.expansionyempleo.com/2010/05/13/opinion/1273744781.html

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