NORIÁN MUÑOZ | 20/07/2011
Han sufrido una ruptura, pero su disposición a pronunciar el ‘sí quiero’ de nuevo no ha parado de crecer en de los últimos año. Son los divorciados que vuelven a intentarlo. Según los datos del Idescat, en la demarcación de Tarragona ellos representaban un 4% de todos los que se casaban en 1989. En 1999 ya llegaban al 8,5% y en 2009 (el dato desglosado más reciente) ya constituían el 18,6%. En definitiva, que casi dos de cada diez personas que se casan en la provincia ya lo habían hecho antes. La cifra supera incluso la media española, que está en el 12,3%.
Y es que los divorciados, contrario a cierta percepción social, no optan exclusivamente por las uniones de hecho. Al contrario, parecen ir a contracorriente en unos tiempos en los que las bodas no crecen al ritmo de la demografía. Valga decir que actualmente el número anual de matrimonios en la demarcación es muy similar al que había hace veinte años.
Las diferencias por sexo entre los divorciados dispuestos a probar suerte de nuevo tampoco son significativas.
Las divorciadas representan un18,8% del total de las contrayentes y los divorciados son el 18,4%. Hace una década la proporción de hombres y mujeres también era similar.
Lo que sí ha cambiado, y mucho, es el número de parejas que deciden separarse. Los divorcios aumentaron en la demarcación un 341% en la última década. Las separaciones en general ya casi igualan en número a las bodas. Si en 2009 hubo en la demarcación 2.942 bodas, ese mismo año se rompieron 2.106 matrimonios. No es de extrañar pues que haya más separados en el ‘mercado’. Incluso lo confirman las páginas web dedicadas a encontrar pareja. Meetic, por ejemplo reseña que, aunque el estado civil no es un campo que se deba rellenar de manera obligatoria, entre los que responden, un 16% de sus usuarios dice estar divorciado. A ellos se suma un 15% que asegura estar «actualmente separado».
Tuyos, míos y nuestros
Pero, más allá de la creación de nuevas parejas los matrimonios de divorciados suelen traer consigo la formación de nuevos modelos de familia, las que se han dado en llamar ‘reconstituidas’, donde conviven los hijos de uniones anteriores y nuevas.
Si siguen las tendencias actuales, el número de estas familias seguirá aumentando. De hecho, de las personas que se divorciaron en 2009 , el 53% tenía al menos un hijo menor de edad.
Ángel Cubo, miembro de la Asociación de Padres de Familia Separados, APFS, cuenta que muchos de los padres divorciados que conoce han vuelto a formar otras familias y es común que se casen con otras divorciadas. Él mismo lo hará en breve con su pareja. Él tiene un hijo de ocho años y ella uno de seis.
Señala que aunque la sociedad comienza a asumir estos modelos, cada vez con más naturalidad, a la administraciones lea cuesta más.
Asegura Cubo que es común que en estas familias se cree una distinción, que existan «Hijos de primera y de segunda». Con los primeros se convive y se tiene un trato habitual, con los segundos, si no hay custodia compartida, el progenitor hombre, (por decisión propia o por imposición), sólo se relaciona durante un tiempo limitado.
Estas diferencias, asegura, se extienden a los beneficios que podrían obtener de la administración. Tal es el caso de las familias numerosas.
Asegura que, si el padre no tiene la custodia de los hijos menores de un matrimonio anterior suelen tener que pasar por una carrera de obstáculos para ser reconocidos como familia numerosa.
Desde el Departament de Benestar Social i Familia señalan que las familias reconstituidas sí tienen derecho a dicho título, pero «siempre y cuando acrediten cumplir con las obligaciones inherentes a la patria potestad», es decir, el pago de la pensión.
