La violencia en la pareja
(Análisis comparativo de una recopilación de estudios internacionales)
Desde 1975, año en que se llevó a cabo la primera gran encuesta nacional sobre violencia doméstica en los Estados Unidos, el número de estudios similares realizados en todo el mundo no ha dejado de crecer. Actualmente, varios cientos de estudios empíricos demuestran de modo concluyente: i) que hombres y mujeres ejercen la violencia de pareja en proporciones similares; y ii) que, estadísticamente, la mujer es la principal iniciadora de las agresiones físicas en la pareja, y es falso que la violencia femenina sea exclusivamente de autodefensa. Ese corpus mundial de estudios sobre violencia en la pareja debería ser el fundamento estadísticamente correcto de las políticas y legislaciones sobre violencia doméstica …si no estuviese permanentemente excluido de ellas por resultar políticamente incorrecto y contrario a los prejuicios ideológicos vigentes.
En este sitio web se muestran los resultados de una extensa recopilación de estudios sobre la violencia en la pareja, seleccionados con arreglo a un único criterio de inclusión y, a la vez, condición indispensable: que tengan en cuenta la violencia ejercida (perpetración) o sufrida (victimización) por ambos miembros de la pareja heterosexual.
Los estudios se sistematizan en los dos anexos siguientes:
- Anexo 1: Recopilación de 353 estudios1 sobre violencia en la pareja, con indicación de las tasas de victimizaciónpor agresiones físicas2 para ambos sexos, cuyos resultados globales son los siguientes:
- los hombres sufren mayores niveles de victimización por violencia física total o leve en 184 estudios y por violencia física grave en 81 estudios;
- las mujeres sufren mayores niveles de victimización por violencia física total o leve en 66 estudios y por violencia física grave en 32 estudios;
- se registran tasas similares para ambos sexos por violencia física total o leve en 98 estudios y por violencia física grave en 33 estudios; y
- los hombres sufren lesiones en una proporción equivalente al 77% de las sufridas por las mujeres, y los niveles de atención médica requerida son similares para ambos sexos.3
- Anexo 2: Recopilación de 78 estudios con indicación de las conclusiones sobre la iniciación y reciprocidad de las agresiones físicas por sexos, cuyos resultados globales son los siguientes:
- 54 estudios registran mayores niveles de perpetración de violencia física no recíproca o iniciación de las agresiones físicas por las mujeres;
- 13 estudios registran mayores niveles de perpetración de violencia física no recíproca o iniciación de las agresiones físicas por los hombres; y
- 11 estudios registran niveles similares de violencia física no recíproca o iniciación de las agresiones físicas para ambos sexos.
- [Actualización más reciente: 4 de julio de 2011]NOTAS1 Los estudios del Anexo 1 abarcan más de 30 países, con arreglo a la siguiente distribución : Estados Unidos (212); Canadá (17); Reino Unido (16); Nueva Zelanda (12); España (11); Australia (8); Hong Kong, China (6); Portugal (5); Alemania, Brasil, Sudáfrica (4); Chile, Corea del Sur, Filipinas, Israel, México (3); China, Finlandia, Italia, Perú, Rusia, Tailandia (2); Barbados/Jamaica/Trinidad y Tabago, Canadá/Italia, Cuba, Dinamarca, EE.UU./Canadá, EE.UU./Hong Kong, EE.UU./México, Ghana, Irán, Irlanda, Países Bajos, Polonia, Rumania, Sudáfrica/Tanzanía, Ucrania, Uganda (1); y múltiples países (11).2 En lo que respecta a la sistematización de los datos sobre victimización o violencia sufrida conviene tener en cuenta las consideraciones siguientes:
- Se ha determinado que un estudio registra mayores tasas de victimización para uno u otro sexo cuando la diferencia entre ambas medidas es superior al 10% de la mayor de ellas; en los demás casos, las tasas se han considerado similares.
- Las sumas por tramos y formas de violencia (total/leve o grave) no coinciden con la cifra real de estudios incluidos, debido a que no todos ellos contienen datos sobre ambos tipos de violencia (total/leve y grave).
- Algunos estudios ofrecen sus resultados únicamente de forma desglosada por comportamientos, y no global, por lo que ha sido necesario calcular los correspondientes promedios para obtener un resultado único; en otros casos se presentan por separado los datos obtenidos a partir de la declaraciones de cada miembro de la pareja, por lo que también en esos casos se ha procedido a cruzar los datos declarados por ambos sexos para obtener un dato global. Al establecer tales promedios y cruzar esos datos no se ha pretendido en modo alguno reinterpretar los resultados, sino simplemente adaptarlos al formato de la tabla (los promedios así obtenidos se indican con la letra "a" en voladita o superíndice).
3 Los datos sobre lesiones y atención médica son resultado de los promedios obtenidos cuando la recopilación alcanzó 230 estudios y se publicó en forma de libro. Probablemente, esos promedios hayan cambiado a medida que la recopilación ha ido creciendo. En todo caso, sólo tienen valor indicativo y proceden de formas de cuantificación muy heterogéneas, como se explica en el libro mencionado.ACLARACIÓN FINALEl presente trabajo es fruto de la consulta directa, rigurosa y objetiva de cada uno de los estudios recopilados, cuyos resultados se han sistematizado en tablas para facilitar la comparación por sexos. Su finalidad es básicamente divulgativa, y en ningún caso se ha pretendido reinterpretar estadísticamente esos estudios.Las fuentes de consulta han sido las principales revistas y publicaciones especializadas en temas de violencia y familia, y determinadas publicaciones de instituciones gubernamentamentales. La inmensa mayoría de esas fuentes de consulta son fácilmente accesibles a través de internet, por ejemplo en las siguientes bases de datos: British Library, APA Databases, Sage Journals, ScienceDirect, Blackwell Publishing, Citeulike, Wiley Interscience, Cat.Inist, PubMed, Scielo, Pier Professional y Springerlink, entre otras. Por último, unos pocos estudios proceden de libros o publicaciones en papel.La inevitable conclusión del presente trabajo es que existen cientos de estudios empíricos sobre la violencia perpetrada o sufrida dentro de la pareja heterosexual cuyos resultados no pueden pasarse por alto, como viene siendo habitual, a la hora de formular las políticas y normas de prevención de esa violencia.O dicho de otro modo: no están justificadas las políticas y normas de prevención de la violencia en la pareja basadas en meros postulados ideológicos y en certezas preestablecidas, o en sus equivalentes encuestas diseñadas con sesgo ideológico y excluyente, sino que es preciso tener presentes los resultados de los cientos de estudios empíricos que analizan el fenómeno de la violencia con criterio imparcial y omnicomprensivo, es decir, teniendo en cuenta los comportamientos de hombres y mujeres.
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