JUSTO SÁENZ es el presidente de Kidetza
- ¿El hecho de que Euskadi esté a cola de las custodias compartidas significa que hay escasa demanda?
- I. Gutiérrez. Quizá se debe, por la experiencia que tenemos, a que los padres no son capaces de presentar un buen proyecto de custodia compartida; incluso no se han puesto a meditar sobre ello, especialmente pensando en el niño. A veces están ofuscados en la casa y en otros intereses económicos o materiales. Ante la duda, lo mejor es optar por la alternativa que menos afecte al niño.
- J. Sáenz. Uno de los temas que venimos analizando desde hace tres años es el motivo por el que en Euskadi se está reduciendo el número de custodias compartidas y paralelamente va subiendo la contenciosidad. La explicación es sencilla: va aumentando, exponencialmente, la demanda de solicitudes de guardas y custodias compartidas porque hay una situación en que una de las partes lo veta, e incluso el propio abogado. Cuando un letrado va a plantear la custodia compartida y si quien lo solicita es un hombre, de antemano le dice que si no cuenta con la aquiescencia de la otra parte está perdido. De entrada, por tanto, se lo piensa.
- J. Hualde. Me asombra la confianza que existe en el sentido de que cuando se reforme la ley se va a cambiar la situación. Me asombra porque no es así. Por ejemplo, el juez que, a pesar de todos los informes positivos, no concede la guarda y custodia compartida, va a poder hacer lo mismo, sea cual sea la ley y diga lo que diga, aunque señale que es preferente. Porque siempre va a poder razonar su decisión.
- J. Aranguren. Considero que con el actual Código Civil se puede garantizar la corresponsabilidad. Y si la custodia compartida llega a ser una amplia demanda social, los jueces la irán acordando. Incluso si no hay acuerdo en la pareja y uno de los dos la pide, siendo una demanda en aumento, la excepción se irá aplicando.
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