Custodiados por policías, Erika Alonso, Ángel Manuel Ramos y Jorge Berzosa, ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria
«Puede ser una mala mujer, pero no una mala madre». Erika Alonso mató a su expareja y ya cumple pena de cárcel por ello. Suficiente, según su abogado. Ayer, ella y los otros dos condenados por el crimen de Mataporquera (15 de mayo de 2009) volvieron a coincidir ante un juez (esta vez, el presidente del TSJC) en la vista de apelación. Porque todos -las tres defensas, la acusación y la Fiscalía- apelaron la sentencia que los condena a 18 años de cárcel a ella y a 17 a Ángel Manuel Ramos y Jorge Berzosa, por asesinato.
Ella fue la protagonista de una sesión en la que se habló largo y tendido de si tiene derecho, o no, a ejercer la patria potestad sobre el hijo que tenía con la víctima, derecho del que no se le privó en la sentencia basada en el veredicto de culpabilidad del Jurado. Tanto la acusación que ejercen los familiares del fallecido como el Ministerio Fiscal, apelaron para que se le retire, cuestión que su abogado considera que es «castigarla más allá de lo que impone la ley» y recuerda que el asunto, en todo caso, debe ventilarse en el ámbito civil.
Con la misma risa nerviosa que mostró durante los cinco días que duró el juicio en enero, ayer Erika escuchó, murmurando, sollozando y negando con la cabeza, cómo el fiscal, Álvaro Sánchez-Pego, insistía en que el asesinato y la custodia del pequeño están relacionados. Porque Valentín Fernández no sólo era el ex de Erika, también era «padre custodio» y único sostén. Y continuó: «Al matar al padre, pretende obtener un beneficio...» -ella suelta una risa desesperada- «...porque cree que está mejor muerto que vivo». «¡Sí, claro!», se le escucha a Erika.
Y el fiscal recuerda que esa custodia que ella pretendía no puede ejercerla «porque está en la cárcel, es insolvente y tiene alterados los principios y valores». Alertó de la necesidad de «evitar que obtenga un beneficio de la comisión del delito. ¿Y qué beneficio puede obtener el niño? Administrar sus bienes, lo único».
Administradora del menor
Paradójicamente, los bienes del niño son la pensión de orfandad, la indemnización que le debe su madre por matar al padre y la herencia que éste le haya dejado. El fiscal pidió también una orden de alejamiento «para que no lo lleven a la cárcel y ella le diga que el malo era el padre y que lo hizo para protegerlo».
El defensor de Erika, por su parte, recordó que ya se le impuso una orden de alejamiento con los hermanos y padres de Valentín, «algo normal», pero para privarla de la patria potestad «el problema» tiene que estar con el hijo, no con terceros. «Y no hay ni un solo dato que determine que ella era mala para el hijo». Tampoco aceptó que se le prohíba el contacto: «Los hijos siempre dependen de los padres, y el vínculo no puede quedar al arbitrio de un tribunal», más cuando la custodia ya se dirime en un procedimiento civil «que será largo y escabroso».
Aparte del asunto de la patria potestad, el abogado de Erika dice que no hubo alevosía porque existió una riña anterior a las puñaladas, y solicita que el crimen se califique como homicidio, no como asesinato.
La defensa de Ángel Manuel insistió en que debe ser absuelto porque no participó en el crimen y que, en todo caso, se le condene por encubrimiento. Y sobre Jorge, indicó que no fue cooperador necesario porque «se limitó» a agarrar el brazo de Valentín mientras Erika le apuñalaba.
El fiscal echó por tierra tales pretensiones: «son hechos ya probados por el jurado». La acusación solicitó que se eleven las indemnizaciones y se incluya a los hermanos de Valentín.
1 comentario:
El razonamiento de mala mujer será, pero mala madre no, también sería aplicable a los padres que matan a las madres. ¿verdad?
Permitir que un individuo que mata a su cónyuge mantenga la custodia de los hijos comunes es simplemente una aberración.
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