Así son la mujer del 'machista' Cañete y el 'atractivo' marido de Valenciano

Sábado, 24 de Mayo, 2014

Los candidatos en la intimidad
- La esposa de Arias Cañete, acusado de machista, es la empresaria Micaela Domecq
- 'No es precisamente de las que se quedan en casa o hacen lo que dice su marido'
- Valenciano hace repaso por los varones que más la han marcado
- Sobre su marido: 'Además de ser muy guapo, tiene un humor exquisito'

A la izquierda, Javier Udaeta y Elena Valenciano. A la derecha, Micaela Domecq con Arias Cañete.

Aquí la tienen. En bandeja. La mujer más mentada en las redes sociales estos días. La depositaria de la verdad absoluta sobre el presunto machismo de Miguel Arias Cañete (64). Se llama Micaela Domecq Solís-Beaumont (57 años) y está casada con el ex ministro desde 1978. Es la madre de sus tres hijos, y la abuela de sus tres nietos. Y aunque no ha dicho nada de manera pública, sí le mostró su apoyo el miércoles -cuando el candidato pidió disculpas por sus declaraciones- al acudir con él a un almuerzo en el Club Siglo XXI. No es lo habitual.
La primera respuesta con la que uno se encuentra cuando pregunta quién es ella, es la de que es «una Domecq, pero de las de verdad». Pertenece al linaje más augusto de esta familia jerezana, que posee extensas fincas y ganaderías de reses bravas en Cáceres, Cádiz y Sevilla, además de otros intereses empresariales. Su desarrollo profesional se ha producido dentro de esos negocios de familia. Fue copropietaria de la ganadería de Jandilla, que vendió hace años. Hoy, su nombre aparece varias veces en el Registro Mercantil: es la administradora de la empresa Agrícola Micaela Domecq, dedicada a la explotación agrícola y ganadera; también es consejera de la empresa familiar Actividades Rústicas y Urbanas, y apoderada de la inmobiliaria Nova Diecinueve.

Es presidenta de la Fundación de la Santa Caridad, que da cobijo a ancianas sin recursos

Pero, sobre todo, «es mucha mujer», como alguna vez ha reconocido el propio Arias Cañete. «En su relación manda ella, no hay duda», dice una colaboradora. «Es verdad que Miguel es de los que te abre la puerta y te retira la silla para que te sientes, un hombre galante, pero su esposa no es precisamente de las que se quedan en casa o hacen lo que dice su marido».
Micaela luce una belleza rubia y dulce que da una equivocada imagen de fragilidad. Hace años retomó junto a su marido y otras personas la vieja Fundación Jerezana de la Santa Caridad, dedicada desde hace más de un siglo a ayudar a mujeres que se veían sin recursos tras quedarse viudas o abandonadas. Hoy ofrecen casa a ancianas que no pueden mantener una vivienda propia. Micaela es actualmente la presidenta en funciones de la Fundación, ya que acaba de cambiar el patronato.
Pero si hay alguna fémina por la que siente especial debilidad el ex ministro es por su hija Micaela (la mayor de sus tres hijos, de 34 años), muy parecida a él. Es Economista del Estado (Arias Cañete es abogado del Estado), y trabaja en la Subdirección de Industria y Energía de la Comisión Nacional de la Competencia. El día de su boda con Germán Domecq, su padre sacó a pasear la joya de la corona de su colección de coches, un Morgan, para llevarla a la parroquia de San Marcos de Jerez. Estaba tan orgulloso de llevarla al altar que permitió que un medio local les tomara una foto a la puerta de la iglesia, contraviniendo la regla pactada con su esposa de no hacer públicos a sus hijos.

Su hija Micaela, economista del Estado, les ha hecho abuelos. Tiene tres nietos: un niño y dos gemelas

Ella es quien ha hecho abuelos al ex ministro y su esposa, una faceta recién descubierta y que le tiene absorto. «Es un abuelazo», definen, al que no le importa fajarse en el barro de la plastilina, de poner en su tableta los dibujos de Pocoyó o de Peppa Pig, o de dar de merendar a los niños si la ocasión lo requiere. Tiene tres nietos, Germán (3) y las gemelas Micaela -cómo no- y Matilde (2). Con ellos se quita la corbata y se convierte en otro hombre. «Comenta a menudo que es una pena que su madre, Herminia, no haya podido vivir para conocer a sus bisnietos, los hubiera disfrutado mucho». Doña Herminia Cañete falleció en 1999.
Junto a ellas, los mimbres femeninos de la vida de Miguel Arias, se encuentra además una larga lista de señoras que le han rodeado y le rodean en su vida profesional. Desde Carmen Fraga e Isabel García Tejerina, sus imprescindibles en el Ministerio de Agricultura, a Catalina de Miguel, asesora internacional del candidato.