En lo personal Cubo reconoce que «si todas las familias tienen sus dificultades, estas más», pero asegura que cada familia es un mundo y se organiza a su manera. En algunos momentos, asegura, los niños pueden obtener alguna ventaja. En las vacaciones, por ejemplo, algunos padres llegan a acuerdos para que, mientras trabajan, los niños se queden con el otro cónyuge o con la familia extensa.
http://www.diaridetarragona.com/tarragona/057994/diez/tarraconenses/casan/divorciados
Y es que los divorciados, contrario a cierta percepción social, no optan exclusivamente por las uniones de hecho. Al contrario, parecen ir a contracorriente en unos tiempos en los que las bodas no crecen al ritmo de la demografía. Valga decir que actualmente el número anual de matrimonios en la demarcación es muy similar al que había hace veinte años.
Las diferencias por sexo entre los divorciados dispuestos a probar suerte de nuevo tampoco son significativas.
Las divorciadas representan un18,8% del total de las contrayentes y los divorciados son el 18,4%. Hace una década la proporción de hombres y mujeres también era similar.
Lo que sí ha cambiado, y mucho, es el número de parejas que deciden separarse. Los divorcios aumentaron en la demarcación un 341% en la última década. Las separaciones en general ya casi igualan en número a las bodas. Si en 2009 hubo en la demarcación 2.942 bodas, ese mismo año se rompieron 2.106 matrimonios. No es de extrañar pues que haya más separados en el ‘mercado’. Incluso lo confirman las páginas web dedicadas a encontrar pareja. Meetic, por ejemplo reseña que, aunque el estado civil no es un campo que se deba rellenar de manera obligatoria, entre los que responden, un 16% de sus usuarios dice estar divorciado. A ellos se suma un 15% que asegura estar «actualmente separado».
Tuyos, míos y nuestros
Pero, más allá de la creación de nuevas parejas los matrimonios de divorciados suelen traer consigo la formación de nuevos modelos de familia, las que se han dado en llamar ‘reconstituidas’, donde conviven los hijos de uniones anteriores y nuevas.
Si siguen las tendencias actuales, el número de estas familias seguirá aumentando. De hecho, de las personas que se divorciaron en 2009 , el 53% tenía al menos un hijo menor de edad.
Ángel Cubo, miembro de la Asociación de Padres de Familia Separados, APFS, cuenta que muchos de los padres divorciados que conoce han vuelto a formar otras familias y es común que se casen con otras divorciadas. Él mismo lo hará en breve con su pareja. Él tiene un hijo de ocho años y ella uno de seis.
Señala que aunque la sociedad comienza a asumir estos modelos, cada vez con más naturalidad, a la administraciones lea cuesta más.
Asegura Cubo que es común que en estas familias se cree una distinción, que existan «Hijos de primera y de segunda». Con los primeros se convive y se tiene un trato habitual, con los segundos, si no hay custodia compartida, el progenitor hombre, (por decisión propia o por imposición), sólo se relaciona durante un tiempo limitado.
Estas diferencias, asegura, se extienden a los beneficios que podrían obtener de la administración. Tal es el caso de las familias numerosas.
Asegura que, si el padre no tiene la custodia de los hijos menores de un matrimonio anterior suelen tener que pasar por una carrera de obstáculos para ser reconocidos como familia numerosa.
Desde el Departament de Benestar Social i Familia señalan que las familias reconstituidas sí tienen derecho a dicho título, pero «siempre y cuando acrediten cumplir con las obligaciones inherentes a la patria potestad», es decir, el pago de la pensión.
En lo personal Cubo reconoce que «si todas las familias tienen sus dificultades, estas más», pero asegura que cada familia es un mundo y se organiza a su manera. En algunos momentos, asegura, los niños pueden obtener alguna ventaja. En las vacaciones, por ejemplo, algunos padres llegan a acuerdos para que, mientras trabajan, los niños se queden con el otro cónyuge o con la familia extensa.
http://www.diaridetarragona.com/tarragona/057994/diez/tarraconenses/casan/divorciados
No hay comentarios:
Publicar un comentario