Jueves, 28 de Julio, 2011
Los presuntos malos tratos a un niño de 7 años de Baiona saltaron a la luz cuando los vecinos de la madre y su pareja grabaron vídeos para probar los «brutales» episodios de violencia doméstica. La progenitora alegó ayer que era una forma de corregir al menor por sus continuas mentiras, robos y engaños. El compañero sentimental también es investigado por los supuestos malos tratos continuados al hijo de su pareja. Este vecino de Sabarís trabajó como policía hace tiempo. Llegó detenido al juzgado y fue interrogado toda la tarde de ayer por la jueza de Instrucción número 4 de Vigo. Esta ordenó, al cierre de esta edición, la prórroga de la detención del hombre, sobre el que dictó una orden de alejamiento de un kilómetro del menor. La magistrada decidirá hoy si lo envía a prisión. A la madre del menor, le retira tres meses la custodia materna. El pequeño quedará a cargo de su padre biológico.
Al parecer, los presuntos episodios de violencia doméstica se producen desde hace casi un año. Estos estaban insatisfechos con la actitud del pequeño, al que su madre definió como inquieto. La pareja consideró que el menor había llegado demasiado lejos en sus mentiras, robos y engaños y, según su versión, quisieron enmendarlo.
Chapuzones nocturnos
Para llevarlo por el buen camino, supuestamente, le habrían inflingido castigos físicos y psicológicos. Algunos testimonios hablan incluso de que tiraron al niño a la piscina a la una de la madrugada o le hicieron caminar sin ropa por un parque en el centro de Baiona para «curar» su vergüenza por la desnudez.
Los vídeos podrían ser la prueba de que los hechos son «graves» y se prolongaron a lo largo del tiempo. A ello se suma el agravante de la profesión del implicado, quien prestó servicio hace tiempo en un cuerpo de las fuerzas de seguridad.El hombre, de unos 45 años, entró escoltado por dos agentes de la Guardia Civil por la puerta principal del edificio de la Audiencia a las 10.40 horas de ayer. Una chaqueta colocada sobre sus manos disimulaba sus esposas. Permaneció en los calabozos toda la mañana y, a partir de las 17.00 horas, fue llamado a declarar seguido de su pareja, en libertad. El interrogatorio fue extenso pues, al parecer, se trata de un asunto «complejo».
Todo apunta a que la jueza pedirá un informe forense para determinar la gravedad y tipo de lesiones que, supuestamente, habría sufrido el niño, así como una exploración psicológica para aclarar si los castigos han afectado a su estado de ánimo.
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