31/7/2011
La felicidad importa, pero la estabilidad económica también. Las estadísticas que recogen la evolución de los divorcios en los últimos años confirman que la situación económica está afectando directamente al número de demandas que se tramitan en la provincia de Ourense.
Cuando se cumplen treinta años desde la aprobación en España de la Ley del Divorcio, la primera tras la dictadura franquista -a la que se dio luz verde el el 22 de junio de 1981-, los datos sobre separaciones tramitadas en Ourense ponen sobre la mesa que cada vez son más las parejas que ponen fin a su convivencia de mutuo acuerdo, pero también que cada vez son menos las que deciden dar el paso de la separación.
Ha variado el número y ha variado la forma. En los últimos años se han divorciado en Ourense el mismo numero de parejas que antes pasaban por ese trámite en seis meses. Además, hace unos años los juzgados pasaban más tiempo para resolver los casos ya que en un buen número de demandas no había consenso entre las partes. Ahora la gran mayoría de las parejas llegan a un acuerdo que después ratifica un juez.
Los datos son una muestra elocuente. Durante el año pasado 683 parejas solicitaron la disolución matrimonial. El dato está muy lejos de los 928 divorcios que se habían tramitado en el año 2006, cuando la crisis aún no había mostrado su cara más dura, y relegan la tasa niveles de finales de los años noventa.
Y la tendencia parece mantenerse este año porque de acuerdo con los datos recogidos por el Consejo General del Poder Judicial, en el primer trimestre del 2011 han solicitado la separación en los juzgados ourensanos menos de doscientas parejas. Más del 60% formalizaron un divorcio consensuado, mientras que el resto tuvo más problemas a la hora de disolver sus vínculos.
Comarcas
Por partidos judiciales, es el de Ourense el que absorbe el mayor número de las demandas de divorcio o separación que se tramitan en la provincia, con un porcentaje cercano al 60%. El resto se reparten entre las principales cabeceras siendo la de O Barco una de las que mayor trabajo genera para los jueces de familia.
Respecto a las fórmulas a las que optan los cónyuges, la estadística pone de manifiesto que la mayor parte optan por el divorcio, lo que disuelve el vínculo matrimonial, mientras que una parte menos numerosa se decide por la separación, un paso previo. Apenas se solicitan nulidades eclesiásticas.
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