El presidente de la APFS (Asociación de Padres de familia Separados) Nacional, Juan Carlos López Medina, es el autor de este artículo fuente en el cual se trata el problema de las separaciones en personas de más avanzada edad.
Juan Carlos referencia los datos al estudio en EEUU "El divorcio gris", que en 1990 evidenció como subía de forma alarmante el número de parejas que tras pasar la franja de los 50 años se divorciaban. Los llaman los "baby boomers".
En España comienza a suceder parte de los mismo, matrimonios que llevan toda la vida juntos pero cuando los hijos crecen, y más o menos, si no existe una independencia económica lo que sí existe es ya una autonomía personal de los hijos que deja a un lado los esfuerzos personales hacia ellos por parte de sus progenitores, el hombre y la mujer se separan. Es estudio americano exponía una serie de razones que atendían precisamente al crecimiento de los hijos y ese vacío que queda cuando los hijos ya no necesitan de otros cuidados personales que no sean los de la contribución económica.
Pero los muchos casos que llegan a las asociaciones de padres separados, si bien tienen que ver también con el motivo principal antes citado, mantienen también un denominador común, y es el de que se mezcla en ellos la ley de violencia de género. De repente el hombre se encuentra con una denuncia, y se entera de dicha denuncia porque un buen día la Policía se presenta ante él para llevarle detenido y encerrado a un calabozo hasta ser puesto a disposición judicial. Tras pasar por el juzgado como norma queda libre, pero desde ese momento ya se han dispuesto una serie de medidas que aparte de romper el matrimonio conllevan que el varón tenga que salir de casa y seguir manteniendo a la mujer.
Muchas parejas españolas se han regido por el sistema de vida en donde el hombre se dedicaba a proveer el sustento económico del hogar, y la mujer a las labores domésticas del hogar y al cuidado de los hijos mientras el hombre se encontraba trabajando. Sin embargo tras esta ruptura el hombre se encuentra con una realidad en la cual no solo se encuentra solo por completo y expulsado de la vivienda familiar pero siguiente que mantener a su ex mujer, sino que además en muchos casos aparece de repente un reproche por parte de los hijos al padre que no da pie más que a pensar que la mujer durante muchos años ante la figura de autoridad paterna (que ha representado el padre en muchos hogares) con los hijos ha mostrado una doble cara durante esos muchos años de convivencia. Esta figura de autoridad que a pesar de encontrarse fuera del hogar en una gran parte del tiempo, cuando llegaba a casa era buscada por la madre para que impusiese orden, por detrás ha sido duramente criticada antes esos mismo hijos. Se producía una actitud de victimismo por parte de la mujer que se quedaba en casa, y que en el momento que decide romper con el matrimonio arrastra a los hijos a su lado, y coloca a éstos en contra de ese padre al cual ella misma acudía tras la llegada de una larga jornada laboral para que impusiese su autoridad frente a los menores.
La situación de muchos hombres ya pasados los 50 e incluso los 60, es que se encuentran solos, ellos han dedicado su vida a la familia y a su trabajo, y si la mujer no trabajaba fuera del hogar y era mantenida por el marido, ésta ahora tras la separación sigue mantenido por el marido, pero sin embargo nos encontramos con personas que pasan a un estado ya no solo de soledad, sino además de incapacidad para las labores domésticas de las cuales se ha ocupado la ex mujer. Este hecho la justicia lo pasa por alto, y tiene en cuenta que la mujer ha dedicado su vida al hogar y debe seguir siendo mantenida por el marido (pensión compensatoria), al cual dejan desamparado por completo en cuanto a sus rutinas personales, pues si la mujer debe seguir mantenida por el marido porque ésta ha dedicado su vida al hogar y a los hijos, el marido por contra ha dedicado su vida al trabajo y no sabe en muchos casos cocinar, planchar, etc, pero esas facetas nos las cubre las medidas del divorcio, y sin embargo las de la mujer sí. Se encuentra además en muchos casos con una actitud de sus hijos desconocida hacia ellos, los cuales se posicionan al lado de quien adopta un papel de victimismo, algo que desconcierta a cualquier persona, y más cuando la necesidad de apoyo emocional, e incluso por la edad físico, se hace más necesario.
En otra página hemos encontrado una frase que merece la pena trasladar a esta entrada:
la tesis de "cásate para no morir solo y tener alguien que te cuide" cada día tiene menos fuerza
- Mantenida por el marido, y ahora recibe 74.000 euros, se queda con hijos, un sueldo y la vivienda
- La denuncia de violencia de género asegura la pensión de viudedad
- Pensión de viudedad y violencia de género
- Esclavitud también es pagar una pensión de por vida
- Otra razón para denunciar "por si acaso" La pensión de viudedad
- Las mujeres cobrarán pensión de viudedad si prueban el maltrato en la separación
- Pensión de viudedad y violencia de género
- El TS suaviza los requisitos para que separados y divorciados cobren pensión de viudedad
- Las víctimas de violencia de género tienen derecho a la pensión de viudedad aunque no se hubiera fijado pensión compensatoria a su favor en la sentencia de divorcio
Fuente:
¿Por qué se divorcian las parejas mayores?
http://salamancartvaldia.es/not/121210/divorcian-parejas-mayores/
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