28.02.11 CASTELLÓN
La presunta envenenadora de Peñíscola y su novio, Federico Gil, pasaban por problemas económicos, por lo que se veían obligados a vender objetos de valor que almacenaban en su casa, un chalet de la urbanización Las Atalayas, para poder subsistir.
La víctima mortal heredó el amplio inmueble tras la muerte de un familiar, según manifiesta un conocido de la pareja, y de forma habitual ponía bienes a la venta, como muebles u objetos de decoración. Al parecer, en los últimos tiempos los únicos ingresos del hombre y de la ahora detenida provenían de esta práctica. Federico Gil estuvo trabajando el pasado verano como vigilante de la zona azul (ORA) en las calles de la localidad.
La mujer, Manuela M.A., de 58 años, está en la actualidad en prisión, ya que la Guardia Civil le acusa de un presunto homicidio. En un primer momento fue detenida como responsable de varios delitos hasta que la Guardia Civil ató los dos hechos y la detuvo.
http://www.lasprovincias.es/v/20110228/sociedad/presunta-asesina-veneno-novio-20110228.html
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