Elena Valenciano hace repaso

No hay cosa que moleste más a la cabeza de lista del PSOE Elena Valenciano (Madrid, 1960), que se le diga que los barones (hombres) del partido la han aupado en su carrera política. Hablamos de Alfredo Pérez Rubalcaba o de Josep Borell, figuras claves en su trayectoria pública. Feminista convencida, tiene muy claro quiénes son los hombres de su vida y por qué. Su marido, el arquitecto Javier de Udaeta Montaner, es de los más importantes de la lista: «Además de ser muy guapo, tiene un humor exquisito». Valenciano no tiene más que piropos para él. La mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba contesta a LOC sobre quiénes son los hombres de su vida mientras entra en la recta final de la campaña en las elecciones al Parlamento Europeo. Hoy está en un AVE que la lleva de un mitin en Barcelona a Zaragoza. Por la noche volverá a Altea, Alicante, la pequeña ciudad costera alicantina donde vive con su marido hace dos décadas. Él trabaja cerca, en Alfaz del Pi, donde es el arquitecto municipal. «Javier es un grandísimo asesor en la sombra. Me ayuda a preparar los discursos y es un buen crítico. Siempre está en un quinto plano, en el sentido de que huye de la proyección pública, pero está. En lo personal me ayuda día a día a mantener los pies en la tierra. Con mis hijos ha sido madre y padre, sobre todo cuando fui eurodiputada durante nueve años en Bruselas (de 1999 a 2008) y sin él no hubieran sido fáciles muchas cosas».

De su marido dice que es "un gran asesor en la sombra" y que ha sido "madre y padre" para sus hijos

Valenciano, que estuvo casada hace 25 años con el asesor de empresas donostiarra Federico, Quico, Mañero, se dio el sí quiero definitivo con este arquitecto madrileño en noviembre de 1994 en una ceremonia civil. Un año después nacía su hijo Javier (con Mañero tuvo a su hija Nathalie. Su primer matrimonio duró apenas dos años). «Sin mi marido Javier no hubiera sido posible triangular. Estar en Madrid, Altea y Bruselas en la misma semana. Fue una época durísima en lo personal. Ser una madre intermitente es muy complicado. Ahora será más fácil porque los niños son mayores, están independizados y viven en Madrid. Y, sobre todo, porque las comunicaciones han mejorado mucho».
Valenciano pasa de puntillas -aunque aclara que tienen una relación cordial- por su ex marido Quico Mañero, al que conoció siendo secretario de las Juventudes Socialistas cuando era presidente del Gobierno Felipe González.
El otro hombre imprescindible en la vida de Valenciano es su hijo Javier, de 18 años. «Es un sol, como su hermana. Son mi gran apoyo en todo momento. Ahora, durante la campaña, siempre tengo un mensaje de ánimo, de cariño. Son un amor. Él se acaba de ir de Altea y vive en Madrid, donde estudia fisioterapia. Vivimos todos en el mismo barrio, en Chamberí, pero no en la misma casa. Intentamos quedar con cierta frecuencia. Me gusta cocinar para ellos, porque, todo hay que decirlo, me sale estupendamente».

El hombre que más la ha marcado es su padre, Luis Valenciano, "un humanista"

En la época en que conoció a su primer marido se topó con uno de los grandes hombres de su vida (política): Felipe González. «Le conocí cuando tenía 18 años (Elena se afilió en 1987 al PSOE), al final de los años 70. Me marcó conocer a un líder lleno de energía y de fuerza para defender la libertad y la democracia. Para mí fue una figura imprescindible en mi vida. Felipe hizo Historia y yo estaba cerca para verlo», relata con admiración. También tiene palabras de respeto para el ex ministro Josep Borrell. «Con él fui a Europa, fue un maestro».
Pero si hay alguien que de verdad la ha marcado fue su padre: el médico madrileño Luis Valenciano Clavel. «Un humanista, un demócrata. Un gran ejemplo», apunta. Su progenitor es científico y uno de los pioneros en la investigación de la vacuna contra el SIDA en España. Es una persona «muy liberal que sobre todo enseñó a sus tres hijas a luchar para ser libres y autónomas», sentencia.

http://www.elmundo.es/loc/2014/05/24/537f6d93e2704efd578b456c.html