21.02.11 -MIGUEL TERRÉS
«Algunas cosas que nos pasan a los hijos de padres divorciados no tienen ni pies ni cabeza. Desde que los míos lo están, yo le he dado no sé cuantas vueltas al coco para descubrir los verdaderos motivos de su ruptura matrimonial y aún no he encontrado un hecho decisivo que fuera el principal desencadenante de ella.
Cuando tenía seis o siete años, yo presencié involuntariamente las primeras riñas entre ellos dos. Lo que se me ha quedado grabado en la memoria son escenas deshilvanadas en las que veo, como en una pantalla de cine, sus gestos de indignación y de enfado y oigo muy claro sus tonos fuertes de voz. Y lo que recuerdo continuamente, con las palabras exactas que ella empleaba, es uno de los argumentos más repetidos por mi madre:
-Nos queremos con locura, Juan. Pero lo que lleva ocurriendo desde el principio es que tú concibes nuestro amor como una pa-lanca para conseguir el dominio de mi voluntad. No me dejas ser libre, y eso no hace más que cavar cada vez más hondo un hoyo donde vas enterrando poco a poco nuestra felicidad.
En el caso de tus padres, no sé qué irá a pasar en el futuro. Yo tengo muy claro lo que pasará entre los míos. Sus vidas son irreconciliables para siempre.
¿Sabes hasta dónde llega lo absurdo de la cola que aún traen esas antiguas disputas creo que nunca olvidadas por ninguno de los dos?
Mi padre es reportero gráfico de prensa. Mi madre, que compra dos periódicos cada día, llama siempre 'el otro periódico', nunca por su nombre, al periódico en el que trabaja mi padre.
Y mi padre, cuando estoy con él, si sale a relucir en la conversación alguna cuestión de la actualidad política, al PSOE, el partido al que está afiliada mi madre, le dice 'ese grupo político al que pertenece tu madre'. Jamás el partido del Gobierno o el partido de ZP ni nada que se le parezca.
Y por ahora no quiero seguir hablando más de esto, por favor».
http://www.laverdad.es/murcia/v/20110221/opinion/parte-dialogo-oido-azar-20110221.html
Cuando tenía seis o siete años, yo presencié involuntariamente las primeras riñas entre ellos dos. Lo que se me ha quedado grabado en la memoria son escenas deshilvanadas en las que veo, como en una pantalla de cine, sus gestos de indignación y de enfado y oigo muy claro sus tonos fuertes de voz. Y lo que recuerdo continuamente, con las palabras exactas que ella empleaba, es uno de los argumentos más repetidos por mi madre:
-Nos queremos con locura, Juan. Pero lo que lleva ocurriendo desde el principio es que tú concibes nuestro amor como una pa-lanca para conseguir el dominio de mi voluntad. No me dejas ser libre, y eso no hace más que cavar cada vez más hondo un hoyo donde vas enterrando poco a poco nuestra felicidad.
En el caso de tus padres, no sé qué irá a pasar en el futuro. Yo tengo muy claro lo que pasará entre los míos. Sus vidas son irreconciliables para siempre.
¿Sabes hasta dónde llega lo absurdo de la cola que aún traen esas antiguas disputas creo que nunca olvidadas por ninguno de los dos?
Mi padre es reportero gráfico de prensa. Mi madre, que compra dos periódicos cada día, llama siempre 'el otro periódico', nunca por su nombre, al periódico en el que trabaja mi padre.
Y mi padre, cuando estoy con él, si sale a relucir en la conversación alguna cuestión de la actualidad política, al PSOE, el partido al que está afiliada mi madre, le dice 'ese grupo político al que pertenece tu madre'. Jamás el partido del Gobierno o el partido de ZP ni nada que se le parezca.
Y por ahora no quiero seguir hablando más de esto, por favor».
http://www.laverdad.es/murcia/v/20110221/opinion/parte-dialogo-oido-azar-20110221.html
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